Los agentes de la Guardia Civil establecieron un control rutinario contra el narcotráfico en la AP-4 de madrugada. Eran 17. Dos morirían horas después junto con cuatro civiles en uno de los accidentes de tráfico más trágicos que se recuerdan en Sevilla. Un camión se abalanzó sobre ellos y no frenó. Iba a 90 kilómetros por hora.
Eran las 4.40 de la mañana del lunes al martes cuando ocurrió la tragedia. El agente de la Guardia Civil que suele situarse en la delantera de un control para dar el alto vio acercarse al camión. Al volante, un conductor español, sin antecedentes. No frenó, como demuestra el hecho de que no hay signos de esa maniobra en el asfalto.
El peso del camión hizo el resto cuando el conductor, en prisión preventiva acusado de las seis muertes, intentó esquivar a los agentes que tenía enfrente. Se dirigió al arcén, señalan las primeras explicaciones.
Eso hizo que la cabina girase y el trailer funcionara como un muro que fue barriendo primero a los coches de la Benemérita y luego, a los de los ciudadanos que habían parado en el control.
Conos y señalización
Según explicaron este martes fuentes del Gobierno central, el control que establecieron los agentes estaba en perfecto orden: los conos, la señalización, el número de agentes... ¿Qué falló, entonces?
Todo apunta a que el problema estuvo en la cabina del camión. En la misma iban dos personas. El conductor detenido y que está en prisión y su compañero. Se presume que o bien se distrajo que la somnolencia le pudo. Dio negativo en drogas y alcohol.
En todo caso, duerme en prisión. Eso es así, señalan fuentes jurídicas, porque aunque el delito no fuese voluntario, el juez ha podido determinar que hay riesgo de fuga, de destrucción de pruebas o que la alarma social justifique su encierro.
Seis tragedias
Sea como fuera, el accidente deja seis tragedias. Seis muertos entre los que están dos agentes de la Guardia Civil. Uno de ellos, el cabo Eneko Lira, cumplía años hoy, miércoles. Agente desde 2015, tenía 36 años y era de Vitoria. Este miércoles debería haber soplado las 37 velas.
Con él murió el agente Juan Jesús López, al que conocían como Juanje en su localidad natal, El Ejido. Era hijo de un exconcejal de su localidad, tenía 34 años y era parte del Instituto Armado desde 2019.
A esos dos muertos se suman otros cuatro, de los que han trascendido menos datos: son un vecino de Dos Hermanas (Sevilla) de 47 años de edad, un vecino de Barbate (Cádiz) de 50 años, un ciudadano de Ceuta de 53 años y un joven de 20 años de edad inicialmente de nacionalidad extranjera y que residiría en Vizcaya.
Cinco heridos
El camión dejó también cinco heridos, aunque en un primer momento se habló de tres. Son todos agentes de la Guardia Civil.
Uno de ellos, señaló este martes el subdelegado del Gobierno, Francisco Toscano, está grave con un neumotórax bilateral y diversos traumatismos. Se encuentra en el hospital Virgen del Rocío de Sevilla.
Están también ingresados dos agentes: uno con fractura en una pierna y afectación en el páncreas y el hígado y otro que tiene el fémur roto. Ambos están ingresados en el hospital Virgen de Valme de Sevilla.
En el hospital
Los otros tres heridos revisten menos gravedad y se desplazaron solos a los hospitales cercanos para recibir tratamiento.
Mientras la Guardia Civil termina la investigación sobre cómo pudo ocurrir esta tragedia, el conductor del camión sigue en prisión. Él mismo señaló ante el juez que no había visto el control de la Benemérita.
El magistrado dictó prisión comunicada y sin fianza. Se enfrenta a seis presuntos delitos de homicidio por imprudencia y tres delitos de lesiones graves por imprudencia, toda vez que la causa en sí la llevará el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número cuatro de Utrera, que estaba de guardia cuando ocurrieron los hechos.