Más de 300 familias sevillanas salen del "limbo" de la ilegalidad al norte de Sevilla: "Solo es el primer paso"
- Hasta ahora no podían reformar sus viviendas legalmente. Se mantenían al margen de la ciudad, sin apenas poder recibir servicios municipales.
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Al norte de Sevilla, entre la carretera de Brenes y Valdezorras, la barriada de El Gordillo ha vivido muchos años en el "limbo" de la ilegalidad. Una ordenanza aprobada el pasado jueves ha puesto fin a una situación que les mantenía al margen de la ciudad, sin apenas poder recibir servicios municipales y con la incertidumbre de sus viviendas.
Sus vecinos aseguran estar "muy contentos", pero aseguran que "solo es el primer paso", ya que queda mucho por hacer en la zona.
En El Gordillo hay más de 400 parcelas donde viven unas 300 familias. Ninguna de las viviendas estaba regularizada por el Ayuntamiento. El barrio surgió hace decadas por la colonización de suelos que eran agrícolas y se divieron descontroladamente en parcelas. Estaban fuera de cualquier orden urbanístico.
Eso suponía que hasta ahora sus vecinos no podían pedir licencias de obra para cualquier reforma o construcción nueva. No era posible, por ejemplo, hacer una piscina bajo el ámparo de la ley.
Otra particularidad es que dentro de cada parcela hay distintas casas de la misma familia. Ahora van a tener la oportunidad de segregarlas, con unas condiciones que marca la nueva regulación. Cada una podrá tener su escritura y contar con su número de catastro diferenciado.
Asimismo, el Ayuntamiento podrá ejecutar la recepción del barrio. Esto es sinónimo de que podrá encargarse de su gestión y programar diversas actuaciones de mejoras. Se requieren especialmente en el acerado, ya que la mayoría de calles no tienen.
Desde 2006, a la espera
Tal como cuenta Carmen Sánchez, presidenta de la Asociación de Vecinos Los Girasoles de El Gordillo, "Lipasam da servicio" y "si hay alguna incidencia se les podía llamar", pero oficialmente estaban al margen del área de influencia municipal. "Ya veremos las mejoras en el viario que se hacen", añade.
El proceso de regularización de las parcelas estaba enquistado desde 2006, el año en que el PGOU clasificó la zona como Suelo Urbano no Consolidado y abrió la puerta a desarrollar urbanísticamente este entorno irregular. No existe ningún orden en las edificaciones.
Para ello se requería un Plan Especial de Reforma Interior, cuya redacción no se ha concluido todavía, tal como indican desde el Ayuntamiento, por la diversidad de situaciones existentes.
Mientras tanto, se ha aprovechado la nueva Ley de Impulso para la Sostenibilidad del Territorio de Andalucía (LISTA) de la Junta de Andalucía, la cual permite hacer Ordenanzas Municipales de Edificación propias sin contradecir al PGOU.
Es lo que ha permitido a estos vecinos regularizar la situación de sus viviendas tras muchos años al margen de la mayoría de servicios municipales.
Sus tres primeras peticiones
Ahora, los vecinos abren una nueva etapa. Quieren solucionar tres cuestiones concretas que perturban su vida cotidiana y que son fruto del aislamiento del barrio. Para ello están en conversaciones con la Gerencia de Urbanismo.
Una de ellas es un canal de regadío que está soterrado bajo la calle Kentia. Tal como cuentan, "cuando hay fuertes lluvias se inunda y el agua llega a casa de los vecinos", revela Carmen Sánchez. "No se hace mantenimiento", añade.
Por otro lado, hay un desguace sobre el que llevan muchos años reclamando. "Las casas colindantes tienen coches a cuatro alturas de las viviendas", indica la presidenta de la Asociación, que alerta de la peligrosidad que conlleva por riesgos de incendios, ruidos y malos olores.
Además, desde hace un par de años, en el barrio hay "acopio logístico de contenedores marítimos" junto a las casas. Los camiones van a esta zona a cargar y descargar, lo que genera ruidos muy molestos.
Una vez solucionados estos problemas, seguirán demandado más servicios. "No tenemos acerado, no tenemos parques públicos ni dotaciones deportivas, porque hasta ahora este barrio ha estado en el limbo", explica. Para tener nuevos equipamientos necesitan el Plan de Reforma Interior que exige el PGOU. Esto posibilitaría el crecimiento del barrio.
Ahora, además, están en negociaciones con Tussam. El único transporte público al que tienen acceso es el C6, que pasa cada hora y diez minutos. Piden reducir la frecuencia. Al menos desde el 10 de diciembre van a poder contar con un nocturno.
Un máximo de 472 parcelas
En cualquier caso, tal como reconoce Carmen Sánchez, después de haber esperado desde 2006 para regularizar el barrio, no quieren hacerlo "todo de golpe". Se centran ahora en el canal de regadío, el desguace y los contenedores. Luego seguirán demandado más servicios para el crecimiento del barrio.
La nueva ordenanza establece unas normas específicas para regular las condiciones urbanísticas y de edificación en los suelos. Esto se traduce en que se fijan límites sobre el tamaño de parcelas, el modo en que se pueden subdividir, la estética de las casas, tal como sucede en cualquier barrio.
En la zona hay 400 parcelas. En algunas de ellas no viven familias. El nuevo plan permitirá alcanzar un máximo de 472.
La medida es transitoria mientras se trabaja en el Plan de Reforma Interior que exige el PGOU. En cualquier caso, la regularización de El Gordillo es un nuevo añadido para el crecimiento de la zona norte de Sevilla, donde se prevén nuevas viviendas de protección oficial en Valdezorras y se proyectan nuevos barrios como El Higuerón o el Distrito Aeroespacial, junto a los terrenos del aeropuerto.