Sevilla

Hace unas semanas se hizo viral un vídeo donde Ana García, la diseñadora de la tienda de moda sevillana Cherubina, denunciaba que prendas de firmas como la suya estaban siendo copiadas por parte de la industria china: "Nos cuesta mucho trabajo sacar diseños para que lo pisoteen en un segundo".

La creadora de Cherubina es quien ha dado el golpe en la mesa, pero la inspiración del gigante asiático no es solo en esta empresa sevillana. Otras tiendas como Panambi, Voganda o Color Nude también están viendo diseños parecidos a los suyos en los escaparates de muchas tiendas de la capital andaluza.

La diseñora empezó a percatarse de lo que estaba pasando hace un año, pero "eran cosas más disimuladas", sin embargo, denuncia que "ahora la copia es casi entera". Alejandro Aspe, CEO de Colour Nude, cuenta que "las copias siempre han estado pero que ahora, gracias a las redes sociales, tienen más visibilidad".

"Hay tiendas que utilizan sus imágenes de campaña" para atraer a los clientes y luego "venden artículos distintos", explica Aspe. El empresario denuncia "la impunidad que hay a la hora de coger las imágenes" y que "los procedimientos para combatir esto son muy lentos". 

Ana afea que tiendas de barrios como Los Remedios o El Porvernir se presten a vender este tipo de prendas y que vecinas de estas zonas las compren. Pero en los últimos meses no solo ha visto copias de sus creaciones en tiendas y chinos de Sevilla, también el gigante AliExpress los vende.

Alejandro Aspe también apela a la conciencia del consumidor: "si el cliente no se conciencia y no valora nuestro trabajo el empleo puede peligrar". "Se trata de un desprestigio al producto", añade. 

Aunque según Colour Nude no están perdiendo ventas, lo que más llama la atención entre los diseños españoles y los que se venden en el resto de establecimientos es, sin duda, la enorme diferencia entre sus precios.

Los productos de las empresas como Cherubina tienen un coste de producción de entre 50 y 300 euros. A su cargo están equipos de casi 40 personas a las que se le suman los trabajadores de los talleres internos y externos que trabajan exclusivamente para ellos.

También Colour Nude está al mando de casi dos decenas de personas sin contar los talleres indirectos y los trabajadores independientes.

Comparación entre los vestidos de Cherubina y los de fabricación china Cherubina Sevilla

Sin embargo, según Leticia Chen, presidenta de la Cámara para la Cooperación Hispano-China, en conversación con EL ESPAÑOL, los empresarios chinos compran sus productos a la mitad del precio al que los venden aproximadamente.

En cada local chino de 1.000 metros cuadrados trabajan unas cinco personas. Por estas razones, la presidenta de la Cámara asegura que "no es creación de empleo para el chino, sino que es para el país".

La diferencia de precios

La diferencia en los costes de producción se ve reflejada en los precios de venta. Mientras que los productos de marcas como Cherubina superan los 100 euros, en páginas como AliExpress no alcanzan los 20.

Cherubina cuenta que hay clientas que han comprado la ropa en estas plataformas y luego han llamado a su tienda quejándose de la calidad y diciendo que "dejan mucho que desear", por lo que advierte de que "es una estafa al cliente".

Además, el problema no es solo la copia a su trabajo, sino que hay clientas que no quieren comprar este tipo de artículos que se venden en establecimientos asiáticos mucho más barato. 

Moda china

Por otra parte, Chen afirma que "los diseños chinos siguen la moda europea" por lo que "no están copiando y puede coincidir porque están siguiendo la tendencia".

"Las empresas chinas ya no importan desde el continente asiático, sino que ahora tienen los talleres en Barcelona y Florencia", defiende Chen. Leticia avala que si trajesen la mercancía desde China "con el conflicto en el mar rojo tardaría meses en llegar y la moda ya habría pasado".

El peso de la moda sevillana es muy notable en la ciudad. Por eso Sevilla fue en 2022 por Maria Grazia, diseñadora de Dior, y Bernard Arnault, presidente del grupo de firmas de lujo LVMH y propietario de la marca, para el desfile de esta firma.

El evento tuvo un impacto en la ciudad valorado en más de 100 millones de euros, además de impulsar a Sevilla como una de las candidatas clave para la capital de la moda y destino premium.