Una de las comidas más típicas de la cocina española son las croquetas, y en Sevilla no hay bar donde falten. En esta ocasión, EL ESPAÑOL ha puesto en la palestra dos variantes muy dispares. Por un lado, las de Casa Ricardo, donde llevan haciéndolas desde hace casi 30 años y por otro, unas de supermercado.
La primera parada de esta comparativa está en el citado mítico bar, taberna conocida por todos los que buscan una de las mejores croquetas de la tierra. Y está claro que su éxito se basa en la experiencia que desde 1898 les avala. Y por supuesto en su forma de elaborarlas, que ha pasado de generación en generación.
En Cuaresma, por la vigilia, cambian su receta de jamón por las de bacalao y hay algunos que esperan estas fechas con fervor para comer esta versión de pescado. Al probarla, llama la atención cómo una croqueta puede estar crujiente por fuera y tan liquida por dentro, un secreto que ningún otro bar ha sido capaz de igualar.
Y es que para hacer una de estas, hacen falta tres horas de elaboración. Tiempo que merece la pena invertir sabiendo que en días de máxima afluencia llegan a vender hasta 2.500 unidades.
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La tapa cuesta 3 euros y viene solo con dos croquetas. Su local no te dejará indiferente, ya que su aroma a incienso y sus imágenes cofrades trasladan a todo el que entra a la Semana Santa.
La segunda parada de la comparativa está en muchos puntos de la ciudad y es allá donde haya un Mercadona. En la sección 'listo para comer del supermercado, tienen sus croquetas de jamón a 4,20 euros y vienen 6 unidades.
Al pagar, hay una zona reservada donde se pueden calentar para comerlas allí directamente. Una buena opción si se va con prisas. Eso sí, las croquetas son las típicas congeladas que todo el mundo almacena en su arcón, por lo que freírlas en casa es mejor opción y más barata.