Cuando Luis Cobos (Campo de Criptana, Ciudad Real, 1948) entra el aula del Conservatorio Superior Cristóbal Morales de Sevilla, su sonrisa se ensancha al ver a los jóvenes músicos. Quizás les recuerde al joven Luis que, con ocho años, empezaba a tocar el clarinete en lo que sería el primer paso de una fructífera carrera musical. "La música llena nuestras vidas y las hace mejores", dice a los niños que le observan desde su asiento.
Director de orquesta y compositor, Luis Cobos ha escrito música para orquesta, teatro, televisión y cine. Además, ha trabajado con artistas tan diversos como Plácido Domingo, Mecano, Isabel Pantoja, Nino Bravo, Taburete, Joaquín Sabina o Ana Belén.
Consagrado director, se ha puesto al frente de orquestas como la Sinfónica de Viena, la Royal Philarmonic Orchestra de Londres, o la Sinfónica de RTVE. Es precisamente en su papel de jefe de orquesta desde el que anima a las jóvenes estudiantes del Cristóbal Morales a convertirse en directoras, una profesión en la que, asegura, no hay apenas mujeres.
Como presidente de la Fundación Cultural Latin Grammy, además, representa a la industria musical comprometida con la educación. Y es que Luis Cobos charla con este diario con motivo de la donación de 20.000 dólares al conservatorio hispalense como parte del programa Latin Grammy en las escuelas.
En conversación con EL ESPAÑOL se define como "independiente", que no apolítico, ya que no duda en defender la importancia de la libertad de expresión, especialmente en las artes.
¿Cómo surge este programa de apoyo a los centros de música?
Surge porque la Fundación y la Academia, de la que fui 7 años presidente, está formada por personas que, por formar parte de la industria, sabemos lo que demanda y lo que necesita el mundo musical: apoyo, exhibirlo, tener un espacio para incentivar a los chicos con cosas que no sean las del día a día. Nace de esta manera, en Estados Unidos, el Latin Grammy in the Schools.
Las personas que creamos la fundación venimos de la interpretación, la composición, la dirección y la industria, y vimos muy adecuado que, que además de dar becas para estudiar, era muy importante que los chavales vieran a un artista de renombre y le pudieran preguntar cualquier cosa.
Es muy interesante, porque es lo que a ellos le interesa de la música, lo que les puede mantener en pie para seguir estudiando, seguir sacrificándose. Nos conmovió la idea de llevarles a alguien a quien admiran y siguen a explicarles sus desastres, sus manías, sus problemas –porque la vida artística está llena de obstáculos y zancadillas–, pero también los buenos momentos.
Algunos géneros urbanos nacieron en barrios deprimidos, como el caso del hip-hop en el Bronx y Compton. ¿Puede la música servir como agente de cambio social?
Nicky Jam, por ejemplo, ha donado 200.000 dólares [186.660 euros] a la Beca Prodigio de la Fundación. Le pregunté por ella, y me conmovió, porque me dijo: “Yo estaba en la calle en Puerto Rico, en Nueva York, y me gusta ayudar porque a mí me ha costado mucho trabajo, he tenido mucha suerte, y ahora quiero colaborar”.
Entonces, es encomiable, luego lo que pasa es que, a lo mejor, la música que hace, o que trasluce, no es lo que más te gusta. Pero hay que aguantarse con las tendencias y dejar que se desarrollen, porque de las nuevas tendencias nacen nuevas cosas y siempre van mejorando.
Yo animo a los músicos jóvenes a estudiar cómo chicos y chicas latinos lo han hecho para saltarse el muro infranqueable de la industria multinacional. Yo no digo que necesariamente estudien reguetón, pero si una persona ha hecho reguetón y ha podido sortear todas esas trabas, míralo y aplícalo a tu música.
"Yo no estoy en contra de ninguna tendencia musical, lo que pasa es que a veces un mal tema consigue el éxito, que no siempre es parejo a su calidad"
El blues surgió de los negros depauperados y olvidados. Los Beatles tocaban en 'The Cave' y hacían cosas que no se hacían hasta entonces. Las nuevas tendencias y nuevos modos siempre espantan a los que están asentados. Pero no siempre un género que mueve a la gente es bueno en sí mismo. La gente cambia el paradigma y las tendencias, aunque no siempre es fantástico.
¿Está reñido, entonces, el que una canción sea un éxito en reproducciones con que sea una canción buena? Hay quien defiende que sí...
No. ¿Sabes que pasa? Que una cosa es la vocación, el talento, el estudio, el conocimiento… y otra cosa es el éxito. Para mí, el éxito es una novia infiel y absorbente que te toma y te deja cuando quiere sin que tú puedas hacer nada para evitarlo.
Conozco a muchos directores que quizás son mejores que yo, y no tienen el éxito que yo he tenido, entendido como éxito popular y comercial. Sí, tienen el éxito de que lo hacen muy bien y se vuelven a casa con una gran satisfacción íntima, pero no tienen un mejor rendimiento económico o el reconocimiento en la calle.
Yo no estoy en contra de ninguna tendencia musical, lo que pasa es que a veces un mal tema (mal compuesto, mal grabado) consigue el éxito. No siempre va pareja la calidad del tema con su éxito. Pero decía Aristóteles que no hay más verdad que la realidad, y eso es así. ¿Por qué en Suecia cuando hacen una fiesta ponen música latina? Nadie les obliga, no es una ley. Algo tendrá.
Ya lo dice el refranero…
Claro, algo tendrá el agua cuando la bendicen. También es cierto que la música pop y rock empezó a hacer aguas. Porque tenía una base de conocimiento bastante simple, aunque ha habido mucho talento y grandes canciones. Cuando ya la gente empezaba a componer lo mismo en Finlandia que en Marruecos, aparece la música latina, que tiene todas las tendencias, todas las versiones.
Además, los ingleses, que son muy patosos para bailar, eligieron ritmos básicos africanos. Y entonces la música latina fue desplazando el paradigma y el gobierno de las tendencias que estaba en manos de los anglosajones.
Por cierto, que ¡soy fan de las bandas de rock inglesas de los 70 y 80 que colocaron el rock en el olimpo! Y de música americana. Pero es cierto que la música latina irrumpe y llena de color, de perfume y de viento.
Ahora lo que ha hecho es abrir una simplificación por huir de lo anterior. Y estos chicos, que no tienen una gran formación musical –aunque algunos sí son buenos productores y músicos– han dicho: “voy a tirar por aquí porque no está explorado”. Y además, si no eres muy talentoso, no puedes escapar al imperio de la publicidad, porque si le pones 2 millones de dólares llegas antes, y a todo el mundo.
¿Cree que algunos géneros de la música latina que hoy se ven como 'de segunda' serán apreciados en un futuro?
Estoy casi seguro, pero soy de los pocos. No soy derrotista: la música latina sigue existiendo, hay cientos de modos alumbrados por diferentes instrumentos, con un colorido y una diversidad tremenda. Fíjate el poderío que le insufló a la música latina Juan Luis Guerra, que pasó la tendencia de los boleros a la bachata.
Creo que vamos a tener que aguantar esta simplificación de la música porque muchos de ellos [los artistas], y les conozco muy bien, son músicos, buenos músicos. Pero una cosa es esa, y otra es comer de la música. Entonces, se ha impuesto esta simplificación porque hoy es más fácil tener artistas con éxitos de todos los países. Pero yo confío en que cambiará la tendencia...
"En este momento, por unos y por otros la libertad de expresión no está en su mejor momento"
Además, está el problema de las plataformas y la inteligencia artificial, que nos cae el techo encima.
¿Le preocupa la irrupción de la Inteligencia Artificial?
Muchísimo, porque no es ni inteligencia ni artificial. Es un recopilador sin permiso de todo lo que existe. Se podrá plagiar tu trabajo y jamás te darán nada por todo el talento, el esfuerzo que hay tras él. Es un mal endémico.
¿Confía en que el Derecho evolucionará para proteger a los artistas?
El Derecho siempre va detrás de las normas de mercado que impone la tecnología, no puede ir delante. Y además, en medio hay dinero, hay grandes empresas, hay miedos…
Yo he hecho mucho lobbying en Estrasburgo, Bruselas y Estados Unidos, y lo sabemos ya. La tecnología moderna impone las normas al mercado, y lo que hacemos nosotros es contestar tarde a los legisladores. La respuesta siempre es que el statu quo no se puede alterar.
Además, las plataformas digitales no pagan realmente a muchos músicos, pagan a unos pocos. Ha habido una campaña en los últimos años donde desde Mick Jagger hasta el último músico dicen que lo recaudan de las plataformas es nimio, o nada.
Es la primera vez que los Grammy Latino se celebran en España, y se habla de que sirven como puente entre culturas. En términos culinarios, y ahora que la cocina fusión está de moda, ¿con qué géneros le gustaría cocinar un buen plato?
Ese plato está hecho per se. Entre la leyenda negra del genocidio, la Conquista, y todo eso que manejan unos pocos a su propio interés, la realidad es que en el siglo XVI se publicó un edicto por el que no se podía ni esclavizar ni apropiarse de las tierras de los indígenas porque eran súbditos de España.
Entre eso, y el amor y fervor que tiene toda la gente joven, los creadores, por España, hay un camino que recorremos con suerte algunos y tratamos con ellos. La fusión está hecha. La música latina se abastece de España. La salsa ya está cocinada, yo mismo hice un disco que se llama ‘El corazón de Iberoamérica’ en el que utilicé cosas de aquí y allá.
Vivimos un momento de crispación política. ¿Debe la música, el arte, ser político?
El 'debe' sobra. Yo soy independiente, no he firmado en ningún papel mi compromiso político, pero el artista puede expresar en su música sus tendencias y sus ambiciones como han hecho muchos otros durante cientos de años. Entonces, no tengo opinión formada al respecto. Creo que también una persona, porque sea artista, no tiene que dedicarse solo al arte. Tiene su opinión.
El momento que vivimos ahora es una confusión tremebunda. Cuando me preguntan qué está pasando en España digo, “pues no lo sé”.
Aunque dice que no tiene una opinión formada, sí parece que cree en la plena libertad de expresión.
La libertad de expresión ha permitido al ser humano ser mejor, saber más, y poder expresarse, así de simple.
La libertad de expresión no debe venir ni de la derecha ni de la izquierda ni de nadie. Me fastidia cuando la derecha dice que un tipo ha lanzado unas consignas… Las letras no son pistolas. La poesía, la literatura, no pegan tiros en la sien. Hay otros que pegan tiros en la sien, que mandan, encima.
Ni la música ni la litera dispara balas. Dispara opiniones, y yo creo que debe haber libertad de expresión sí o sí. En este momento, por unos y por otros la libertad de expresión no está en su mejor momento.
Estamos donde se está forjando el futuro de la música, pero ¿cuál es ese futuro?
El futuro de la música es tener espacio para que se produzca.