Sevilla

Un informe del Ayuntamiento de Sevilla ha dado por muerto el ficus de San Jacinto. Así 111 años después de su plantación, será retirado de su ubicación junto a la Parroquia.

Ahora, según explica Evelia Rincón, concejala del área de Arbolado, Parques y Jardines se estudiará la implantación de otro ejemplar "que pueda compensar" sus "beneficios medioambientales y paisajísticos".

Dicho documento explica que el intento de tala del 2022, que redujo en un 70 por ciento las proporciones del árbol, provocó "una serie de circustancias que han derivado su colapso".

Después de que el pasado agosto se confirmase que el ejemplar había perdido toda su capacidad de realizar la fotosíntesis, el informe ratifica las tesis anteriormente planteadas. "Podemos decir que el ejemplar no tiene posibilidad de recuperación", concluye.

"La estructura actualmente existente se irá descomponiendo poco a poco a un ritmo no predecible que va a depender de los condicionantes atmosféricos y la actuación de los organismos saprofitos que actúen en sus tejidos", expone el análisis de los técnicos municipales.

Según justifica el informe, "pese a que se ha mantenido un régimen de riegos" durante el verano, "en función de las necesidades detectadas" y "procurando no encharcar el terreno", el ejemplar no ha podido revitalizarse.

"Se aprecia pérdida de vitalidad tanto de masa radicular como del tejido del cámbium", indican los técnicos. Asimismo, presenta un "descortezado generalizado del ejemplar y descomposición del tejido del cámbium bajo dicha corteza".

El estudio de los técnicos municipales indica que el árbol había perdido toda su masa foliar tras el intento de tala del 2022. Dicha actuación provocó "la exposición de toda la corteza de la estructura residual a la insolación estival y a las altas temperaturas".

El Ayuntamiento asumió su control en 2023

El Ayuntamiento asumió el control del ejemplar en agosto 2023. Desde entonces, tal como recuerda Evelia Rincón, ha emprendido una serie de actuaciones para procurar su supervivencia con un contrato de algo más de 7.000 euros.

Durante todo este año ha aplicado tratamientos de fertilización, además de mantener el riego en función de sus necesidades. También amplió el alcorque y se le han añadido nutrientes para, según dicen "revitalizar el sistema radicular". El monitoreo ha sido "constante", explican.

"Hemos realizado todo lo posible por recuperar este árbol singular, pero los efectos del intento de tala de 2022 aprobado por el Gobierno anterior marcaron el triste devenir de este emblemático ejemplar", concluye Evelia Rincón.

Oposición vecinal

Ahora está por ver cuál es la reacción de los grupos vecinales ante la decisión de retirar del ejemplar. El pasado mes de agosto la Plataforma en defensa del Ficus de San Jacinto proponia mantener el ejemplar "vivo o muerto" como "emblema de la ciudad", al estilo del árbol de Guernica.

Incluso en declaraciones a este medio planteaban la posibilidad de volver a "encadenarse", tal como se hizo en 2022, cuando se produjo el intento de tala.

Explicaban que desde ese año no se había hecho "absolutamente nada en la práctica para salvar el árbol". "Los cuidados que se tenían que haber prestado se han hecho tarde", decía David López, portavoz de la plataforma.