Sevilla

Un vecino de Sevilla llegó al hospital con una serpiente en la mano y una mordedura de la misma. Ante el miedo de que pudiera ser venenosa, atrapó al reptil y lo llevó con él al centro sanitario, donde pidió auxilio a los sanitarios, quienes tuvieron que contactar con la Guardia Civil para ayudarle.

Gracias a la intervención del Instituto Armado, el sevillano salvó la vida. Porque los agentes explicaron a los sanitarios que, para cerciorarse de que, en caso de ser venenosa la serpiente, el método para ver si había afectado al paciente era contar los dientes del animal. 

Así lo hicieron los sanitarios, que comprobaron que la serpiente tenía todos los dientes intactos. Así se aseguraron de que, en caso de haber veneno, no había llegado al torrente sanguíneo del paciente. Y que tampoco uno de los finos dientes del animal se había colado en el torrente sanguíneo del sevillano. 

Así era. El sevillano estaba a salvo. De hecho, luego pudieron comprobar que la serpiente no era venenosa. Lo hicieron mediante fotografías que tomaron al reptil y que enviaron a los agentes de la Guardia Civil del Seprona. 

A la Guardia Civil le ayudó, a su vez, un experto en serpientes. El mismo confirmó que se trataba de una serpiente de Herradura, por tanto, no venenosa.

Sin embargo, advirtió un matiz importante a los agentes: este tipo de serpientes tener los dientes muy finos, y de haberse introducido uno de ellos en el torrente sanguíneo del paciente al producirse el mordisco, podría suponer un grave riesgo para su salud.

Zoo Mundo Park de Sevilla

Ante ello, los agentes se desplazaron hacia el hospital, recogiendo a la serpiente con el objetivo de ser examinada y contar uno por uno todos los dientes del reptil, trasladándose al parque zoológico Mundo Park Las Pajanosas (Sevilla), donde verificaron que la serpiente contaba con todos los dientes.

Por último, la patrulla de Seprona de la Guardia Civil puso en conocimiento del equipo sanitario que el paciente no corría ningún riesgo por la naturaleza no venenosa de la serpiente y que, aparentemente, tenía todos sus dientes intactos, lo que eliminaba el riesgo de peligrosidad de entrar el colmillo en el torrente sanguíneo