Los millenials que crecieron desgastando hasta la saciedad el primer disco de Estopa ya han superado ampliamente la treintena. Muchos tienen hijos y sobre todo más responsabilidades, pero ni mucho menos han abandonado la pasión por los hermanos Muñoz, quienes eligieron Sevilla para estrenar su gira por el 25 aniversario.
Con un espectáculo visual que colocaba a los de Cornellá en el centro de su barrio de toda la vida, el público ya empezó a vibrar desde la primera canción. No podía ser otra. Tu Calorro estrenaba el disco de debut y fue la elegida para iniciar este concierto tan especial.
“Es el concierto al que ha venido más gente en nuestra puta vida”, decía David, al que se observaba visiblemente emocionado con el público de La Cartuja, totalmente entregado al grupo que ha marcado su vida.
Aunque el sonido no ofrecía la limpieza que merecía un espectáculo de este calibre, casi que no hacía falta. Todos cantaban con fuerza cada una de las canciones como si fuera un himno. Había grupos numerosos de hombres y mujeres, al igual que parejas. También padres y madres con hijos.
Fue un espectáculo de dos horas y cuarenta y cinco minutos. Los hermanos Muñoz no se dejaron casi nada por cantar. De sus discos antiguos y de los más modernos. Cacho a cacho, La Raja de Tu Falda, Poquito a Poco, Vino Tinto, Ojitos Rojos, Partiendo la Pana, Malabares, Tragicomedia y Fuente de energía, entre otras muchas. Tampoco faltó el momento de gloria de José con Ya no me acuerdo, siempre esperado por los fans.
Hubo momentos para todo. Unos más tiernos y otros más flamencos de la mano de Chonchi Heredia, que brilló en el acompañamiento de El del medio de los Chichos, además de cantar en solitario por Camarón. Fue la escena más familiar del concierto, con los Estopa sentados en torno a una mesa y bebiendo Cruzcampo junto a su equipo. “Esto no lo tuvieron los AC/DC”, decían.
Taylor Swift y Palestina
A la entrada del concierto se les repartió una pulsera a los asistentes. “No somos Taylor Swift, pero también hacemos nuestras cositas”, comentaba el cantante. Eran unas luces LED que aportaron color al espectáculo en sus puntos más álgidos e incluso en el camino de vuelta a casa.
Entre canción y canción, David vio una bandera de Extremadura entre el público y le recordó a la de Palestina. “No nos gusta meternos en política, pero queremos mostrar nuestra solidaridad con los niños masacrados”, afirmó rotundo.
También dedicó una canción a los jornaleros y al proletariado de Andalucía. No podía ser otra que Pastillas de Freno. El espectáculo estuvo lleno de guiños y autoreferencias. Entre canción y canción, José entró en el escenario conduciendo un Seat Panda, aunque no parecía tener el "piñazo" de La raja de tu falda
Como Camarón fue el epílogo del concierto más multitudinario de la carrera de Estopa, algo que aspiran a igualar en plazas como Madrid y Barcelona en su gira por el 25 aniversario. “Visca Sevilla”, dijo David al despedirse de una ciudad que se entregó a sus ídolos en La Cartuja.