Tras la muerte de su madre, Mahito, un joven de 12 años, lucha por asentarse en una nueva ciudad. Sin embargo, cuando una garza parlante le informa de que su madre sigue viva, el protagonista se embarcará en un viaje para encontrarla, adentrándose en el interior de una misteriosa torre abandonada que le acaba llevando a otro mundo. Así comienza El chico y la garza, la última película de Stuidio Ghibli, que acaba de estrenarse en plataformas.

Basada en la novela que escribió Yoshino Genzaburō en 1937 Kimitachi wa Dō Ikiru ka, la película cuenta una historia que no guarda relación con la novela pero que sí está muy vinculada con las vivencias de su director.

Dirigida por Hayao Miyazaki, El chico y la garza es una de sus mejores películas y, además, la que el cineasta ha escogido para despedirse definitivamente y decir adiós con un broche inigualable a una carrera legendaria.

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Como el resto de sus largometrajes, este último también es extraño e incluye personajes secundarios entrañables y pequeñas criaturas adorables. En él nos sumergimos en un mundo alternativo que nos recuerda al fantasioso universo que recordábamos de El viaje de Chihiro.

Desde que se estrenó en 2023, el filme fue elogiado por la crítica y el público y también fue ampliamente reconocido en la temporada de premios, que culminó con el Oscar a la Mejor película de animación. Después de este colofón final, era cuestión de tiempo que el largometraje acabara aterrizando en una plataforma de streaming. Y la elegida ha sido Netflix.

Más allá de la sinopsis

El chico y la garza es quizás la película más autobiográfica de Miyazaki. Ambientada en Japón durante la Segunda Guerra Mundial, cuenta cómo la muerte de su madre en un incendio atormenta a Mahito. Junto a su padre, el protagonista se marcha de Tokio para ir al campo a vivir con su madrastra, Natsuko. Será allí cuando se encuentre con una misteriosa garza real.

Con esta última película, Hayao Miyazaki firma una de sus mejores obras, confirmando que sigue siendo un maestro de la narración y que domina a la perfección la tarea de utilizar los elementos fantásticos para explorar el dolor y el amor desde la perspectiva de un niño. Sin duda entraría en el ránking de las mejores películas de Studio Ghibli y ahora que se acaba de estrenar en streaming puede ser un buen momento para volver a verla. O para descubrirla si aún no ha surgido la oportunidad de hacerlo.