Sevilla

La provincia de Sevilla tiene algo menos de dos millones de habitantes. Y es la misma cifra hace una década. Según el censo de 2022, la población era de 1,94 millones de personas y, desde 2012, solo ha crecido en algo más de 9.000 personas. 

La población de la provincia de Sevilla no solo está estancada. Además, ha establecido, de acuerdo con los datos de un informe de la Diputación de Sevilla, un camino que la lleva a abaldonar la capital e irse a las localidades de entre 5.000 y 50.000 habitantes. 

¿Qué significa eso? Que mientras Sevilla capital tiene cada vez menos sevillanos, el Aljarafe gana vez tiene más. 

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Almensilla, Bormujos, Bolullos, Camas, Castilleja de la Cuesta, Coria del Río, Espartinas, Gelves, Fines, Mairena del Aljarafe, Olivares, Palomares del Río, Pilas, Salteras, San Juan de Aznalfarache, Sanlúcar la Mayor, Santiponce, Tomares, Umbrete, Valencina de la Concepción y Villanueva del Ariscal. ¿Qué tienen en común?

Hasta 50.000 habitantes

Lo que les une es su cercanía a Sevilla capital y una población de entre 5.000 y 50.000 habitantes. El destino que han tomado los sevillanos, de acuerdo a los datos de la Diputación. Son las localidades que crecen en población.

El estudio de la institución que dirige el socialista Javier Fernández no señala las causas de ese abandono de la capital pero organizaciones de vecinos apuntan a la proliferación de los pisos turísticos. 

Eso podría explicar la pérdida de población en el Centro o zonas turísticas como Triana pero ¿y los barrios más apartados de las áreas monumentales? La falta de vivienda, cuestión que desde el Ayuntamiento abordan con nuevas promociones a través de Emvisesa.

De hecho, hasta 2026 el Consistorio quiere levantar más de 1.400 viviendas accesibles. De esas, 1.025 irían destinadas al alquiler y solo 378 estarán a la venta. 150 serán alojamientos ‘coliving’, pensados para que los jóvenes compartan piso.

Ampliación del Metro de Sevilla

Mientras llegan esas casas, el Metro ha vuelto a ponerse en marcha y eso puede animar la llegada de vecinos. Hacía 15 años que no se ampliaba la red del suburbano que, por ahora, solo tiene una línea. 

Pero eso son planes a futuro. Los datos del informe de la Diputación hablan de la última década. En los mismos se ve que la población de la provincia no solo abandona la capital. También se marcha de las localidades de menos de 5.000 habitantes. ¿Su destino? También los municipios de hasta 50.000, los únicos que crecen.

De hecho, destaca dicho documento, siete de cada diez municipios de Sevilla han perdido población desde 2012 en el caso de las que tienen menos de 10.000 habitantes. Las de menos de 5.000 están peor: el 75 por ciento ven marchar a sus vecinos. 

Todo esto tiene otro componente que preocupa: la caída de la natalidad en la provincia de Sevilla, que no garantiza la renovación de la población. Y, a menos nacimientos, menos jóvenes en el futuro. 

Tras Madrid y Barcelona

Frente a esto, la Diputación de Sevilla plantea una batería de medidas que pueden paliar la situación. Porque ahora mismo la provincia es la quinta provincia con más población de España por detrás de Madrid, con 6,8 millones de habitantes Barcelona, con 5,8; Valencia, con 2,6; Alicante, con 1,9; y Sevilla, con 1,9 millones de personas censadas. El objetivo es crecer. 

¿Cómo? Desde la Diputación de Sevilla plantean el la creación de ayudas para la llegada de empresas y la creación de autónomos. Sería en forma de una "ayuda única" que les ayudase a iniciar la actividad.

El plan también contempla la opción de ayudas para la contratación. Sería mensual por cada nuevo puesto de trabajo creado a tiempo completo. Este incentivo estaría reservado para trabajadores empadronados en la provincia de Sevilla. 

La batería de medidas también propone ayudas para vivienda así como "proyectos piloto de innovación social". Estos apoyarían "la innovación rural económica y la medioambiental" así como proyectos para la "fijación de población".

Además, el pan de la Diputación plantea ayudas para la compra de casa y la rehabilitación de viviendas en los cascos urbanos y, por último, un "programa de apoyo al relevo generacional" que garantice que los jóvenes siguen con la actividad de sus mayores.