Sevilla

El turismo en Sevilla es una cuestión a debate. Prueba de ello es que el Ayuntamiento preparó una ordenanza que busca limitarlos en el Centro de la ciudad y en Triana, donde superan el 10 por ciento de las viviendas disponibles. 

Pero eso no termina con el problema, señalan asociaciones de vecinos y afectados. Este mismo lunes la plataforma de vecinos de Casco Norte de Sevilla se quejaba de las medidas contra los pisos turísticos. 

La cuestión ha llegado a la universidad. A la Pablo de Olavide, desde luego, donde el doctor en Ciencias Sociales Daniel Marín ha propuesto un "recetario para disminuir el turismo". 

[Sevilla, ciudad de pisos turísticos: crecen el doble de rápido que los hoteles y ya hay casi 8.000 plazas]

La primera medida que plantea este investigador es eliminar "las conocidas como viviendas turísticas". Todas, señala. ¿Por qué? Porque, razona este profesor universitario, "la vivienda es para residir y desplegar una vida arraigada en el territorio". Y sin ella, "las personas se deslocalizan y los territorios pierden su alma".

Hasta el 5% solo

A eso sigue limitar los apartamentos turísticos, los bloques completos de pisos que han surgido por toda Sevilla y en el Centro con más fuerza aún. "Deben cumplir unos requisitos mínimos de convivencia", indica Marín y "no deberían superar el cinco por ciento de las edificaciones de la ciudad". 

En todo caso, añade Marín, los apartamentos o pisos turísticos deben respetar "inmuebles protegidos" porque esas edificaciones "deben ser para residencia estable de personas". 

El problema del turismo, señala Marín, tiene otra derivada: el número máximo de personas que pueden acceder a los monumentos de la ciudad. Plantea este doctor en Ciencias Sociales reducirlos por debajo de los que hay ahora mismo. Además, pide establecer "un número mínimo de pases para locales, que siempre tendrán preferencia". 

Esto protegería el derecho de los sevillanos a acceder a espacios donde, en ocasiones, el número de turistas les expulsa. 

Tasa turística

Además, Marín pide dos cuestiones que tiene que ver con lo económico: en primer lugar, la imposición de una tasa turística, cuestión que debaten ahora mismos los ayuntamientos y que la Junta amaga con esquivar. 

En segundo lugar, la subida de los impuestos de IBI y especiales a los negocios hoteleros en zonas saturadas -que también plantea revisar-. "Quien más impacta, más contribuye", señala. 

Esto "permitiría rebajar el IBI a las familias residentes y a quienes destinan su vivienda a alquiler residencial", añade este doctor de la Olavide. 

En este "recetario" contra el turismo excesivo en Sevilla, Marín pide que el Ayuntamiento ponga fin al pago público de costes privados. Es decir, que el coste de la celebración de eventos -religiosos, deportivos, celebratorios...- corran por cuenta de quien los organiza. 

"Los sevillanos pagan la fiesta de otros"

"Se acabó eso de que los sevillanos paguemos la fiesta de otros", indica Marín, quien pide que quien convoca el acto se haga cargo de la cuenta " de seguridad, limpieza o transportes". 

Para el doctor Marín, además de las limitaciones, hay que encontrar incentivos para quien llega a las zonas más tensionadas para vivir y no como turista. Así, plantea "reducción de tasas municipales" así como "acceso preferente a servicios locales" o a "ayudas en situación vulnerables", por ejemplo. 

Por último, el recetario para la convivencia con el turismo de Marín pide que se diversifique el mix económico. Es decir, que todos los huevos no estén puestos en el cesto de lo que se dejan los visitantes que llegan a Sevilla y que, además, el turismo se reparta por la provincia. 

Ordenanza del Ayuntamiento

Sobre estas cuestiones, en parte, ya hay medidas. La principal es la ordenanza que el Ayuntamiento de Sevilla impulsa para limitar las viviendas turísticas. Tras un análisis de la situación, el equipo del alcalde, José Luis Sanz, estableció que hay zonas de la ciudad saturadas de pisos turísticos. 

Se trata de casi todo el Centro así como de la parte histórica de Triana. Ahí es donde no se pueden dar más licencias para viviendas turísticas. Pero eso, señalaron los críticos del plan, no reduce los pisos para visitantes.

Desde el Consistorio no lo ven así. Porque indican que esa norma más el decreto de la Junta de Andalucía, que establece condiciones más duras para tener un piso turístico, hará que se vayan eliminando licencias. Y así bajará la presión, sostienen. 

La ordenanza aún no se ha aprobado, de modo que no hay datos para juzgar sus efectos. De hecho, fuentes del Ayuntamiento reconocen que pueden tardar en verse. La gestión inmobiliaria es lenta. Pero creen que, a medio y largo plazo, se verán las bondades de la regulación.