La llegada del frío otoñal invita a quedarse en casa y son muchos los que aprovechan para rebuscar en los catálogos de las plataformas, esperando encontrar una serie o película para disfrutar durante el tiempo libre. Y una buena opción puede ser Steve Jobs, el entretenido biopic del revolucionario fundador de Apple, que está disponible en Netflix.

Centrándose en la época en la que lanzó los tres productos más icónicos de Apple, esta película escrita por el guionista Aaron Sorkin (La red social) es uno de sus mejores trabajos. Con ella hizo un retrato muy innovador del mítico empresario y programador informático, dividiendo la trama en tres segmentos fundamentales.

El encargado de hacer que el guion cobrase vida fue el director Danny Boyle (Trainspotting), dando pie a una película genial, aunque pasara más bien desapercibida en la temporada de premios de 2015. Aquel año, tendría que conformarse con las nominaciones a Mejor actor para Michael Fassbender y a Mejor actriz de reparto para Kate Winslet, en una edición donde destacaron Mad Max: Fury Road, El renacido y Spotlight, entre otras.

En lugar de narrar la vida del visionario Steve Jobs desde que nació hasta que murió, la película opta por elegir tres momentos cruciales para él, justo antes del lanzamiento de tres productos importantes para la compañía. Y los desarrolla en tiempo real, siguiendo una estructura y unos parámetros que hacen que la narración sea fascinante.

Teniendo en cuenta que es una historia repleta de personajes e información que pueden ser complejos de gestionar, parece alucinante cómo se logra trazar el arco narrativo sin que parezca algo forzado.

Rodando estos tres segmentos en formatos diferentes -16 mm, 35 mm y digital-, una decisión formal que embellece, este tríptico conforma un retrato muy envolvente del protagonista que, además, está repleto de contradicciones.

A través de Steve Jobs, el espectador puede descubrir que este gurú de la tecnología era un conflicto en sí mismo que también era capaz de generarlo, y esto plantea una reflexión muy interesante sobre las bases que sostienen a los iconos de nuestra era.

El final se modificó

Desde que se proyectó por primera vez hasta que se estrenó finalmente en cines, Steve Jobs sufrió algún que otro cambio en su metraje. De hecho, el propio Boyle declaró que para él era importante la redención en su película, por lo que asumió algunos ajustes para hacer énfasis en esto mismo.

"Trabajamos un poco en el final, porque hay una cualidad redentora en el final, que es muy importante. Raymond Chandler dijo una vez que 'En cualquier obra de arte, hay una cualidad de redención. Siempre la habrá', y creo que es cierto que cuando emprendes un viaje y quieres sentir algo, debes avanzar hacia la redención", contaba el director.