El ficus de San Jacinto encara sus últimos días. 113 años después de su plantación, el Ayuntamiento ha anunciado que lo retirará. Los técnicos municipales han confirmado su "colapso", según argumentan en un informe, motivado por el intento de tala de 2022. Mientras tanto, vecinos y algunos grupos de la oposición se resisten a perderlo e incluso piden una moratoria hasta la primavera.
El ocaso de este ejemplar comenzó en 2021, cuando la Parroquia, en cuyos terrenos está ubicado presentó un informe firmado por un arquitecto, donde solicitaba la tala del árbol. Dicho análisis argumentaba la peligrosidad que suponía para los viandantes. También afirmaba que sus raíces dañaban la estructura del tempo. Ese mismo año la caída de una de sus ramas provocó seis heridos.
Ya en 2022, la Gerencia de Urbanismo, con Antonio Muñoz como alcalde, concedió el permiso para talar. El apeo se hizo efectivo el 17 de agosto de ese año, pero la licencia para hacerlo fue suspendida cautelarmente, tras el recurso de la Asociación de la Jardinería Andaluza.
Las tres partes intentaron buscar un acuerdo al margen de la justicia, por lo que el proceso se suspendió en 2022. Entonces asumió el control el área de Parques y Jardines. Fue en 2023 cuando el Ayuntamiento, ya en manos de José Luis Sanz, anunció un acuerdo con la Orden de los Dominicos, propietarios de la Parroquia, para hacerse cargo del mantenimiento del ficus.
Desde ese momento, ninguno de los tratamientos aplicados ha funcionado, según explican desde el Ayuntamiento. Entre ellos el riego a demanda para evitar la proliferación de hongos, la fertilización mediante endoterapia o la ampliación de los alcorques.
Ya en el mes de agosto, el Ayuntamiento avisaba de que el ejemplar había pérdido toda su capacidad de nutrirse a través de la fotosíntesis. Por ello, adelantaba que un informe determinaría su destino.
La alta exposición al sol, clave
Dicho documento ha salido ahora a la luz. "Se considera que tras el descope total del ejemplar llevado a cabo en el ejemplar en el conato de tala en pleno agosto del 2022, el árbol sufre una serie decircunstancias que han provocado su colapso final", indica.
Los técnicos incluyen entre las causas de su muerte la exposición en agosto de 2022 a las altas temperaturas tras su descope total y la aparición de hongos saprófitos. Aunque las hojas volvieron a brotar en un primer momento después de su tala, explican que pudo deberse "al aprovechamiento de los recursos del tejido del propio individuo".
El informe concluye que el "ejemplar no tiene posibilidad de recuperación". "La estructura actualmente existente se irá descomponiendo poco a poco a un ritmo no predecible que va a depender de los condicionantes atmosféricos y la actuación de los organismos saprofitos que actúen en sus tejidos", auguran.
Así, el Ayuntamiento asume la propuesta de los técnicos y ha anunciado que retirará el árbol muerto para sustituirlo por otro ejemplar de "una especie que pueda compensar los beneficios medioambientales, paisajísticos y ecológicos que proporcionaba el ficus en su máximo momento de esplendor".
Del mismo modo, en sus párrafos finales el informe recomienda huir de "los conflictos que pudieran surgir en cuanto a funcionalidad, seguridad, competencia con espacio y molestias a los ciudadanos".
Dudas en la oposición
La confirmación de la muerte del ficus llegó el mismo día en que Podemos-IU incluyó una pregunta en el Pleno sobre las medidas para garantizar la supervivencia del ficus. Su portavoz, Susana Hornillos, afirmaba que "según expertos en la materia, a día de hoy es científicamente imposible confirmar que el árbol no alberga vida en su interior".
Del mismo modo, se mostraba partidaria de la propuesta de la plataforma en defensa del ficus de mantener el ejemplar "vivo o muerto" como emblema de la ciudad. En cualquier caso, reclamaron una moratoria de seis meses, hasta la primavera, para volver a certificar su estado de salud y decidir en función de ello.
Asimismo, Evelia Rincón, la concejala del área de Parques y Jardínes, se mantenía firme en la propuesta de retirarlo, recalcando que los expertos en la materia del ayuntamiento ya habían acreditado su muerte. En cualquier caso, la retirada no tiene fecha todavía.
Su exposición durante el Pleno estuvo acompañada de tensión. Uno de los asistentes la increpó reiteradamente y el presidente, Manuel Alés, ordenó su desalojó, una muestra del rechazo que genera este asunto en parte de la sociedad.
Por su parte, el representante del PSOE, Juan Tomás Aragón, planteó un consejo de participación vecinal en el que las asociaciones de Triana decidan cómo sustituir o si quieren mantener lo que queda de este ejemplar que es Bien de Interés Cultural y que ha acompañado la vida de cientos de trianeros durante más de cien años.
"Quieren talarlo sí o sí"
Por su parte, desde la plataforma en defensa del ficus se han mostrado muy críticos con la decisión del Ayuntamiento. Además de pedir una moratoria hasta la primavera de 2025, reclaman "un informe científico independiente".
Tal como recoge Europa Press, su portavoz, Javier Ros, ha lamentado que desde el área de Parques y Jardines se "apele a informes interesados", ya que "quieren quitar de en medio el árbol".
"Quieren talarlo sí o sí", avisan desde la plataforma en defensa del ficus, donde reclaman una apuesta por dar "oportunidades para la supervivencia del árbol en lugar de por su tala.
El pasado mes de agosto, desde dicha asociación vecinal abrían varias vías para el árbol en caso de que se certificase su muerte. Una de ellas era la conservación como símbolo. Para ello argumentaban que era posible añadir soportes para reforzar su estructura o instalar una urna a su alrededor para evitar la podredumbre.
Otro de su portavoces, David López, sugería la aplicación de tratamientos a la madera para garantizar su perdurabilidad en condiciones seguras. Del mismo, planteaba la posibilidad de aprovechar algunas de las ramas que se retiraron del árbol en el 2022. Varias de ellas han prosperado y ahora podrían reutilizarse para plantar uno nuevo.