Unas semanas después del estreno en Netflix de la segunda temporada de Monstruos, llegó a la plataforma el complemento perfecto para los espectadores que ya han devorado todos los episodios. Se trata de un documental sobre los hermanos Lyle y Erik Menendez, que cuentan su versión de los hechos tras el revuelo causado por la serie de Ryan Murphy.
Titulado Los hermanos Menendez, el recién estrenado documental habla de los dos autores del crimen y también del que fue uno de los juicios más mediáticos de Estados Unidos. Está dirigido por Alejandro Hartmann y narra los asesinatos de José y Kitty Menendez en 1989 a través de la perspectiva de Lyle y Erik, que hablan desde la prisión en el que están cumpliendo condena.
La producción también recoge el testimonio de algunos miembros de la familia y de algunas personas que comparecieron en el juicio, dejando tras de sí algunas revelaciones muy impactantes que no aparecen en la serie que ficcionaliza los hechos reales.
Una llamada a la policía
Después de haber visto la temporada 2 de Monstruos, la visión que tienen los espectadores de los hechos puede cambiar cuando vean el documental, que además de servir para ampliar, también es muy impactante en muchos sentidos.
Poder escuchar, por ejemplo, la llamada que se hizo a emergencias o el interrogatorio, o ver el material original de la investigación y del juicio puede ser llamativo para aquellos que estén obsesionados con el caso. También es impactante escuchar a los propios Lyle y Erik hablar sobre los asesinatos.
Por otro lado, es muy interesante descubrir cómo funcionaba el departamento de policía de Beverly Hills cuando respondieron a la llamada a emergencias. Pamela Bozanich, la fiscal del primer juicio, dijo que se "encontraron a los dos hermanos frente a la casa" y que "estaban histéricos y exageraban"
"La policía fue muy amable con ellos y, al principio, no los trataron como sospechosos", agregó, explicando que el de "Beverly Hills es un departamento de policía diferente" y que "ofrecen un servicio al cliente mucho mejor a sus ciudadanos”. Sin embargo, no vieron que los hermanos pudieran tener algo que ver con los asesinatos y Bozanich expresó que “estadísticamente, si estás frente a un homicidio doméstico, serías un policía muy idiota si no tuvieras en cuenta como sospechosos a otros miembros de la familia”.
En ese sentido, el propio Erik recuerda en el documental que "debió haber habido una respuesta policial". "Nos habrían arrestado. No teníamos ninguna coartada. Había restos de pólvora por todas partes. En circunstancias normales, te hacen una prueba de residuos de pólvora. A nosotros nos habrían arrestado de inmediato”.
Después del crimen
Cuando los hermanos Menendez fueron arrestados, estalló el frenesí mediático alrededor del caso y el documental muestra algunos clips en los que se ve cómo los medios se centraron en hablar de los hermanos como víctimas. "Son demasiado buenos para ir a prisión", declaraba la cómica Kathy Griffin en un programa.
También se habla del machismo con el que se habló de la abogada defensora Leslie Abramson, llegándola a describir como una "mujer bajita, descarada, inteligente y de estilo atrevido" o como una "doble de 1,50 m de la pequeña Annie que pesa 46 kilos y es pura dinamita".
El papel de la familia
Otro de los segmentos más desgarradores del documental es el que cuenta cómo había algunos miembros de la familia que eran conscientes del abuso que ejercía José, ya que gran parte del comportamiento que tenía hacia sus hijos no se limitaba a la intimidad. En un momento, Diane Vander Molen, prima de Lyle y Erik, cuenta que "una vez, José puso a Lyle sobre una encimera de la cocina y le animó a saltar para que él lo cogiera en el aire. Mientras Lyle lo hacía, José retrocedió y lo dejó caer al suelo, diciéndole que nunca se puede confiar en nadie".
"No he encontrado a nadie que dijera nada bueno sobre José Menendez, excepto su secretaria", comenta también Bozanich. "Y todos los demás tenían historias horribles sobre él y sobre el monstruo que era. Para mí, perder a José Menéndez fue un verdadero regalo para la humanidad".
Estos testimonios se complementan con la que quizá es la parte más terrorífica del documental: cuando la Dra. Ann Burgess, muestra las ilustraciones que le pidió a Erik para procesar el abuso que sufrió a manos de su padre y los asesinatos. “Pasé la mayor parte del tiempo entrevistando a Erik. Amaba a sus padres", dijo. "Me dijo: 'Diez segundos después de esto, me arrepentí de que lo hiciéramos'".
Una de las técnicas que utilizo, en especial con niños pero también con personas que han cometido un crimen, es pedirles que lo dibujen. Es una forma de obtener información. Y eso es lo que hice con Erik. Hizo unos 12 ó 14 cuadros. Fue como una miniprueba de Rorschach para que lo dibujara, y creo que fue útil para él poder ponerlo en papel, porque realmente no había hablado de esto".
Después de estas declaraciones, se muestran en pantalla los dibujos, que incluyen frases textuales como “vuelve aquí, bastardo” o “no voy a dejar que vuelvas a tocar a mi hermano nunca más”.
Conexión con O.J. Simpson
Aunque puede que ayudase en la investigación y en la defensa, la revelación del trauma que sufrieron Erik y Lyle no era algo que estuvieran dispuestos a conceder. "Prefería perder el juicio por asesinato antes que hablar de nuestro pasado y de lo que había sucedido”, cuenta, de hecho, Lyle en un momento dado.
Además, estas revelaciones incluyen hablar de una conexión inesperada de O.J. Simpson con el caso. En un momento dado, Lyle menciona que José era el jefe de la empresa de alquiler de coches Hertz y que contrató a Simpson como portavoz de la publicidad que se hacía. Años más tarde, Lyle se reencontró con Simpson en la cárcel cuando fue arrestado por asesinato, y hay quienes piensan que la absolución de Simpson tiene que ver con el hecho de que los hermanos acabaran perdiendo el segundo juicio.
Gran impacto de la serie
Aunque no estén de acuerdo con la visión que da la serie del caso, el impacto de Monstruos ha sido bien recibido por los hermanos Menendez, que han pedido a un tribunal que anule su condena. De hecho, la fiscalía de Los Ángeles está estudiando nuevas pruebas en el caso por el que ambos fueron condenados hace 35 años.
El fiscal se mantiene firme en que no hay duda de que los hermanos cometieron los asesinatos, pero afirma que su oficina revisará las nuevas pruebas y tomará una decisión sobre si se justifica una nueva sentencia. La vista está prevista para el 29 de noviembre.
Las nuevas pruebas presentadas en una petición incluyen una carta escrita por Erik Menendez que, según sus abogados, corrobora las acusaciones de que su padre abusó sexualmente de él. George Gascón, el fiscal del distrito de la ciudad, dijo que cree que el tema de la agresión sexual se habría tratado con más sensibilidad si el caso se hubiera producido hoy.
Los hermanos Erik Menendez, que ahora tiene 53 años, y Lyle Menendez, de 56 años, fueron condenados a cadena perpetua por matar a tiros a sus padres, José y Kitty Menendez, en 1989. Lyle, que entonces tenía 21 años, y Erik, que entonces tenía 18, admitieron que los mataron a tiros, pero alegaron que lo hicieron porque temían que sus padres estuvieran a punto de matarlos para evitar que se descubriera que el padre había abusado sexualmente de Erik durante mucho tiempo.