Sevilla

La Aemet pronostica un otoño más caluroso de lo normal para este 2024. En sus previsiones, esperan que el trimestre septiembre, octubre y noviembre traigan temperaturas elevadas en Andalucía. Eso sí, hay un 20% de opciones de que los meses venideros entren dentro de la normalidad meteorológica.

El 10% restante de probabilidades espera que sea un otoño más fresco de lo normal, algo poco probable, como ha asegurado el delegado territorial de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Andalucía, Juan de Dios del Pino, en la rueda de prensa emitida en la mañana de este viernes 6 de septiembre.

En cuanto a precipitaciones, Juan de Dios ha explicado que es probable que el próximo trimestre sea inferior a lo normal en Andalucía. "Este otoño va a ser normal o seco con una probabilidad del 75%", ha recalcado el delegado de Aemet.

Ha señalado además que la sequía sigue siendo un grave problema en la comunidad. "Pese a que los embalses hayan recibido agua, de ningún modo se han llenado". Juan de Dios, señala además que lo más conveniente en los próximos meses sería la aparición de las borrascas espontáneas "por el bien de todos"

¿Cómo ha sido el verano?

Este verano de 2024 ha sido el octavo más cálido desde 1961 en Andalucía. Por lo que, entra en el lista de los diez veranos más calurosos de los últimos 63 años, algo que refleja las consecuencias de "los innegables efectos del cambio climático".

"Aquí no hay lugar a discusión, de los últimos 20 veranos, 15 han sido más cálidos de lo normal, por lo que estos efectos son evidentes", ha apuntado el delegado de la agencia meteorológica en Andalucía. 

La temperatura media de todo el verano en la comunidad ha sido de 25.7 grados. Se considera "cálido", con una anomalía de 0.8 grados -es decir, casi un grado más de lo previsto con los valores de referencia-. 

Además, este verano, que en varias semanas cerrará su temporada, "no ha sido homogéneo". Junio, dentro de las temperaturas del periodo estival, se puede llegar a considerar "fresco", mientras que en julio las temperaturas tuvieron un repunte y finalmente este agosto, con una anomalía de 1.8 grados, ha sido el segundo más cálido desde 1961, solo por detrás del agosto del pasado curso, 2023. 

En el primer periodo de este verano, las temperaturas "subían y caían, algo nada frecuente". Esto, según Juan de Dios, se ha debido a las danas, borrascas de masas frescas de viento. 

La segunda etapa se ha caracterizado por olas de calor cortas, poco duraderas y persistentes, frente a las olas del año pasado, más extensas en tiempo y superficie afectada. "Hemos tenido dos veranos por tanto, uno brusco y otro más normal".

La sequía 

Desde el 1 de septiembre del año pasado, que es cuando comienza el llamado año agrícola -periodo usado por estas agencias para medir las temporadas meteorológicas- se comprueba un déficit. En concreto de 64.6 milímetros por metro cuadrado. "Los pantanos no acogían el agua que caía debido a lo seca que estaba la tierra, que primero tiene que empaparse".

"El déficit no es preocupante pero es cierto que no es suficiente el agua almacenada en los pantanos de Andalucía". Las borrascas de invierno 'Irene' y 'Juan' humedecieron el campo y llenaron estos pantanos, pero no lo suficiente. En primavera hubo superávit sobre todo gracias a la borrasca 'Nelson', que son "de las que gusta tener".

Aunque, como afirma Juan de Dios, "al tener temperaturas tan altas, gran parte de lo que llueve se evapora rápidamente, por lo que se también se pierde agua por evapotranspiración". 

El déficit de agua en Andalucía "es malo, pero es el tercero menos malo desde el periodo de 2013-2014". En resumen, los últimos años agrícolas reflejan "situaciones no deseadas", con periodos cálidos y secos y se espera que borrascas imprevistas puedan mejorar la situación.