Sevilla se ha convertido en uno de los destinos principales de todos los españoles. Su oferta de cultura, patrimonio y gastronomía atrae a mucho público. Por ello, no es de extrañar que el turismo ya suponga el 25 por ciento del PIB.
La capital hispalense es la tercera ciudad más visitada de España por muchos motivos. Uno de ellos es, sin duda, la hospitalidad de su gente, que siempre acoge con mucha familiaridad a los visitantes.
La amabilidad del sevillano es una de sus señas de identidad. Aunque nunca hay que generalizar y todo depende del carácter de cada persona, son personas que suelen responder con mucha cercanía a cada consulta del turista.
Son muchos los sevillanos que han forjado relaciones de amistad de muchos años con visitantes de la ciudad. Los lazos pueden surgir de forma casual, a través de cualquier intercambio de opiniones o con una simple pregunta.
Es muy difícil llevarse mal con un sevillano, pero hay cosas que no le gustan. Algunas preguntas suelen importunarle. Es mejor evitarlas si se busca una relación de amistad con ellos o simplemente si uno desea moverse en los límites de la pura cordialidad.
No hay un único tipo de sevillano
Cada uno tiene su propia respuesta, porque no existe solo un tipo de sevillano. Sin embargo, suelen molestar aquellas cuestiones relacionadas con los tópicos que siempre han acompañadado a los andaluces.
Preguntas como ¿estáis siempre de fiesta? o ¿nunca trabajáis? dificílmente harán gracia a un nacido en Sevilla. Aunque al visitante le pueda parecer una broma, a los locales les recuerda demasiado el sambenito que se las ha colgado desde otras partes de España.
Es cierto que el sevillano siempre busca su espacio para divertirse y que hay quienes incluso son capaces de ir a la Feria de Abril todos los días. Por regla general gusta salir a la calle, aunque hay excepciones. Eso sí, siempre sin renunciar a las obligaciones laborales.
Al plantear estas cuestiones será imposible empezar con buen pie con un sevillano. También le suele disgustar el interés por sus habilidades artísticas. ¿No sabes cantar? o ¿cómo es que no sabes bailar sevillanas? no son tampoco preguntas de su agrado.
El sevillano, al igual que los habitantes de todas las ciudades de España, es muy diverso. Por mucho que haya convivido con las tradiciones de su ciudad, hay muchos que ni cantan ni saben bailar sevillanas. Algunos ni siquiera tocan las palmas, un arte que encierra mucha complejidad y que requiere práctica.
Igualmente, aunque la Semana Santa de Sevilla sea la más popular de España, muchos sevillanos son ajenos a ella. Por ello tampoco es buena idea preguntarle por sistema de qué cofradía es o si es de la Macarena o la Esperanza de Triana.
Lo mismo sucede en el fútbol. Es cierto que gran parte de la ciudad se divide en el derbi entre Sevilla y Betis, pero no es obligatorio ser de ninguno de los equipos.
En cualquier caso, no hay ninguna certeza absoluta en torno a lo que gusta y disgusta a cualquier sevillano. Simplemente hay que tener en cuenta que no hay un modelo de ciudadano único y por ello hay algunas preguntas que pueden llegar a molestar.