Cristina, la víctima de Candi, la mujer trans condenada cuando era Cándido por maltratarla.

Cristina, la víctima de Candi, la mujer trans condenada cuando era Cándido por maltratarla. Sevilla

Sevilla

"No tengo protección de nadie": la rabia de Cristina, en el limbo tras el cambio de sexo de su maltratador

Al denunciar en Sevilla una nueva agresión de su expareja, descubrió que había cambiado de sexo y por ello no aplicaba la Ley de Violencia de Género.

16 septiembre, 2024 02:34

Cristina hierve de impotencia. "Mi vida sigue siendo un infierno, no tengo paz, no tengo tranquilidad, me da miedo salir a la calle, no tengo protección de nadie", lamentaba esta mujer a las puertas de los Juzgados en Sevilla, donde recientemente explicaba atónita su caso: tenía que defenderse ante una denuncia por agresión interpuesta por Candi, una mujer trans que antes de su cambio en el Registro Civil, cuando aún era Cándido, fue condenado a 15 meses de prisión por haberla maltratado durante los más de diez años que fueron pareja. 

Su caso es uno de los últimos rompecabezas que han llegado a la Justicia tras la aprobación de la conocida como Ley Trans. La norma, aprobada en marzo de 2023 y que tiene como objetivo erradicar las situaciones de discriminación por orientación sexual, ha levantado fuerte polémica por algunos de sus puntos, como el reconocimiento de la autodeterminación de género como único requisito para cambiar de sexo en el Registro Civil a partir de los 16 años.

Es una situación que desde colectivos feministas se ha señalado como puerta de entrada al fraude. El último caso bajo la lupa es el que tiene a Cristina perpleja en Sevilla. No entiende lo que ha pasado con Candi, con quien comparte dos hijos, pero cree en todo caso que se trata de una burla. A ella y al sistema.

"Se está riendo de mi cara y de la Justicia. Siempre se sale con la suya. Lo conozco desde hace muchos años y sé de lo que es capaz", advertía.

La historia de Cristina, reconocida judicialmente en 2019 como víctima de maltrato por quien fue su pareja durante 12 años, da un giro rocambolesco el pasado julio, cuando acudió a una comisaria a denunciar una nueva agresión por quien creía que era aún Cándido.

Pero mientras realiza los trámites para presentar la denuncia, los agentes actualizan a Cristina: Cándido es ahora Candi. Su nueva identidad había quedado registrada en el verano de 2023, y a todos los efectos es mujer. Es decir, la policía no podía regirse por Ley de Violencia de Género ante la demanda de Cristina. No podían detener a Candi.

Perplejidad

La sorpresa de Cristina no terminó ahí. El mismo día en que acudió a comisaría, su ex hizo lo propio. ¿El motivo? Denunciar a Cristina por agresiones. Candi sostiene entonces ante los agentes que había acudido al domicilio de su ex para pedirle explicaciones porque sus hijos no habían comido y que ésta la amenazó y la agredió.

En este punto Cristina ya no da crédito a la situación. "Él se personó en mi domicilio y me agredió. Hay vecinos que vieron como me pegaba y me cogía de los pelos en la calle", explicó ante la prensa a principios de este mes, cuando acudió a los Juzgados precisamente por esta denuncia de Candi.

El juicio acabó por suspenderse porque Candi no presentó parte de lesiones. Por su parte, el Juzgado de Violencia sobre la Mujer se inhibió "por falta de competencia objetiva” en la denuncia de Cristina, que se siente indefensa y dice no creer ya en la Justicia. Su caso ha pasado a un tribunal común.

A espera de indulto

El abogado de Cristina, José Antonio Sires, está convencido de que toda la estrategia de Candi responde a "un mecanismo de defensa para hacerle más daño psicológico a la víctima y dilatar los procedimientos lo máximo posible".

Entre ellos, el relativo al indulto que aguarda para evitar volver a la cárcel. En agosto del año pasado, un mes después de inscribirse como mujer en el Registro Civil, el Juzgado de lo Penal decretó su ingreso en prisión por quebrantamientos de condenas de alejamiento y amenazas a Cristina. Ahora espera que se declare prescrito el delito y se libre de volver a la cárcel.

"Ha agotado todos los recursos que el ordenamiento jurídico le permite y todos han sido desestimados. Esperamos que con el indulto suceda lo mismo", confía Sires.

Tercer caso en Sevilla

El de Candi es el tercer caso de este tipo que se da en Sevilla desde la entrada en vigor de la Ley Trans. 

Uno de ellos es el de Antonio, que maltrató durante varios años a dos de sus parejas, Patricia y Victoria, con las que llegó a mantener relaciones paralelas. La Audiencia de Sevilla confirmó en septiembre de 2023 su condena de 40 meses de prisión tras maltrato.

Como último cartucho, formalizó el cambio de sexo en junio de 2023 y solicitó el indulto al Gobierno. Alegaba que era "una persona nueva" que nada tenía que ver con el antiguo Antonio. Su caso también generó indefensión en las víctimas.

Además, justificaba la comisión de los delitos en base a un "trauma, porque se sentía mujer estando encerrado en un cuerpo de hombre”. Ambas víctimas coincidían en que se trataba de una persona "machista y homófoba". Le interpusieron la denuncia a la vez en 2019.

Finalmente, no logró su objetivo. Este mes ha ingresado en una prisión de Sevilla después de que la medida de gracia fuese rechazada por el Gobierno.

Acusado de envenamiento

El otro de los casos está todavía en investigación. Sucedió en Dos Hermanas con la detención de un hombre por envenenar presuntamente a su mujer. Los agentes sospechan que pudo añadir sustancias tóxicas a la comida, algo que también podría haber afectado al hijo de la pareja.

El supuesto autor de los hechos había solicitado un cambio de sexo en el Registro Civil cinco meses antes, según confirmaban fuentes de la investigación, lo que podría ser una estrategia del detenido para tener ventajas en el proceso penal.

La pareja seguía viviendo junta mientras había iniciado los trámites de divorcio. La mujer decidió denunciar ya que se encontraba mal después de comer los platos de su pareja.

La investigación de la Fiscalía de Dos Hermanas trata de esclarecer si envenenó a su mujer e hijo con productos de limpieza de piscinas. Además, ni siquiera habría cambiado de nombre ni de aspecto, tal como señalaban fuentes cercanas a su entorno.