La Catedral de Sevilla tiene luz verde para intervenir sobre dos de las grandes vidrieras del templo. Se trata de las número 46 y 55, ambas del siglo XVI y que estaban en un "mal estado de conservación".
La primera de las vidrieras sobre las que se va a arreglar se llama San Sebastián y es obra de Arnao de Vergara, en el año 1535. La segunda, San Cristóbal, es de Arnao de Flandes y data del año 1540.
La primera, señalan desde la Comisión Provincial de Patrimonio, está en la nave lateral del Bautismo, sobre la Puerta de Palos; la segunda, en la nave lateral San Miguel, sobre la Puerta de Campanillas.
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"En general, las vidrieras presentan un mal estado de conservación", insiste la comisión, que destaca que hay daños habituales "producidos por el paso del tiempo, como la pérdida de la capa de pintura, los fragmentos de vidrio resquebrajados y el revestimiento de pintura!".
Tormenta de 2014
Además, hay problemas en esas vidrieras por la tormenta de febrero de 2014. Entonces, la fuerza del viento "dañó severamente la fijación a la obra".
Por eso, "las vidrieras carecen de la sujeción suficiente, por lo que es imprescindible que se desmonten cuanto antes y se lleven a cabo medidas de restauración".
La Catedral de Sevilla es uno de los mayores templos católicos del mundo y, además, centro de atracción para el turismo que visita la ciudad. De hecho, este mes se ha conocido que cerró 2023 con más de dos millones de turistas.
Segunda mejor cifra
Se trata de la segunda cifra más alta contabilizada desde que hay registros, solo por detrás de 2019, que se cerró con un diez por ciento más de visitas.
La entrada a la Catedral se complementa de manera gratuita con la visita a la Giralda y a la Iglesia del Salvador, esta última contó con una afluencia de público de 322.906 personas.
Este dato, sumado a esos más de dos millones de visitantes, arroja una cifra cercana a los 2.400.000 considerando el conjunto monumental.