Sevilla

Los trabajadores de Tussam han rechazado la propuesta del Ayuntamiento para firmar el nuevo convenio colectivo. A la votación acudieron 1.167 personas y 672, el 57 por ciento de la plantilla presente, votó en contra. A favor, 484, el 41 por ciento. 

Según ha podido saber EL ESPAÑOL, se produjeron, además, siete votos en blanco y cuatro nulos. De esta forma, el convenio queda rechazado

El texto que había puesto sobre la mesa la dirección de Tussam, como adelantó este periódico, contemplaba un aumento de sueldo del 2,5 por ciento a los trabajadores. Fuentes sindicales reconocían que es el "tope" que, por ley, se podía aumentar la remuneración. 

Además, se habían concedido cuestiones como el reparto del remanente libre de un complemento que los trabajadores de Tussam cobran por no faltar a su trabajo. Lo que se conoce como la "roldana". La empresa también se comprometía comisiones mixtas para desarrollar cuestiones que quedaban fuera del texto planteado. 

Sin embargo, esto no ha convencido. Los trabajadores reclamaban un cambio en la distribución de la subida. En esencia, muchos de quienes votaron en contra de la propuesta piden que la subida del nuevo convenio se haga más en los fines de semana que en las horas extra. 

Los empleados, además, recuerdan que sus puestos tienen ciertas características que los hacen especialmente duros: trabajan fines de semana, noches, de cara al público... La conciliación familias, señalan, es complicada. 

Reparto del dinero

Entienden que, de esta forma, hay un reparto más justo del dinero que se ha prometido como subida. Esta cuestión, que defienden sindicatos como CGT parece ser clave para algunos sectores de los empleados públicos

De fondo hay otra cuestión: en noviembre están convocadas elecciones sindicales en Tussam. Esto, señalan trabajadores con los que ha podido hablar EL ESPAÑOL, enturbia las negociaciones y dificulta el acuerdo. 

 Las mismas fuentes señalan que es cierto que, de haberse aprobado el convenio se habrían activado las promociones internas. Pero señalan que esta es una promesa que se hace "siempre" que hay negociación de convenio. Una especie de "palanca" que "usan con los nuevos" para "forzar el sí". 

Sea como fuere, hay malestar entre la plantilla. Fuentes de quienes querían que saliera adelante están incómodos con que no se haya aprobado el convenio. Entienden que era la mejor opción. Quienes defienden que el reparto del dinero en horas extra o fines de semana era injusto, también se muestran molestos. 

Por delante, ahora, vuelta a la negociación. Y eso con los sindicatos que han de sentarse en la mesa en precampaña para las elecciones que deben dirimir quiénes son los representantes de los trabajadores desde noviembre. 

Esto, entienden algunos trabajadores, puede ralentizar la negociación al menos hasta 2025, lo que supondría prorrogar el convenio actual.