Amparo Graciani García (Sevilla, 1966) es reconocida como una de las mayores especialistas en la historia y la cultura surgidas de la Exposición Iberoamericana de 1929

No en vano, el pasado 9 de mayo, el alcalde José Luis Sanz la designó como comisaria del centenario de aquel histórico evento, un proyecto que debe ejecutarse en apenas cinco años. 

Medalla de Oro 2022 de la Ciudad de Sevilla, este es sólo el último de una larga lista de méritos otorgados a su labor investigadora.

Graciani es también Catedrática de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería, y vive con ese ritmo reflexivo que precisan los académicos. Recibe a EL ESPAÑOL de Sevilla sentada en una clásica sala de reuniones del céntrico Edificio Laredo, no muy amplia.

Los altos ventanales del balcón que dan a la Plaza San Francisco, con sus anchos bastidores de madera, filtran la luz que ilumina la mesa donde tendrá lugar la entrevista.

Mientras nos esperaba, nuestra interlocutora había comenzado a organizar algunos papeles. Continúa haciéndolo cuando empezamos a hablar, pero siempre con atención a cada palabra. Las pronuncia con el cuidado de quien no está acostumbrada a asumir un rol institucional.

- Usted publicó una interesante tesis doctoral sobre los pabellones internacionales del 29. Incluso una versión abreviada de dicha tesis fue editada por el Ayuntamiento de Sevilla y la Hispalense. ¿De dónde le viene ese interés por la Expo del 29?

- Llevo trabajando sobre la Exposición de 1929 desde el año 87, siendo aún estudiante de Historia del Arte. Cuando volvía a casa y veía los pabellones internacionales del 29, reconocía elementos identitarios de las culturas prehispánicas que estaban en esos edificios. 

A partir de ese interés por la iconografía, en el 89 pedí una beca al Ministerio para hacer una tesis doctoral sobre los pabellones internacionales del 29. Después, he seguido trabajando sobre Historia de la Construcción mientras daba clases en la Universidad, pero nunca dejé el tema de la Exposición.

Desde el año 2016 me he afanado por intentar convencer a las autoridades de que 2029 está a la vuelta de la esquina, y que era una gran oportunidad para la ciudad de Sevilla.

- ¿Somos conscientes del impacto que tuvo la Exposición en aquella época de 1929?

- Lo normal es que las personas piensen en la transformación urbanística que supuso. Es evidente que la ciudad se expandió hacia el sur, pero también hubo un avance de la salubridad urbana. Sevilla era una ciudad muy insalubre entonces.

No tenía apenas pavimentos, tampoco sistema de evacuación de agua. Por tanto, ese avance fue importante. Pero tuvo otras implicaciones de carácter cultural, fundamentalmente. 

Sevilla vivió un intenso movimiento cultural de cara a la Exposición a partir de 1909, porque se pospuso durante todo el primer tercio del siglo XX. Fue un momento de gran explosión de las letras sevillanas, de los pintores regionalistas y de la arquitectura. Y convirtió a Sevilla en el gran foco político y cultural del 29. 

- ¿Qué significa para usted haber sido designada comisaria del centenario ? ¿Lo esperaba?

- Yo he trabajado por esta causa, pero no para ser comisaria. En algún momento que he dicho esto, alguien me ha respondido: "no, pero has comprado todas las papeletas". Para mí es un honor y una satisfacción.

Desde el punto de vista intelectual y de mi conocimiento, tengo mucho que hacer y qué decir todavía. 

Además, en estos años he ido conociendo a diferentes personas e instituciones, y me veo bien posicionada para acometer esta tarea. Sí que debo decir que hay lagunas o carencias en las que necesitaré un asesoramiento.

- Para ello se ha constituido el Comisariado, ¿no?

- Sí. Para esa parte de asesoramiento, pero también de búsqueda de fuentes de financiación, de patrocinios. En ello trabajarán el Ayuntamiento de Sevilla y la Cámara de Comercio, que tendrá ahí un papel muy importante. 

Como ves, vengo del mundo universitario, donde los ritmos son distintos. Por otra parte, el Ayuntamiento tiene un ritmo y la Cámara de Comercio tiene otro… Es lógico que haya que ir adaptándose. 

A mí se me suele reconocer que soy muy entusiasta. También me considero transversal y generosa. Creo que la generosidad y la transversalidad deben marcar este proyecto, en el que los grupos políticos sean generosos y pacientes, comprensivos y colaborativos. 

Lo están siendo, y en ese sentido mis capacidades son apropiadas.

- En referencia a esa transversalidad que usted pretende, es inevitable no pensar en la reciente polémica del gobierno de México con España. ¿Podría afectar al enfoque del centenario?

- Yo creo que hay que evitar el enfoque político, tanto a nivel interno como de política exterior. 

En el nivel interno vamos a trabajar de un modo inclusivo, en todos los sentidos. Por ejemplo, esto no puede ser una oportunidad sólo para la clase media alta de Sevilla.  Necesitamos que todos los grupos sociales participen de este proyecto.

Amparo Graciani, sentada en una sala del Edificio Laredo Álvaro Guzguti Sevilla

- Y, a nivel externo, ¿en la Exposición del 29 hubo polémicas similares?

- El año 1929 no fue un momento de discusión sobre ese tema. Al contrario. Los países siempre quisieron dejar constancia de que su identidad se fundamenta en la fusión entre lo colonial y lo español. Ahí es donde nosotros tenemos que incidir. 

Los vínculos existen, es incuestionable, y compartimos un pasado. Ellos, además, no fueron colonias nuestras, sino parte de nuestros virreinatos, así que debemos evitar caer en esa confusión y en la polémica.

- ¿Teme que la Comisión Especial del Ayuntamiento, que integran concejales de cada partido político, tenga demasiada influencia en el proceso?

- Se trata de una comisión consultiva donde está representada la sociedad civil. Es decir, nosotros les iremos informando de lo que se va haciendo al tiempo que recibimos sus propuestas.

Se constituyó a mediados de julio, tras mi nombramiento como comisaria. Y claro que tendrá influencia, esto debe ser un proyecto de todos, no puede ser unidireccional, ni hacer lo que yo quiera. Me gustaría haberme reunido con más gente, pero todo se irá dando.

- Cambiando un poco de plano, ¿cuál cree que ha sido el nivel de conservación de los pabellones que aún quedan de aquel evento?

- Es muy frecuente que los sevillanos, cuando observan imágenes de los pabellones regionales, se lamenten de cómo esta ciudad ha destruido su patrimonio y de cómo, tradicionalmente, lo destruye. Pero hay que ser conscientes de que eso no es así. 

Lo que no se piensa es que la mayoría de los pabellones eran provisionales, y que su desmonte estaba previsto. En origen, los pabellones permanentes eran, por supuesto, los tres de la Plaza de América, Plaza de España y los pabellones internacionales.

Alguno que otro más hubo, pero, salvo alguna excepción, se conserva lo que estaba previsto. Eran casi 130 edificios y quedan una veintena. Otra cosa es que los edificios permanentes tengan un determinado nivel de dejadez. Esa es otra historia. 

- ¿Por qué esa dejadez?

- Bueno, hay que ser conscientes de que estos edificios, aunque tienen una arquitectura de carácter permanente, quizá nunca se pensaron para una durabilidad de más de cien años. Por tanto, tienen unos materiales más vulnerables. 

Por otra parte, en muchos casos, los diferentes países cedieron el mantenimiento de los pabellones internacionales al Gobierno de España o al Ayuntamiento.

Al no concederles un uso muy determinado, muchos de ellos han acabado con acuerdos entre dichos países u otras entidades, como consulados o asociaciones, unos organismos que no tienen el presupuesto necesario.

En ocasiones, estos pabellones se han adecuado a las necesidades de estas entidades, frecuentemente sin control, lo que ha ido produciendo evidentes daños sobre ellos. Todos somos responsables de la situación en la que se encuentra el patrimonio.

- ¿Puede adelantar qué tipo de actos se están planificando para el año 2029? 

- Bueno, esto se ha planteado como un proyecto que se planificará entre varias administraciones. Tenemos ya aprobada la estructura interna que va a ejecutarlo.

Ojalá que el Ayuntamiento hubiese arrancado esto antes, y pudiese ir más adelantado, pero no vamos mal. Hay objetivos, pero en esta primera fase se deben construir las bases: la difusión de la marca, búsqueda de alianzas externas e internas y con patrocinios, etcétera.

Una vez que esas alianzas estén hechas, las oportunidades se van a multiplicar, pero es todavía pronto para hablar de actos concretos. 

- ¿No puede dar alguna pista?

La idea es ir aprovechando lo que actualmente se está haciendo en la ciudad para incorporarlo en eventos a corto plazo. Dos ejemplos serían la actual Feria del Libro Antiguo, donde ya hemos lanzado una campaña, y el Festival de Cine de Sevilla. 

En paralelo a esos eventos de corto plazo, iremos organizando eventos a medio y largo plazo, que serán más sonados, pero que precisan de más recorrido porque pueden tener dimensión internacional. Hablar de ellos podría entorpecer o estropear procesos de gestión que se están dando.

Verás, es difícil estar organizando la estructura misma del proyecto, e iniciar los trámites de aquello que la estructura debe hacer. Ojalá que estas prisas que ahora se tienen, las hubiéramos tenido todos antes.