Sevilla

Los vecinos de la Sierra Norte de Sevilla contemplaron en la noche de este miércoles un fenómeno pocas veces visto en sus cielos. Y es que una bola de fuego, "más brillante que la luna llena" iluminó el firmamento durante un cortísimo periodo de tiempo.

En apenas tres segundos y a una velocidad media de 64.100 kilómetros por hora recorrió 70 kilómetros en dirección noroeste por la Sierra Norte de Sevilla y la de Huelva. Se desintegró a 32 kilómetros de altitud, sin consecuencias para ninguna población, en el entorno de la sierra onubense.

El avistamiento se registró a ls 22:33 horas. Fue detectado por las estaciones del Observatorio Astronómico de El Torcal, en Antequera (Málaga) y de Dehesa de San Francisco, en Santa Olalla del Cala (Huelva), tal como ha informado MeteroroSMA, la Red de Deteccción de Bólidos y Meteoros de la Universidad de Málaga y la Sociedad Malagueña de Astronomía.

Fueron varios los curiosos los que captaron el rostro de la bola de fuego por la provincia de Sevilla a través de las redes sociales. Comenzó a ser visible a 86 kilómetros de altura sobre la localidad de Brenes. Desde ahí recorrió 70 kilómetros hacia el noroeste. También fue vista desde Portugal.

Una roca procedente de un cometa fue el desencadenante de este fenomeno, tal como indica el astrofísico José María Madiedo. Entró en la atmósfera a 80.000 kilómetros por hora. "Fue más brillante que la luna llena", según apunta.

Los astrónomos definen a este fenómeno como bólido. Los detectores de SMART, un proyecto de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), lo captaron a 82 kilómetros de altitud en Villaverde del Río (Sevilla). Finalizó a 32 kilómetros, sobre el pantano de Zufre, en Huelva.

"El violento rozamiento con la atmósfera a esta gran velocidad provocó que la superficie de la roca se calentase y se volviese incandescente, generándose así una bola de fuego", explica Madiedo sobre el fenómeno.

Tal como subraya este experto, "a lo largo de su trayectoria mostró varias explosiones que provocaron aumentos súbitos de su luminosidad y que se debieron a diversas rupturas bruscas de la roca".

Fenomenos de este tipo son muy habituales en España, aunque siempre sorprenden a los ciudadanos. Sin ir más lejos, el pasado mes de mayo, un bólido cruzó la Península Ibérica desde Portugal y Extremadura hasta Galicia. Pasó por Andalucía y por la capital hispalense. Al igual que en esta ocasión, se desintegró sin ninguna consecuencia sobre el Océano Atlántico a 54 kilómetros de altitud.