Hay películas que no habrían llegado a ser tan trascendentales si no hubieran tenido como protagonista a un actor o actriz concretos. Ocurre, por ejemplo, con American Psycho, el terrorífico drama criminal de principios de los 2000 que desde que se estrenó pasó a ser un icono de la historia del cine reciente e incluso uno de los largometrajes a los que se hace referencia en la cultura pop.
Estrenada en el año 2000, se sitúa en un mundo moralmente plano en el que la ropa tiene más sentido que la piel. Ahí, Patrick Bateman (Christian Bale) es un espécimen soberbiamente elaborado que cumple todos los requisitos de Master del Universo, desde el diseño de su vestuario hasta el de sus productos químicos. Es prácticamente perfecto, como casi todos en su mundo e intenta desesperadamente encajar en él.
Cuando más intenta ser como cualquier otro hombre adinerado de Wall Street, más anónimo se vuelve y menos control tiene sobre sus terribles instintos y su insaciable sed de sangre, que lo arrastra a una vorágine en la que los objetos valen más que el cuerpo y el alma de una persona.
Basada en la novela homónima publicada nueve años antes y escrita por Bret Easton Ellis, American Psycho se centra en un banquero de inversiones que lleva una doble vida como asesino en serie. Y también tiene un desenlace realmente sorprendente que nos lleva a pensar que todo lo que ocurre en la película en realidad solo fue fruto de una ensoñación.
La novela fue escrita como una crítica hacia la masculinidad y la toxicidad que puede desarrollarse a través de ella, y la directora del filme Mary Harron, quiso hacer de esta crítica social una sátira muy oscura y retorcida. La cual, además, tuvo que pelear para que Christian Bale se pusiera en la piel del protagonista.
Aunque fuera la película que lanzaría a Bale al estrellato, el actor no fue la primera opción para el papel protagonista. De hecho, hubo otros nombres como el de Leonardo DiCaprio que se barajaron para interpretar al personaje principal, aunque Harron tenía muy claro que el indicado tenía que ser Bale.
En una entrevista con la revista GQ, Bale recordó cómo terminó dando vida a Bateman y reveló que aceptó el salario "mínimo absoluto" para interpretar el papel. A pesar de su trayectoria como actor infantil, Bale confesó que solo Harron le quería para su película. Por suerte, el trato salió adelante y trajo consigo a uno de los personajes más icónicos de la década de 2000 en el cine.
"Me había llevado mucho tiempo intentarlo y me habían pagado el mínimo legal que se les permitía pagarme... Recuerdo una vez que estaba sentado en la sala de maquillaje y los maquilladores se reían de mí porque me pagaban menos que a todos ellos. [El salario bajo] era algo que formaba parte de mi personalidad. Nadie quería que yo hiciera aquello excepto la directora", contaba Bale.
"Dijeron que solo lo harían si podían pagarme esa cantidad. Y yo me preparé para el papel mientras otras personas lo estaban interpretando. Seguía preparándome y todo siguió su curso. Yo perdí la cabeza, pero la recuperé después", añadió.
Después de este papel protagónico, Christian Bale demostró que era un actor experimentado y que también era capaz de interpretar papeles oscuros y llenos de matices. Esto le llevaría a participar en otros filmes como El maquinista (2004), El truco final (2006) y la trilogía de El caballero de la noche de Christopher Nolan, pero también a convertirse en una leyenda de la cultura pop que seguirá viva a través de los millones de memes y referencias que se hacen y seguirán haciendo de la película.
Ficha
- Dónde verla: Netflix y Movistar Plus+
- Duración: 101 minutos
- Año de producción: 2000
- Escrita por: Mary Harron, Guinevere Turner
- Dirigida por: Mary Harron
- Reparto: Christian Bale, Jared Leto, Willem Dafoe, Samantha Mathis, Justin Theroux, Josh Lucas, Chloë Sevigny, Reese Witherspoon, Bill Sage, Matt Ross, Guinevere Turner, Cara Seymour, Stephen Bogaert, Marie Dame