Todos aquellos que necesiten escapar durante un momento de la realidad, podrán viajar a un pasado reciente de la historia de España en Asalto al Banco Central, la nueva serie que acaba de estrenarse en Netflix. Creada por Daniel Calparsoro y protagonizada por Miguel Herrán, María Pedraza y Hovik Keuchkerian entre otros, tiene todos los ingredientes para cautivar al público y promete hacerlo desde el momento en el que ha puesto un pie en el catálogo de la plataforma.
Situándose en la ciudad de Barcelona el 23 de mayo de 1981, la miniserie de cinco episodios viaja al momento exacto en el que ya han pasado tres meses exactos desde el intento de golpe de estado en el congreso de los diputados cuando once hombres encapuchados entran en la sede del Banco Central de Barcelona.
Lo que comienza como un espectacular atraco pronto se convierte en un verdadero desafío para la reciente democracia española. Los atracadores tienen más de 200 rehenes en el banco y amenazan con matarles si el gobierno no accede a liberar al coronel Tejero y a otros tres responsables del 23F.
Con motivo de su estreno en la plataforma, Daniel Calparsoro, Miguel Herrán, María Pedraza y Hovik Keuchkerian hablaron con EL ESPAÑOL sobre el viaje al pasado reciente que se propone en ella o de qué manera la ficción conecta con nuestro presente.
Viajar al pasado
"Asalto al Banco Central te está hablando de una época muy peculiar. Hace 45 años, en España, en el año 1981, que es cuando sucede este atraco, había una realidad y un momento donde la democracia estaba un poco en riesgo después del 23F", comenzó a contextualizar Daniel Calparsoro.
"Se vive un momento de celebración de la libertad, hay muchas ganas de romper el corsé, de disfrutar, pero a la vez se está viviendo en una especie de filo de que todo eso se pueda acabar y que regrese la dictadura o el caos. Se habla mucho de amnistía, de la ultraderecha, de corrupción, de jueces... Cosas que siguen ocupando los titulares de la prensa hoy en día. Es una serie que está de rabiosa actualidad. Lo sabíamos desde el principio".
"La pretensión de la serie era hacer un retrato de esa España, de ese momento, contar una historia que además es muy interesante y entretenida. Pero no voy a negar que hay un metalenguaje que nos hace pensar que realmente sí es un reflejo de lo que sucede hoy en día también", continuó.
A la hora de explicar también el propósito de la serie, María Pedraza quiso destacar que también se hizo "por puro entretenimiento" y Hovik Keuchkerian coincidió, añadiendo que "el trasfondo es muy parecido" y que aunque pasó "hace años", "fundamentalmente nos seguimos peleando por lo mismo".
Realidad y conspiración
Teniendo en cuenta todas las teorías que sobrevuelan al 23F, Asalto al Banco Central juega a indagar en algunas de ellas, proponiéndole al espectador un viaje muy entretenido que equilibra la realidad y la conspiración.
"Yo me he centrado en contar una peripecia real con unos datos reales. Algo que sucedió, basado en la realidad", indicó Calparsoro. "Y para comprender un poco el país y la situación del momento, me he centrado en el Número uno, Juan José Martínez, que es el protagonista y que de alguna manera ha sido quien nos ha contado su versión de los hechos".
"Pero nosotros hemos mantenido de alguna manera ese halo de misterio, porque cuando alguien te cuenta algo, pues tiene su tiene su visión de lo que ha vivido. Pero eso no significa que fuera exactamente así".
Miguel Herrán completó esto mismo diciendo que, aunque de conspiraciones no tenga "ni idea" y no sea "una persona que se mantenga en la actualidad y mucho menos a nivel político, sí que es cierto que esta historia en concreto mantiene la conspiración". También observa que "parte de lo bonito de esta historia es no saber realmente cuáles fueron los motivos ni qué pasó realmente" y reconoce, entre bromas, que le "interesan más las conspiraciones de los extraterrestres que las políticas".
Después, los actores reflexionaron sobre los límites entre la realidad y la ficción. "Si tiene que aparecer una serie como Asalto al Banco Central para que entiendas que determinadas cosas funcionan como funcionan, o no vives aquí o estás empanado. Hay cosas que ocurren a diario que no sabemos y que deberíamos ser bastante honestos con nosotros mismos y preguntarnos si realmente queremos saber cómo ocurren, porque a lo mejor si lo supiésemos no podríamos estar viviendo como vivimos", pensó Keuchkerian.
"No lo vamos a terminar de saber nunca", dijo el actor en relación a lo que ocurrió en realidad tras las bambalinas del atraco. "En mi opinión, cada vez que veo a alguien en un medio de comunicación hablando de transparencia, me entra la risa. El mundo funciona como funciona porque hay determinadas cosas que tú realmente no quieres saber".
"A mí todas las teorías me parecen interesantes", señaló Miguel Herrán. "Pero poniéndome en el lugar de que todo eso fue orquestado de una manera como para darle un golpe a la democracia que estaba empezando y conseguir otra vez irnos para atrás... Aceptes la teoría que aceptes, me parecen todas interesantes. ¿Quién estaba detrás? ¿Quién está detrás de la muerte de Kennedy? No se sabrá nunca la verdad. La sabrán dos personas si acaso".
El valor de la verdad
Después de ver series como Asalto al Banco Central, puede dar la impresión de que en España quizás no estamos preparados para saber toda la verdad con respecto a ciertos casos.
"Yo no tenía ni idea, pero sí que es cierto que a raíz de ver la serie, a mí sí me muestra una España que no conocía y me enseña cómo arranca una democracia, cómo muere una dictadura, las motivaciones por las cuales la gente de aquella época se podía de repente cambiar de bando político y empezar a entender ese sentimiento de libertad, la celebración, cómo intentaron huir de esa dictadura que se había establecido...", observó Miguel Herrán.
"Como espectador que no tiene ni idea del tema he aprendido mucho viendo esta serie y a mí se me ha colocado en una época y no solamente he podido disfrutar del entretenimiento que tiene la serie y de toda la acción y todo el tema del atraco y lo frenética y adictiva que es, sino que también me voy con una enseñanza de dónde vengo y de dónde viene la democracia de mi país".
También se habló sobre la intencionalidad de la serie, comentando si el propósito era indagar en un suceso real o si también se buscaba dejar que el espectador interprete qué fue lo que pasó en realidad. "Bueno, básicamente son las dos cosas. La intención es poner esto encima de la mesa porque nos parecía y nos parece necesario y porque nos parece importante recordar esto en un momento como el actual, donde hay muchísimo caos", indicaba Calparsoro.
"Hay una grandísima diferencia, porque en aquel entonces también había desinformación, pero era una desinformación muy elaborada. Ahora, sin embargo, la desinformación es como a golpe de tuit o en redes sociales".
"Pero sí, se quiere contar que esto ha sucedido en España, que ha ocurrido por algo y retratar un momento de la historia de nuestro país muy delicado, donde hay un punto de celebración, de querer disfrutar, de querer romper el corsé, pero a la vez esa sensación de que eso se puede acabar en cualquier momento. Tenemos una vocación clara de querer contar algo que realmente sucedió. Y creemos que la serie se posiciona muy claramente y queremos que sea el espectador el que lo descubra", añadió.
El papel del periodismo
Por último, la conversación giró en torno al papel del periodismo en la serie, donde los protagonistas tienen una gran necesidad de intentar averiguar qué fue lo que pasó, poder tener la verdad en sus manos.
"En eso sí hemos trabajado en la serie, en el sentido de que se retrata un periodismo que busca encontrar la verdad con pruebas y que está realmente buscando no solo la noticia, sino la verdad de la noticia. Y quizás hoy en día eso ha desaparecido", expresó Calparsoro.
"Sí que es cierto que a día de hoy todos podemos ser actores, todos podemos ser cantantes, todos podemos ser periodistas. Todos tenemos el poder en la mano de informar y desinformar a nuestro gusto y a nuestro antojo", se incorporó Miguel Herrán.
"Y es verdad que hay muchísima gente que no se preocupa en buscar la verdad ni la fuente de la información. Simplemente la recibe y empieza a pasarla como una especie de patata caliente. Creo que eso queda muy bien retratado en Asalto al Banco Central, que el periodismo antiguo era muchísimo más elaborado. Es una locura. Antes había una noticia y se movía un montón de gente de un montón de periódicos diferentes a encontrar fuentes que les dijeran de dónde venía esa información. Y después de mucho tiempo de trabajo salía la noticia. Entonces, creo que eso queda muy bien retratado y que también es bonito entender de dónde viene el periodismo y qué es el periodismo realmente, porque a día de hoy creo que se ha desprestigiado mucho", concluyó.