Seguro que más de una vez has hablado con alguien de fuera y no te ha entendido o viceversa. La RAE incluye más de 93.000 términos, pero al vocabulario español hay que sumarle otras palabras y términos que solo conocen algunas personas.
En Cádiz hay expresiones de las que únicamente los locales saben el significado. Por eso, si alguna vez discutes con un gaditano, tendrás que estar al pesqui para saber qué es lo que te dice en más de una ocasión, esquivar el envión o la mascá y no cogerte un berrenchín.
El atlántico y el mediterráneo han dejado huella en la provincia de Cádiz. Su pasado y presente marinero han colmado al diccionario gaditano de expresiones a punta pala que tienen su origen en las travesías que antaño hacían los marinos.
Montuno, butarate o ser un maleta son algunas de las expresiones que el local de la Costa del Sol puede utilizar para referirse a alguien. Sin embargo, la palabra carajote es la que más gusta.
Este insulto - que ya está recogido por la Real Academia y significa bobo o tonto - tiene su origen en el carajo, la parte alta del mástil de los barcos desde donde los marineros avistaban todo lo que se encontraban a su paso.
Los capitanes y altos mandos de los barcos castigaban a la tripulación mandándolos al carajo, y de ahí el nacimiento de este insulto. La misma cuna tiene la expresión vete al carajo.
El gaditano tampoco va a dudar en llamarte cicatero si ve que eres de la hermandad del puño cerrao o, para que todo el mundo lo entienda, alguien que escatima al dar dinero. Pero aunque a esta expresión se le dé uso en Cádiz, para conocer su origen tenemos que remontarnos al pasado árabe.
Cicatero proviene de la palabra siqat, que en origen significaba 'caída' pero que evoluciona a 'caída de precio'. También el término saqqat influyó en este adjetivo, y es que a los oficios que tenían el regateo como norma se les llamaba así.