La soledad no deseada en personas mayores se ha convertido en un problema muy común de la sociedad. La Universidad Pablo de Olavide (UPO) quiere contribuir a erradicarlo con un proyecto de investigación que prevé intervenciones en personas del distrito Nervión-San Pablo.
Para ello ha firmado un contrato de asesoramiento científico con la empresa Zaintzen, que gestiona el Servicio de Ayuda a Domicilio del Ayuntamiento de Sevilla.
El proyecto, dirigido por Rosa María Varela Garay y Antonia Corona Aguilar, docentes del Departamento de Trabajo Social y Servicios Sociales, se divide en dos partes. Por un lado, una investigación sobre el problema y una intervención en Nervión-San Pablo con las personas que sufren esta soledad no deseada y con los profesionales que las acompañan.
1.217 personas reconocidas con Grado De Dependencia I y II participarán en un estudio que se prolongará durante 18 meses. De todas ellas se realizará un diagnóstico para detectar a aquellas que sufren soledad no deseada.
"Disminuir los cuidados en los hospitales"
Luego, se intervendrá con recursos comunitarios centrados en la persona, tal como indican desde la UPO, que espera que esta iniciativa pueda extenderse a otras zonas.
Rosa María Varela, una de las responsables, ha expresado durante la presentación de este proyecto que una de las claves que persigue este estudio es “disminuir el papel de los cuidados en hospitales respecto a los cuidados a domicilio, en particular, para las personas mayores”.
“El hecho de que, en el futuro, una parte más importante de estas personas mayores que recibirán cuidados a domicilio también estarán solas y expuestas a la soledad destaca aún más la necesidad de situar la lucha contra la soledad en un lugar destacado en la agenda de las políticas públicas de salud”, ha indicado.
Por su parte, Antonia Corona, otra de las encargadas de poner en marcha esta investigación, ha asegurado que “como profesionales de la intervención social y agentes de cambio social”, están obligados a conocer los determinantes y las variables que influyen en la aparición” de este problema y a “ofrecer una atención social detallada sobre sus consecuencias”.
"Problema social emergente"
Según apunta esta docente, “la soledad se ha convertido en un problema social emergente y su percepción subjetiva ha experimentado un considerable aumento”.
Por su parte, Rosa María Varela comenta que “es posible identificar ciertos grupos con mayor vulnerabilidad debido a sus características sociodemográficas”.
Entre ellos destacan especialmente las personas mayores, que se enfrentan a “ un aumento en la esperanza de vida y cambios significativos en sus condiciones, particularmente aquellos en situación de dependencia”. Esto aumenta “considerablemente” la percepción de soledad, sobre todo a la hora de realizar “actividades básicas diarias”.
Según indica, los servicios sociales “se centran en la alimentación, el aseo y la administración de medicamentos, dejando de lado la atención a la soledad, lo que puede llevar a la marginación”.
Por ello, esta investigadora de la UPO argumenta la importancia de orientar el sistema de ayudas hacia la autonomía personal. “Los usuarios y las usuarias de estos servicios demandan, además del apoyo instrumental, una atención personalizada y acompañamiento para mitigar la soledad”, ha zanjado la investigadora principal de un proyecto que dará sus primeros pasos en el Distrito Nervión-San Pablo.