Sevilla

La Policía Nacional ha desmantelado en Morón de la Frontera, Sevilla, un laboratorio de droga. Se trata, explican los agentes, del más moderno y tecnologizado que se ha descubierto en España por ahora. 

El complejo se descubrió de una manera fortuita: un incendio en la nave donde escondían la fábrica de estupefacientes llenó de humo las instalaciones aledañas y alertó a la Policía. 

La Policía interviene en el mayor laboratorio de cannabis de España

Cuando se desplazaron al lugar de los hechos primero tuvieron que auxiliar a uno de los trabajadores de la red de tráfico de droga que se había intoxicado "gravemente" con el humo del incendio. Después vieron las dimensiones del hallazgo. 

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Según explican fuentes de la investigación, las instalaciones eran comparables "a una planta piloto de cualquier importante empresa química". Intervinieron "15 kilos de metanfetamina, 121 kilos de precursores, instrumental y aparataje de laboratorio valorado en más de 200.000 euros y material de vidrio valorado en más de 100.000 euros".

"Altamente sofisticado"

La droga se trataba en una habitación oculta dentro de la nave, que estaba oculta y que contaba con material "altamente sofisticado". Alli había "reactivos y productos químicos" y el espacio contaba "con ventanas sellanas y un sistema de ventilación propio" así como una "complicada red de reactores". 

Los agentes encontraron "dos criostatos de gran capacidad con la finalidad de mantener bajas temperaturas, refrigerar y poder realizar reacciones a baja temperatura".

Además localizaron "tres reactores de doble encamisado de grandes dimensiones -utilizados para hacer reacciones a baja temperatura- así como reactores de metal de acero inoxidable aptos para presión y reacciones complejas".

Así mismo se halló "un rotavapor que permite la evaporación del disolvente permitiendo la concentración del producto; matrices de vidrio y placas calefactoras para llevar a cabo reacciones y destilaciones usando temperatura".

Envasadoras y filtrado

También había en las instalaciones "máquinas de envasado al vacío para la conservación de producto final o intermedio, así como envasadoras; y un sistema de filtrado tipo Buchner tipo escala piloto, para la filtración rápida de partículas sólidas y separación y purificación de producto final".

Los investigadores destacan la localización de una caja seca -utilizada para la manipulación en atmosfera inerte de reactivos y así evitar el contacto con el aire-, estufas calefactoras para el secado de producto y diferentes tipos de reactivos aptos para procesos químicos de reducción como el llamado Disolución de Triisobutil aluminio (TiBA).

Esta se encontraba enmascarada como bote de piña. Este reactivo requiere de un férreo control ya que reacciona violentamente con el agua y con el aire, lo que explica la existencia de la caja seca y un sistema de atrapamiento de humedad.