Las peligrosas lluvias torrenciales de la última DANA han sacudido gran parte de España y, muy especialmente a la Comunidad Valenciana, provocando centenares de víctimas y desaparecidos. Fenómenos meteorológicos como este resaltan la importancia de una buena preparación de las ciudades y municipios ante estos fenómenos meteorológicos.
Además, si se confirma lo que apuntan las autoridades y el cambio climático vuelve estos desastres naturales más habituales en la península, las urbes con las mejores y más avanzadas infraestructuras resistirán mejor sus embites.
Ese es precisamente el caso de Sevilla. Una ciudad que, además de contar con una configuración geográfica que le permite esquivar las ríadas, alberga en su interior dos grandes tanques de tormentas que almacenan y reencauzan el agua torrencial.
En la actualidad existen dos en la ciudad de Sevilla: uno en la Alameda y otro en Kansas City. Dos Hermanas también cuenta con esta infraestructura, obras caras que sirven para absorber el excedente de agua y que sea directamente gestionado por Emasesa.
¿Cómo funcionan?
La función principal de este enorme depósito hidráulico es encauzar las aguas pluviales en momentos de fuertes lluvias y evitar así las inundaciones de las zonas en las que están construidos. Normalmente se trata de puntos de menor cota topográfica, históricamente afectados por la falta de capacidad de las redes de saneamiento.
En definitiva, un tanque de tormenta consiste en dedicar una superficie de terreno con suficiente capacidad de almacenamiento para retener parte del volumen que aportan las escorrentías de las precipitaciones a la red de saneamiento. Se logra reducir de esta manera, por laminación y almacenamiento, los caudales generados.
Después, estos tanques hacen circular el agua recogida por la red en la máxima cantidad que pueden permitirse sin que llegue a su saturacíon. Hablamos de millones de litros de agua que, en lugar de anegar las calles, se redirigen bajo el suelo.
Tanque de la Alameda
El primer tanque de tormentas de Sevilla fue inaugurado en la Alameda de Hércules en el año 2009 por el entonces alcalde socialista Alfredo Sánchez Monteseirín.
La inversión de las obras fue grande, de una cantidad próxima a los 2 millones euros. Su coste inicial era de 4 millones, pero logró reducirse gracias al aprovechamiento de la instalación de la boca de metro abandonada que, en los años 70, se dejó sin finalizar.
Este tanque se encuentra bajo la rasante de la Alameda, con una estructura de planta circular de 24.75 metros de diámetro, una profundidad de 24 metros y un volumen de explotación de 11.500 metros cuadrados.
La evacuación del agua recogida se realiza mediante 2 bombas sumergidas, de una potencia de 75 kW cada una y un caudal de bombeo de 125 litros por segundo también cada una.
Tanque de Kansas City
El tanque de Kansas City es el depósito de mayor capacidad en Andalucía. El proyecto fue presentado por primera vez en el año 2017 y la inversión superó los 16 millones de euros.
Tiene unas dimensiones de 174 metros de largo, 40 metros de ancho y una profundidad máxima de 9 metros. Su volumen total es de 63.000 metros cúbicos y tiene una capacidad máxima de almacenamiento de 41.000 metros cúbicos.
Para el vaciado del depósito se cuenta con cuatro grupos electrobomba que permiten evacuarlo completamente en algo más de 7 horas.
Otros tanques
El área metropolitana de Sevilla cuenta también con otros tanques construidos en distintos municipios de la provincia para evitar desbordamientos o inundaciones puntuales.
En concreto, son tres depósitos más de este tipo situados en Dos Hermanas y Alcalá de Guadaíra. En la localidad nazarena hay dos. Están situados bajo la Plaza Félix Rodríguez de la Fuente y bajo la explanada del recinto ferial, junto a la estación de bombeo de la calle Miguel Fleta.
El tanque de Alcalá se encuentra situado en el interior del Parque Centro, con un volumen de explotación de 8.050 metros cúbicos. La característica destacada de este depósito es que la descarga se realiza por gravedad, sin necesidad de grupos de bombeo.