Sevilla

La Virgen del Dulce Nombre, titular de la cofradía de la Bofetá, cumple un siglo. Esta Dolorosa, acompañada por San Juan Evangelista, se realizó en 1924 y reemplazó a una imagen anterior. Su llegada se produjo un lustro después de la refundación de la hermandad, cuando esta tenía su sede en la parroquia de San Román.

Junto con las imágenes del paso de misterio de Jesús ante Anás de la misma corporación, presentadas un año antes, serían las primeras imágenes encargadas por una hermandad al imaginero sevillano Antonio Castillo Lastrucci, artista que poco después revolucionaría la iconografía de la Semana Santa andaluza.

Después del éxito obtenido con la hechura de las imágenes del paso de misterio, la hermandad decidió encargar las imágenes de la Virgen y San Juan, tras la aprobación unánime del cabildo celebrado el 28 de noviembre de 1923.

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El 4 de febrero del año siguiente se aprueba, en otro cabildo de carácter extraordinario, la definitiva adquisición de ambas imágenes. El imaginero cobró 3.000 pesetas por la Dolorosa, regalando la imagen de San Juan Evangelista.

Azulejo con las imágenes. EE Sevilla

En la que sería su primera Dolorosa para Sevilla, Castillo Lastrucci creó un nuevo modelo de belleza que rompía con el canon establecido hasta el momento, y que sería repetido por otros imagineros en años sucesivos. María Santísima del Dulce Nombre presenta los rasgos de una mujer andaluza, joven, guapa y sin llanto ni dolor. De hecho, la Virgen no tendría lágrimas hasta que el propio autor se las añadiera en 1927.

María Cos y un nuevo canon de belleza

Para crear este canon de belleza utilizó como modelo a una bailarina vecina de la calle Carmen, próxima a su taller de la calle San Vicente, llamada María Vicenta Cos García, conocida como Mariquita. Su parecido debió ser notable, pues, al ser presentada la talla en San Román, algunos cofrades encontraron similitudes con el rostro de esta joven sevillana.

La nueva Dolorosa llegó para heredar un recién estrenado palio con bambalinas caladas en malla de oro y un manto bordado en oro fino sobre terciopelo azul, todo ello bajo el diseño y ejecución del prestigioso bordador de la época Juan Manuel Rodríguez Ojeda, mismo autor del palio de la Macarena, entre otros.

Después de su primera Semana Santa, la de 1924, la imagen fue trasladada al taller de Castillo Lastrucci para ser retocada a petición de la hermandad, disipando así las voces de quienes encontraban en la Dolorosa algún parecido con la joven bailarina.

Traslado a San Antonio

Casualidades del destino, la Virgen regresaría muy poco después a la calle San Vicente, pero esta vez acompañada por toda la hermandad. El 28 de mayo se aprobaría el traslado de la cofradía al convento de San Antonio de Padua, en la citada calle, donde quedaría establecida esta corporación durante 44 años, antes de llegar a su actual sede, la parroquia de San Lorenzo.

El traslado de San Román a San Antonio se produjo el 20 de junio de 1924, sólo tres días después de recibir la autorización eclesiástica. Un traslado multitudinario que, unido a la primera salida procesional de la nueva Virgen del Dulce Nombre, inspiró al famoso compositor Manuel López Farfán para que el 8 de febrero de 1925 dedicase la genial marcha 'El Dulce Nombre'.

Un lustro después, en 1929, invitaron a la hermandad a llevar a su Dolorosa bajo palio a la exposición de arte mariano de la iglesia parroquial del Divino Salvador, dentro del I Congreso Mariano Hispanoamericano celebrado entre el 15 y 21 de mayo.

Con un imponente paso de misterio y con un llamativo paso de palio, la hermandad de la Bofetá atesoraba un rico patrimonio procesional que, a diferencia de otras hermandades, no sufrió pérdidas ni daños durante los años convulsos que desembocaron en la Guerra Civil, pues el convento de San Antonio no fue atacado.

El último Martes Santo de Castillo Lastrucci

La Virgen del Dulce Nombre fue la última bajo palio que Antonio Castillo Lastrucci vio antes de fallecer en noviembre de 1967. La hermandad, sabiendo del delicado estado de salud del maestro escultor, decidió que ese Martes Santo la procesión pasara por la puerta de su casa.

La restauradora Carmen Bahima, con el apoyo del escultor Alberto Pérez Rojas, le realizó la última intervención en 2015, consolidando su estructura interna, reparando los ensambles y daños superficiales, así como eliminando repintes y suciedad que deformaban su fisonomía ocultando su verdadera policromía.

Con un rostro notablemente más pálido y sin la profunda sombra de ojos, el resultado de esta restauración generó debate entre los cofrades.

Cultos y actos

La junta de gobierno de esta hermandad del Martes Santo ha preparado una agenda de cultos y actos para la conmemoración de esta efeméride, entre los que no se encuentra, hasta el momento, una salida procesional extraordinaria.

El pasado 10 de febrero se celebró una vigilia en acción de gracias por los cien años de la bendición de la imagen. Teodoro Falcón, historiador del arte y catedrático universitario, ofrecerá conferencia titulada 'La iglesia de San Lorenzo', el 22 de febrero a las 20:00 en la casa hermandad de la calle Curtidurías.

El 25 de febrero tendrá lugar una misa solemne en honor a la Dolorosa, a las 13:00 en la parroquia de San Lorenzo. El día 27 se presentará el cartel conmemorativo del centenario, a las 21:30 en el mismo templo.

Están en programación otras actividades como la conferencia de Alicia Iglesias bajo el título 'La Virgen del Dulce Nombre y los modelos de dolorosas', una tertulia sobre el músico y director Pedro Morales, o una mesa redonda titulada 'El traslado del Dulce Nombre y la etapa de San Antonio 1924-1968', además de una exposición fotográfica.