Sevilla sobrevive al frío para entregarse a sus devociones en una Magna para la historia
- Los ocho grados acompañaron una procesión que reflejó la riqueza que hay repartida por las cofradías de toda la provincia.
- Más información: Una madrugada íntima en pleno diciembre, el regalo del Gran Poder y la Macarena a Sevilla
La procesión de clausura del II Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular, más conocida como la Magna, reunía en Sevilla a ocho de las grandes devociones de la provincia. Eran las protagonistas de una jornada que ya es historia de la ciudad y en la que el frío se coló como invitado. Así lo anunciaban las previsiones y no faltó a la cita
La gelidez se percibió en todos los puntos del recorrido y especialmente en el Paseo Colón. Con el río a la espalda no fue sencillo para nadie aguantar la espera de casi tres horas para ver todos los pasos. Apenas hacía ocho grados, con una sensación térmica de cinco.
El frío congeló al público general, en sillas y de pie, y a las autoridades sentadas delante de la Virgen de los Reyes. Juanma Moreno, el arzobispo, José Ángel Sáiz Meneses, y el nuncio apostólico en España, Bernardito Auza, tuvieron que levantarse de su asiento a buscar más ropa de abrigo.
El tiempo fue un inconveniente que no empañó la Magna de Sevilla que, por encima de todo, sirvió para demostrar la riqueza de las cofradías de la provincia. Desde la Virgen de los Reyes hasta la Macarena. Todas mostraron su personalidad en una tarde multitudinaria que se alargó hasta la madrugada y se saldó sin incidencias reseñables.
Los niños carráncanos abrían la procesión para anticipar la salida de la Patrona de Sevilla poco después de las 16:00. Llegó a la Maestranza para presidir el altar sobre las 18:45 mientras la Banda Municipal interpretaba Corpus Christi. La elegancia de su ajuar fue solo un anticipo de lo que estaba por venir.
El siguiente en pisar la calle fue el Gran Poder. Solo él fue capaz de enmudecer a las miles de personas que se agolpaban en el Paseo Colón, donde aún así quedaban huecos. Pocos podían dejar de mirarlo mientras se detenía frente a la Virgen de los Reyes.
Las credenciales de la provincia
Si el Señor de Sevilla llamaba a la reflexión, las cofradías de la provincia invitaban al júbilo y los excesos. Así se vive la religiosidad en la provincia, con pasión en los dos extremos.
Los hermanos de Setefilla demostraron de qué pasta está hecha Lora del Río. No dejaron de cantar la salve y el himno propio de la virgen. Tampoco faltaron los 'vivas' que también se acordaban de la Virgen de los Reyes. La participación en la Magna les obligó a un sobresfuerzo. Solo podían ir doce hermanos en cada anda.
Máxima solemnidad con el paso de la Virgen de Setefilla por el altar de la Virgen de los Reyes. Sus hermanos no dejan de rezar cantando #MagnaSevilla pic.twitter.com/yGXNc1Sn9y
— El Español de Sevilla (@DeSevilla_EE) December 8, 2024
El orden obligado del recorrido común se rompió al llegar al Puente de Triana, cuando todos los hermanos que quisieron arrimaron el hombro para soportar el peso de la Virgen. Y sin dejar de cantar hasta llegar a San Andrés.
La Virgen de Valme es otro de esos tesoros que dan buena muestra de la riqueza de la provincia. La Banda de Santa Ana interpretó Virgen de los Reyes ante la patrona de Sevilla. Los que esperaban en el Paseo Colón se guardaron en el corazón un trozo de Dos Hermanas en otro de los recuerdos inolvidables de la Magna.
La Virgen de Valme llega a la Maestranza con la marcha Virgen de los Reyes en honor a la patrona. La interpreta la @BandaSantaAnaDh pic.twitter.com/nM7VNwjdkC
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Como tampoco se olvidará lo que enseñó Consolación de Utrera en Sevilla a los sones de la Banda Álvarez Quintero. Su andar reposado ante la Virgen de los Reyes deleitó a un público que necesitaba sentir la autenticidad del fervor para olvidarse del frío durante unos minutos.
Máxima solemnidad con el paso de la Virgen de Setefilla por el altar de la Virgen de los Reyes. Sus hermanos no dejan de rezar cantando #MagnaSevilla pic.twitter.com/yGXNc1Sn9y
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Triana y la Macarena
Tampoco vino mal para calentarse ver aparecer a El Cachorro, al que el paso de cornetas y tambores a banda de música, esta vez con la Oliva de Salteras, lo ha envuelto de solemnidad. El Rey de Triana detuvo el tiempo en el Paseo Colón mientras sonaba su marcha, Cachorro (Saeta Sevillana).
El Cachorro detiene el tiempo en la Maestranza mientras la @BM_LaPuebla interpreta Cachorro (Saeta sevillana) #MagnaSevilla pic.twitter.com/jsrahrHTtw
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Quedaban las dos devociones marianas más fuertes de Sevilla. La Esperanza de Triana llegó como un terremoto al altar de la Virgen de los Reyes después de que en la Torre del Oro le tocaran Pasa la Virgen Macarena.
Triana de Esperanza. "Reina, madre y capitana" le cantan los hermanos de la @EspDeTriana a su virgen en la Maestranza pic.twitter.com/dtggB0ikTM
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Frente al palco de autoridades sonó Triana de Esperanza y Pureza de Triana para que sus hermanos le rezasen cantando como solo ellos saben. Para la posteridad quedará la levantada al son de Campanilleros. La esencia del arrabal dejó su huella en la Magna.
Y cerró la Macarena, que solo con su presencia deja sin palabras a cualquiera. Llegó con Esperanza Macarena al son del Carmen de Salteras y se despidió de la Virgen de los Reyes con Pasa la Virgen Macarena, la mejor marcha posible para estar delante de la virgen. Nada más pasar ya despierta la nostalgia del momento.
La @Hdad_Macarena cierra la #MagnaSevilla con 34 minutos de retraso en la Maestranza y con el Carmen de Salteras tocando Esperanza Macarena pic.twitter.com/rKaPGnmaTA
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Retraso de 34 minutos
Terminó de pasar por el palco de autoridades 34 minutos después de lo previsto para concluir la procesión. Todo fluyó como se esperaba ante la atenta vigilancia de casi 2.000 agentes de seguridad.
No hubo que lamentar incidentes, más allá de algunos momentos de tensión en los accesos a las sillas. Aunque en el Paseo Colón quedaban huecos, sí se produjeron importantes aglomeraciones en las calles aledañas al recorrido común como Reyes Católicos o el Altozano. En esta última había desde primera hora de la tarde gente esperando a los regresos de las cofradías de Triana.
Fue una jornada en la que la mayoría de personas usaron el transporte público. A las 19:00 de la tarde, Tussam sumaba 155.000 viajeros, casi un 50 por ciento más que un Domingo de Ramos.
No obstante, los aparcamientos disuasorios de la Feria, Cartuja y Charco de la Pava se encontraban en torno al 28 por ciento a esa hora. Los de autobuses al 22,1 por ciento. La ocupación fue mucho menor de la esperada.
En cualquier caso, todo pareció funcionar como un reloj a la espera de los traslados nocturnos. Entre Triana y el Centro, los sevillanos y visitantes apuraron los rescoldos de una Magna que reflejó en una tarde todo el fervor de la provincia.