Matilda De Angelis interpreta a la que fue la primera abogada que hubo en Italia. Lo hace en La ley de Lidia Poët, una de las series que más entusiasmo generan entre los espectadores de Netflix, también en España. Esta ficción basada en hechos reales se sitúa en el año 1883 y cuenta cómo la protagonista se abre paso en una Turín dominada por los hombres.

Cuando se le prohíbe ejercer su profesión, la protagonista prepara una apelación para revocar la decisión del tribunal. Y todo ello se narra en un procedimental de doce episodios donde, al estilo de Sherlock Holmes, Lidia Poët intenta resolver diferentes crímenes mientras se desenvuelve en un mundo donde las mujeres lo tienen todo en contra.

La serie de Netflix es realmente entretenida, "corta, dulce y brillante", según fue descrita en Ready Steady Cut, pero también muy inspiradora, especialmente si tenemos en cuenta que hubo una historia real que sirvió para encender la chispa creativa y nos acabó dando esta ficción.

Mientras intentaba hacer su trabajo buscando justicia para sus desafortunados clientes, Poët descubrió que para las mujeres era mucho más difícil impartir justicia que para un hombre. Y este personaje está basado en una abogada italiana real del siglo XIX que también libró una larga batalla contra el sistema para conseguir que las mujeres tuvieran el mismo el derecho que los hombres a ejercer la abogacía.

Nacida en Italia en 1855, Poët se graduó en derecho en la Universidad de Turín y acabó convirtiéndose en la primera abogada moderna de Italia. Durante los dos años posteriores a su graduación, trabajó en el despacho de un abogado para pulir sus habilidades y en 1883, fue admitida en la Orden de Abogados y Fiscales de Turín.

La serie de Netflix, que acaba de estrenar su segunda temporada, se sitúa en este mismo año en la vida de Poët, en un contexto en el que hacía falta mucho más que aprobar los exámenes para ejercer una profesión. De hecho, apenas siete años antes de que ocurrieran los hechos que vemos en la serie, las mujeres acababan de ser admitidas en las universidades italianas en 1876.

Aunque Poët no obtuvo el reconocimiento que merecía hasta el año 1920 -un año después de que Italia aprobase que las mujeres podían ocupar cargos públicos-, siguió ejerciendo su profesión en la oficina de su hermano. 

Y tal y como se muestra en la serie de Netflix, cumplió con todas sus responsabilidades, aunque no podía firmar las cartas que escribía ni comparecer directamente ante el tribunal. 

No obstante, el verdadero impacto de Poët se percibió en la esfera pública, porque su labor ayudó a que se hiciera algo con la discriminación a la que se enfrentaban las mujeres cuando intentaban asumir roles en profesiones que normalmente ejercían los hombres.

Su historia es desgarradora, en parte porque llegó a ser inhabilitada de su cargo, pero también fue pionera en la lucha feminista, donde desempeñó un papel muy destacado también. Se unió al Consejo Nacional de Mujeres Italianas en 1903 y defendió el sufragio femenino, un sueño que solo se materializó parcialmente en 1925, cuando las mujeres de Italia obtuvieron el derecho a votar en las elecciones locales.

Aun así, se puede decir que Poët siguió siendo una figura importante en el sistema jurídico de Turín hasta que su nombre volvió a incluirse en la lista de abogados, 37 años después, en 1920. Y también que su historia ha quedado para siempre inmortalizada a través de esta serie, que ayuda a preservar su memoria y su legado.