El diagnóstico precoz del alzhéimer es una de las funcionalidades adicionales del PET-TAC, la que es considerada “la prueba por excelencia en oncología”, tal como informan desde el Hospital Quirónsalud Infanta Luisa.
Especialmente, esta técnica se emplea para el diagnóstico de la recaída del cáncer de próstata, pero desde este centro hospitalario aseguran que puede emplearse para detectar con celeridad otras patologías.
“Los estudios del PET nos van a permitir el diagnóstico más temprano de numerosas enfermedades”, recalca Blanca González-Gaggero, jefa del Servicio de Medicina Nuclear y PET-TAC.
Esta facultativa explica en qué consiste esta prueba donde se combina la imagen funcional del PET con la anátomica del TAC. “Al paciente se le inyecta una pequeña cantidad de material radiactivo que nos va a permitir valorar cómo funciona un determinado órgano o tejido y a su vez nos va a informar de la localización en el organismo de esos hallazgos”, detalla.
El consumo de glucosa como pista
Según indica González-Gaggero, “como las alteraciones funcionales preceden a los cambios anatómicos, estos estudios nos van a permitir el diagnóstico más temprano de numerosas patologías”.
Por su parte, Andrés Durán Ferreras, especialista del Servicio de Medicina Nuclear y PET-TAC, indica que el consumo de glucosa es una pista, ya que “va a ser mayor en las células oncológicas y, por tanto, la captación de la sustancia radiactiva va a ser mayor”.
“Con ello podemos hacer una aproximación sobre la benignidad/malignidad de los hallazgos sospechosos. Por eso el principal uso del PET es la oncología”, asegura. La prueba tiene especial efectividad en la recidiva (recaída) del cáncer de próstata.
Según el último estudio de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), el cáncer de próstata es el tumor más frecuente en varones y la tercera causa de muerte por cáncer en hombres. Le sigue el cáncer de pulmón y de colon.
Todas las fases del proceso
El PET-TAC “interviene en todas las fases del abordaje del proceso oncológico, permitiendo un diagnóstico más precoz y exacto, un mejor conocimiento del tumor y, por ende, un mejor tratamiento para el paciente”, según señala González-Gaggero.
Esta prueba también es de gran importancia en neurología, según indican fuentes del centro sanitario. De esta manera, se puede establecer una valoración de las demencias y visualizar las áreas cerebrales dañadas, en función del producto radiactivo.
Asimismo, también puede mostrar los depósitos de la proteína responsable de la muerte neuronal en la enfermedad del Alzheimer. Es también una manera fiable de hacer un diagnóstico de esta patología.
Fiebres, infecciones e inflamaciones
El Quirónsalud Infanta Luisa también aprovecha que los procesos inflamatorios/infecciosos pueden presentar un mayor consumo de glucosa. Así, emplea el PET-TAC para localizar “información fundamental en aquellos pacientes con fiebre mantenida, para intentar localizar su causa”.
También se utiliza esta prueba “en infecciones sobre material protésico, válvulas cardiacas, marcapasos, reservorios o para localizar los procesos inflamatorios en enfermedades de reumatología”, tal como indican desde el centro.