La Junta de Andalucía ya tiene una lista de tareas pendientes para acondicionar la nueva parte sevillana del Espacio Natural de Doñana. Se trata de la finca Veta La Palma, ubicada en el término municipal de La Puebla del Río, cuya escritura de venta por 72,6 millones de euros se formalizará para su adquisición antes del 31 de diciembre.
El presidente del Gobierno andaluz, Juanma Moreno, anunció esta compra el pasado mes de septiembre con la finalidad de blindar Doñana y anexionarle más de 7.400 hectáreas, de las que 3.500 son inundables y de un gran valor ecológico.
Este terreno supone el recinto de marisma natural más importante fuera del Parque Nacional, manteniendo un funcionamiento de inundación-desecación similar al de la marisma natural del propio enclave.
Desde el Gobierno andaluz lo ven como "el mayor hito medioambiental" en los últimos 45 años y ahora el objetivo es encontrar una fórmula alternativa para mantener el humedal desde lo público. De hecho, uno de los proyectos más ambiciosos sería su renaturalización completa para que vuelva a nutrirse de las aguas del río sin necesidad de bombeo.
Será una comisión conformada por investigadores de las universidades y técnicos de la Junta quien debata sobre el futuro de estos terrenos. Pero todo pasa por acondicionarlos para que se conviertan en enclave natural tras ser durante décadas piscifactorías, gestionadas por el grupo empresarial Hisparroz con elevados costes energéticos y de mantenimiento.
Aunque hasta 2025 no se hará cargo de su gestión plenamente, en este primer año la Consejería tiene previsto invertir casi 800.000 euros. Pero ¿en qué exactamente?
Desde el Gobierno andaluz son conscientes de que la finca ofrece un gran potencial de mejora, permitiendo aumentar la biodiversidad de sus distintos ambientes como lucios, caños, balsas, marisma media, marisma alta, isletas y vetas.
Las actuaciones
Por ello, asociadas a la adquisición como principal medida de garantía de biodiversidad, la Administración andaluza va a desarrollar una serie de actuaciones que se centrarían en posibilitar o facilitar una serie de objetivos.
Entre ellas, la Junta mejorará y optimizará el manejo hídrico enfocado ya directamente a la conservación y potenciación de la biodiversidad, planificando con la revisión de las cotas y flujos de agua, los hidroperiodos óptimos para cada ambiente.
Para ello se realizará el reforzamiento de la conexión de los sistemas del Lucio del Bocón, Cuquero Grande y Cuquero Chico, instalándose un bombeo adicional.
Contribuir a la mejora de la situación global del estuario, del río Guadalquivir y sus antiguos brazos, especialmente el Brazo de la Torre, es otra de las medidas.
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También la Junta persigue mejorar la aptitud de la finca para especies clave por si situación en peligro crítico como la cerceta pardilla o por su alto interés como la anguila. A su vez, la Consejería definirá y desarrollará programas de gestión y conservación al respecto.
La mejora de las balsas extensivas y manejar la calidad de las aguas son otros de los objetivos. Para ello, establecerá un programa de control de las aguas manejadas y de lucha temprana contra episodios de abundancia de cianobacterias por su impacto en las aves.
Del mismo modo, realizará un estudio para incrementar el conocimiento del manejo de las necesidades de funcionamiento y mantenimiento de las instalaciones para cumplir el objetivo de conservación y mejora de la finca.
Prejuicios de su no adquisición
A su vez, este mismo informe recoge los perjuicios que se evidenciarían si su adquisición y su gestión no se produjeran. Lo principal sería la reducción de esas 3.500 hectáreas de la superficie inundada, lo que conllevaría una aminoración significativa de la diversidad de hábitats que la finca aporta a Doñana y la pérdida de mejorar su alto valor ecológico.
La práctica desaparición de la avifauna acuícola de la zona, que quedaría sin inundación, sería otra de las consecuencias. La zona en concreto da soporte a altas concentraciones de aves acuáticas. En algunos momentos del año, a más de 300.000, lo que supone más del 60 % del censo de aves de Doñana.
A su vez supondría una drástica reducción de la capacidad de adaptación ante el cambio climático del conjunto del humedal de Doñana. En definitiva, desde el Gobierno andaluz mantienen que Doñana será mucho menos resiliente sin Veta la Palma inundada.
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Tras una semana convulsa marcada por la suspensión del espacio natural en la Lista Verde de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), la Junta de Andalucía quiere volver a formar parte de la misma teniendo en cuenta esta ampliación, aunque reconoce que "no deja de ser una llamada de atención más".
Para ello, el pasado lunes en el seno del Consejo de Participación de Doñana celebrado en Almonte se aprobó un plan de trabajo y se ratificó el acuerdo alcanzado hace un mes entre la Junta y el Gobierno central parar crear un marco de actuaciones. Todo ello con el fin de preservar el enclave y enterrar definitivamente la ley de reordenación de los regadíos en su entorno.