Desde el 30 de noviembre, Sevilla tiene una librería más en sus calles. Fabulando, una librería especializada en literatura infantil y juvenil que, ubicada en la calle Francisco de Ariño, se enorgullece de ser "de barrio".
Paco Camero está al frente de este negocio, que apuesta por la "cercanía" y por destacar la figura del librero como prescriptor: "alguien que te conoce, que sabe lo que te gusta y te orienta".
Ese es el sello que le puede salvar frente a la 'tiranía' de Amazon, compañía que, en los últimos años, ha puesto en jaque la viabilidad de negocios sevillanos como Caótica, Yerma o dos de las librerías Verbo, la de Asunción y la de Sevilla Este.
[Cierra definitivamente 'El gusanito lector', décima librería que dice adiós este año en Sevilla]
La última en morir ha sido El Gusanito Lector, tienda ubicada en la calle Feria desde hace 30 años, y enfocada al público joven. En total, diez librerías han cerrado este 2023 en Sevilla.
Con este panorama, puede ser difícil encontrar el sentido a que un emprendedor se lance a abrir una nueva librería. Sin embargo, Paco Camero considera que, para él, "solo tenía sentido" montar este negocio dado el "sacrificio" y la "inversión" que exige cualquier tipo de emprendimiento.
Antes que librero, Camero fue periodista, y, durante veinte años, su trabajo ha estado ligado al mundo de la cultura, especialmente a los libros y la música. Según cuenta a EL ESPAÑOL, su vida "ha girado siempre en torno a los libros", y le "apetecía vivir otra cara" del mundo de las letras, un ámbito "que siempre me ha apasionado".
La de Paco Camero es la segunda librería de Fabulando en la ciudad, una marca especializada en la venta de literatura para niños, adolescentes y jóvenes. Si bien la especialización podría, a priori, verse como un reto, Camero señala que "uno de los grandes motores de la industria" editorial en España es, precisamente, el sector infantil y juvenil.
Al librero no le extraña, ya que ve que "la realidad es que los niños leen mucho", aunque a veces el discurso sea de que "las pantallas se lo comen todo y es el fin de los tiempos". Del mismo modo, puede apreciar que existe una "preocupación" entre los padres por "ofrecer a los niños un producto de calidad y cuidado", para hacer que sus ratos de ocio "no pasen por las pantallas" en su totalidad.
Lo cierto es que la oferta literaria permite a las librerías contar un catálogo que satisfaga las demandas de los padres. Paco Camero pone en valor que "hay una variedad apabullante" de títulos infantiles, "y sobre todo mucha calidad". El valor de este trabajo es tal que Camero considera que es "casi injusto añadirle la etiqueta de infantil y juvenil" dado que ve en esos libros "literatura por derecho propio".
Servicio público
A pesar de la complicada situación que atraviesa el sector de los libros en Sevilla, Camero reivindica el papel de los libreros en los barrios, y, de hecho, ve su trabajo como un "servicio público" en la zona en la que se asienta su librería. En este sentido, asegura que no ve el trabajo de librero como "un proyecto romántico", ya que no cree que las librerías sean "una causa perdida".
Lo dice al observar la actitud de sus clientes, de los padres y los niños que acuden a Fabulando en busca de un nuevo libro que leer. Concede que hay "muchas distracciones" que dificultan "encontrar el momento para abrir el libro". Sin embargo, subraya que "sigue habiendo gente a la que le preocupa eso", y, por esas personas, Camero considera que "hay que hacer un esfuerzo para estar aquí".
Por otro lado, no cree que compita con Amazon: "es una empresa sin alma, y yo ofrezco algo que ellos no, la prescripción" que lleva a cabo el librero. Esa recomendación personal, el trato cercano, dice Camero, "todavía no te lo puede dar un algoritmo".
En cualquier caso, Paco Camero ve "muy difícil" competir con la multinacional, pero subraya que tanto las editoriales como las distribuidoras "se han puesto las pilas" para fomentar la compra de libros en las librerías.
Así, Camero destaca que hoy, cualquiera puede pedir un libro en su tienda de barrio, y "en 24 horas el libro está aquí". Así, desaparece la "excusa de que por Amazon llega más pronto".
En estas primeras semanas, Camero se alegra de ver que la librería "va bien como para que el negocio sea viable", aunque apunta que aún "es muy pronto" para poder hacer un diagnóstico certero. En cualquier caso, se queda con esos clientes "que entran y te agradecen que la librería exista y esté en el barrio". Ese pago "con cariño" le sirve como primer beneficio de su nueva librería de barrio.