Sevilla
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El 22 de diciembre se ha convertido en una de las fechas más señaladas para los españoles. Para muchos, es el día de la suerte, de la fortuna y, como no, de la alegría.

Cada año, las calles en las que la magia de la Navidad aparece se inundan de champán, abrazos y lágrimas de emoción. Los 2.250 millones de euros que los niños de San Idelfonso reparten, hacen más especial aún los últimos días de diciembre.

A mediados de noviembre, en las puertas de las administraciones más famosas -y de las más afortunadas- de Sevilla comienzan a formarse colas de varios metros de largo. Sin embargo, la Lotería de Navidad ya se ha empezado a vender meses antes.

Concretamente, los primeros décimos salen en julio. Los turistas que aprovechan los meses de verano para visitar la ciudad se hacen con algunos boletos. Pero en el caso de la administración de loterías número 13, El Gato Negro, "los clientes llaman en marzo para ver si ya hay números disponibles", señala Marta Sánchez, responsable del punto de venta.  

En cuanto a combinaciones, se refiere, hay para todos los gustos y de todo tipo de rarezas. Aunque existen ciertas cifras que se han convertido en habituales -como el 5, el 7 y el 9- este año han surgido favoritos nuevos. Es el caso de la fecha de la DANA de Valencia. El 02910. 

3.100 euros para un "variado"

La lotería de Navidad ya se ha convertido en tradición. Muchos de los clientes llevan años comprando y nunca les ha tocado nada. Es el caso de Pilar, compradora habitual del Gato Negro "porque parece que es la administración más suertuda". 

Aunque algunos sevillanos compran en esta oficina por su fama, hay quienes "por casualidad" han elegido su décimo aquí. Elena, valenciana de visita en la hispalense, es una de ellas. Señala que "si no hubiera pasado por la avenida de la Constitución y no hubiese visto la extensa cola, no habría comprado su décimo".

En cuanto al presupuesto con el que cuentan los sevillanos, hay todo tipo de bolsillos. Según los loteros y los propios jugadores, la media suele oscilar entre 60, 80 y 100 euros. Lo que supone un total de tres, cuatro y cinco décimos. Un presupuesto que "casi no ha variado" a lo largo de los años. Sin embargo, hay quienes extiran la cartera mucho más.

Fátima, lotera de la administración Sierpes, ubicada en la calle que le da nombre, apunta que "la semana pasada vino un cliente con 3.100 euros y pidió un variado de números". Por otra parte, Rafael Ruiz, responsable de la lotería Sagasta, confiesa que hay muchas empresas que gastan de 40.000 a 50.000 euros en décimos para sus trabajadores.

Un número para valientes

En la de la calle Sagasta están retando a los más atrevidos. Y es que en el mostrador se puede ver una combinación "para valientes", tal y como señala el cartel colocado. Se trata del 05800. 

Ruiz confiesa que "aún no ha comenzado la temporada alta" y que "es cuando pasa el puente de la Inmaculada cuando la gente se anima más". Además, apunta que "los españoles, como siempre, apuran hasta el último momento para comprar sus décimos y hasta el 18 o 19 de diciembre se venden cupones".

En cuanto a quiénes compran lotería de Navidad, hay varias opiniones contradictorias. Por una parte, están los loteros que aseguran que "la venta a turistas extranjeros es casi nula".

En paralelo, otros administradores defienden que "se vende mucho a italianos y, sobre todo, portugueses". Además, los mismos afirman que "este año están comprando muchos turistas árabes e indios". Marta Sánchez, confiesa que este año le "ha sorprendido que cada vez hay más gente joven comprando lotería".

Rituales para la lotería

Muchos sevillanos solo prueban suerte en Navidad -el 22 de diciembre y el 6 de enero-, pero hay quienes combinan los días más especiales del año con el resto de sorteos. Josefa es una de ellas.

La sevillana, que visita Sagasta para hacerse con su décimo, juega todos los jueves a la lotería de este día. Además, esta aficionada le pide al lotero que no le enseñe el número. Quiere verlo el mismo día del sorteo.

Gran parte de los hispalenses tienen su ritual una vez que compran el billete. Los clientes del Gato Negro -nombre que le viene por el gato negro que vio el primer dueño de la administración el mismo día que la compró- frotan el número elegido por los dos azulejos que decoran la puerta. 

Ángela, clienta de la oficina de la calle Sierpes, la visita todos los años para hacerse con el 23191, número que compraba la empresa en la que trabajaba su padre, Vicente del Pueyo. En total, la sevillana lleva casi 50 años jugando con la misma combinación.

El 47 es el número favorito de Antonio. Este hispalense se hace todas las navidades con 15 décimos con esta terminación para repartirlos a sus familiares.

También Joaquín y Manu han hecho un pedido muy especial. Y es que han comprado un décimo a una administración asturiana que vendía el 25125, el día en el que se celebrará su boda.