La ciudad de Sevilla está engalanada para que dé comienzo uno de los mayores eventos cofrades del siglo: la procesión de clausura del II Congreso de Hermandades y Piedad Popular, más conocida como la Magna de Sevilla.
El centro de la ciudad luce guirnaldas y banderas, preparadas para el paso de las hermandades de Valme, Setefilla y Consolación. También las calles de Triana y La Macarena están ataviadas con motivos ornamentales para recibir a La Macarena, la Esperanza de Triana y El Cachorro.
En definitiva, la hispalense está lista para acoger a las principales devociones de la provincia y, por consiguiente, al millón de visitantes que se esperan. Por esta razón, se dan contrastes en los planes de los cofrades. Algunos no se van a perder la Magna, pero otros tienen claro que no van a estar en Sevilla.
Marta Rodríguez, de 22 años y hermana de dos cofradías hispalenses, es una de esas sevillanas que el próximo domingo 8 de diciembre no vivirá la procesión desde la ciudad de la Giralda. "Me voy de viaje porque en Sevilla no se va a poder estar", defiende.
Sin embargo, hay muchos cofrades que harán lo posible para disfrutar de este evento histórico pero intentando esquivar el pelotón de visitantes.
Ver solo los traslados
Es el caso de Manuel Marín, de 21 años y hermano de cuatro hermandades. Únicamente estará en Sevilla el próximo sábado. De este modo, espera poder disfrutar de "los traslados de las imágenes" a la Catedral sevillana.
Su intención es conseguir ver procesionar a una de sus mayores devociones, la Esperanza de Triana, pero sin que el gran número de visitantes que se prevé empañe la estampa.
Algo parecido le sucede a Micaela Fernández, de 35 años, una de esas cofrades que acostumbra a ver todos los pasos posibles en Semana Santa sin ser hermana de ninguna hermandad. Pese a ello, no irá a ver la Magna, "solo los traslados". Según argumenta, dicha procesión "nada tiene que ver" con lo que se vive cada año por primavera, al considerarla "artificial".
Fran Delgado, hermano del Gran Poder, defiende a sus 30 años que "el hecho de que hermandades como el Gran Poder, la Macarena, el Cachorro o la Esperanza de Triana estén en la calle da un pellizquito". "Quién se va de Sevilla con estos santos en la procesión es porque no le gusta de verdad la Semana Santa", afirma.
No obstante, en parte se muestra comprensivo con los que apuestan por irse. Entre ellos, comparte el caso de un amigo que es hermano del Beso de Judas y "se va de puente fuera de España". "Entiendo que haya gente que se harte porque piense que lo extraordinario se ha convertido en ordinario", matiza.
Sevilla imposible
También Eva Gastón se desplazará hasta Sevilla para presenciar el acto de clausura del II Congreso de Hermandades y Piedad Popular. Esta gaditana de 51 años tiene previsto "llegar a Sevilla a primera hora del domingo". De esta manera, tratará de "evitar, en medida de lo posible, las grandes aglomeraciones" que puedan producirse.
Cada Semana Santa, el centro de la ciudad y muchas otras zonas aledañas como la de Triana, rebosan esencia cofrade. No obstante, para muchos de los apasionados de la época del incienso por excelencia, la Magna de Sevilla no es una cita obligatoria.
Antonio Sánchez, de 26 años y también devoto del Gran Poder, disfrutará de la Magna de Sevilla alejado del núcleo de la procesión. Concretamente, el puente de diciembre lo pasará a varios kilómetros de la capital, en Utrera. "Sevilla se va a poner imposible. A lo mejor veo la Magna por la televisión", señala.
Uno de los motivos por los que Antonio no vivirá el evento cofrade en primera persona es que él ve estos pasos durante la Semana Santa, por lo que tendrá "muchas más oportunidades". Algo que contrasta con la situación de Ramón, de 51 años, que hará casi dos horas de camino desde Sanlúcar de Barrameda para ver la procesión de este domingo.
Aprovechar para ir a los besamanos
"Ya que no voy a la Semana Santa de Sevilla, no me quiero perder la Macarena y el Gran Poder", confiesa. Además, él mismo añade que aprovechará para "ir a los besamanos de las hermandades que abren sus puertas".
Para intentar evitar atascos en la carretera, este capillita saldrá "muy temprano" de su casa, en torno a las 08,00 horas del domingo. Dice que no ha podido conseguir sillas para ver la Magna a pesar de que lo intentó.
En definitiva, cada sevillano y cada cofrade tendrán su forma de disfrutar de esta histórica cita que tiene a Sevilla dividida entre los que no piensan perdérsela y quienes prefieren vivir el puente lejos de la procesión.