Sevilla buscó nuevos desafíos para crecer tras la Exposición Universal de 1992. Impulsado por Alejandro Rojas Marcos, alcalde entre 1991 y 1995, aspiró a albergar los Juegos Olímpicos en dos candidaturas sucesivas, 2004 y 2008, un reto mayúsculo condenado por la falta de infraestructuras y de unas plazas hoteleras que ahora sí posee la ciudad.
Fueron diez años de trabajo en las altas esferas que nunca estuvieron cerca de dar el resultado esperado. Hoy apenas quedan rescoldos de lo que un día ilusionó a la ciudad.
De hecho, el Estadio de La Cartuja, construido para la ocasión, está inmerso en una obra para desprenderse de las pistas de atletismo que debían albergar a las mayores estrellas del planeta.
Además del Estadio de la Cartuja, el diseño de la primera candidatura, para 2004, contemplaba como sedes del fútbol al Sánchez Pizjuán y el Benito Villamarín, así como el velódromo de Dos Hermanas para el ciclismo en pista.
El Palacio de Exposiciones y Congresos albergaría varios deportes como el tenis de mesa, el judo o el esgrima. Las pistas de tenis se situarían en Sevilla Este. San Pablo, Amate, Hytasa y Pineda serían otras de las sedes. Mientras, la villa olímpica estaría en Los Bermejales.
Nada de esto pudo hacerse realidad. Por la rotación entre continentes, se presentaba como el momento oportuno. El optimismo se disparó ya que Sevilla fue elegida para organizar grandes eventos deportivos durante esa década, tales como el Europeo de Natación en 1997 y, fundamentalmente, el Mundial de Atletismo de 1999, que sirvió para inaugurar el Estadio de La Cartuja. Ya en 2002 también llegó el Mundial de piragüismo.
Nunca pasó el primer corte
Los esfuerzos no fueron suficientes. Sevilla no pasó el primer corte en 2004. Se quedó fuera de la carrera en 1997 junto a San Juan (Puerto Rico), Estambul (Turquía), San Petersburgo (Rusia) y Lille (Francia). Atenas fue la ganadora. El COI saldó su deuda al no albergar los de 1996, cuando se cumplía el centenario de los primeros Juegos.
La falta de infraestructuras de transporte en una ciudad sin metro, o la falta de plazas hoteleras fueron las carencias principales de la candidatura. Tampoco ayudaba el tamaño de la ciudad.
Salvo Atlanta, de 540.000 habitantes, pero en cuya área metropolitana viven más de seis millones, nunca una ciudad de la envergadura de Sevilla había albergado la cita deportiva.
El sueño olímpico iniciado por Alejandro Rojas Marcos continuó con su sucesora, Soledad Becerril. Las esperanzas no decayeron de cara el 2008, pese a que todo apuntaba a una sede no europea.
La joya de la corona de este nuevo intento fue el Estadio Olímpico, ya construido, y la propuesta de la villa olímpica en Tablada. Sin embargo, el COI fue demoledor en su informe. Calificó a Sevilla como "una ciudad mediana de mediana entidad". Una vez más aludió al déficit en el transporte público y a la falta de plazas hoteleras. Solo tenía 22.000 cuando se exigían 42.000.
Ya con Alfredo Sánchez Monteseirín en el poder, Sevilla volvió a intentarlo para 2012, pero la irrupción de Madrid la dejó sin opciones. El Comité Olímpico Español se decantó en 2003 por la capital española en una carrera no exenta de polémica.
¿Sería hoy posible?
El sueño olímpico quedó enterrado para siempre. Aunque años después se volvió a barajar el 2028, nunca llegó a presentarse la candidatura.
Más de 20 años después, no hay ni rastro del deseo sevillano por albergar los Juegos Olímpicos. El transporte sigue siendo un problema. La ciudad solo cuenta con una línea de metro, aunque hay una en ejecución y se trabaja en el proyecto de la tercera.
Sin embargo, Sevilla sigue esperando una conexión ferroviaria entre el aeropuerto y Santa Justa, como exige la Unión Europea, y la culminación de la SE-40. Los accesos al Estadio de la Cartuja siguen siendo una asignatura pendiente que prevé solucionarse en una obra ya en marcha.
Al menos, su capacidad para albergar a los visitantes no sería una carencia tan grande. Hoy Sevilla cuenta con 52.933 alojamientos, de los que el 48 por ciento son hoteles. Más del diez por ciento son plazas de cinco estrellas y ‘gran lujo’.
De hecho, una parte de los sevillanos ha empezado a movilizarse por el exceso de turismo. Incluso el alcalde, José Luis Sanz, reclamará una tasa turística a la Junta de Andalucía. Asimismo, Sevilla es una ciudad mucho más reconocida en todo el mundo. En 2023 recibió 3,5 millones de visitantes.
Experiencia en eventos deportivos
En los últimos años, la ciudad viene acumulando experiencia en la recepción de grandes eventos internacionales, como sucedió con la Eurocopa de 2021, la final de la Europa League de 2022 o como ocurrirá al ser sede del Mundial 2030. Fuentes municipales han reiterado que albergar eventos deportivos de primer nivel vuelve a ser una prioridad para Sevilla.
Pese a ello, la aspiración olímpica ya no forma parte del debate de una ciudad que soñó durante una década con contemplar el fuego desde un pebetero en La Cartuja.