La Policía Nacional ha desarticulado una segunda banda que explota trabajadores extranjeros en el campo de Sevilla. Lo hace solo dos semanas después de que detuvieran a 15 personas por los mismos hechos, la historia se repite.
En este caso hay seis detenidos pero el sistema que empleaba era el mismo que en la banda que cayó en febrero. Habían montado una empresa legal con un administrador único. Él y su esposa ofrecían servicios de limpieza de arbolado y recogida de naranja.
Contrataron a dos personas, que sí estaban en situación regular. Ellos se encargaban de buscar a los ciudadanos extranjeros para laborar en el campo. Les daba igual que no tuviesen los papeles en regla. Tampoco les daban de alta en la Seguridad Social, señala la Policía.
Para atrapar a los explotadores la Policía Nacional se desplazó hasta Córdoba. Allí, en la localidad de Palma del Río dieron con ellos. De hecho, en una finca identificaron a 20 personas, de las que 17 estaban en situación irregular.
Gracias a esta operación se detuvo a cinco personas por "delito contra los derechos de los trabajadores y contra los derechos de los ciudadanos extranjeros", indica la Policía Nacional.
El caso recuerda enormemente al de otra banda que la Policía desarticuló hace dos semanas también en Sevilla. Como este, se trataba de ciudadanos extranjeros -de Rumanía- que habían constituido una empresa para explotar compatriotas y búlgaros.
Aborto por la presión
Las condiciones de los trabajadores en ese caso eran tan duras que una joven llegó a abortar de forma espontánea por la presión. Otra de las víctimas se tiró por una ventana para huir.
Los encargados de la red de explotación, explicó en su momento la Policía, no daban de comer o de beber a los trabajadores ilegales, a los que tampoco daban de alta en la Seguridad Social.
En esa operación se detuvo a 15 personas y se liberó a 21 personas. Según informaron los agentes, el sistema era el mismo que ahora: empresas pantalla con apariencia de legalidad que los dueños de los campos contrataban.