La Virgen de Setefilla, a la salida de la Catedral en la Magna de Sevilla.

La Virgen de Setefilla, a la salida de la Catedral en la Magna de Sevilla. EFE Sevilla

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La Magna deja un legado en Sevilla: las estampas que han quedado para el recuerdo

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La Magna ya forma parte del libro de la historia de la ciudad. Tras muchos meses de preparación, los sevillanos han podido disfrutar de ocho de las grandes devociones de la provincia, sin que se hayan registrado incidentes, o al menos no graves.

Los servicios sanitarios atendieron a 26 personas, todos por afecciones leves durante la tarde. Tampoco se perdió ningún niño. Más allá de algún momento tensión en los accesos a las sillas, como el de la calle Habana, y en alguna bulla de los traslados, todo fluyó con normalidad.

El dispositivo, con más de 2.000 agentes, blindó la ciudad y garantizó la movilidad. Por regla general, el público pudo moverse por Sevilla, pese a los aforos completos marcados por el semáforo del Ayuntamiento en las zonas más cercanas al recorrido común. Por contra, el recuerdo de la prohibición, no impidió que se detonaran fuegos artificiales en Triana y la Macarena.

La mayoría usó los autobuses de Tussam, casi un 50 por ciento más que en un Domingo de Ramos. Mientras, los aparcamientos instalados en la Feria, la Cartuja y el Charco de la Pava registraron una ocupación del 28 por ciento.

Así, uno de los legados que deja la Magna en Sevilla es su capacidad para organizar eventos masivos. No obstante, sigue abierto el debate sobre su merma para las arcas municipales. Todas las áreas del Ayuntamiento estuvieron implicadas en la preparación, lo que supuso un gasto de 2,5 millones de euros.

Con el dispositivo velando por la seguridad y la movilidad del público y, más allá del frío, que heló a más de uno, las protagonistas fueron las imágenes, que regalaron un sínfin de estampas inéditas que ya pertenecen a la memoria colectiva de la ciudad.

El Gran Poder con el sol de la tarde

El Señor de Sevilla fue el segundo en procesionar tras la Virgen de los Reyes en la tarde del domingo. Su salida de la Catedral dejó una estampa breve, pero que no se olvidará, con el sol de la tarde impactando sobre su rostro.

El Gran Poder, con el sol de la tarde de la Magna de Sevilla

El Gran Poder, con el sol de la tarde de la Magna de Sevilla EP Sevilla

Es una imagen que nunca se da en Semana Santa, con su entrada siempre coincidiendo con las primeras luces del alba. Sí se pudo ver en la misión a los Tres Barrios de 2021, aunque la mayor parte del tiempo fue con andas. Otro de los regalos fue el regreso de la túnica persa, que no lucía desde 1939.

La fraternidad de las Esperanzas

Estuvo latente desde el mismo sábado, cuando el hermano mayor de La Macarena, José Antonio Fernández Cabrero, estuvo en la calle Pureza para participar en una levantada del paso. Él mismo confesó que en Triana "todo era autenticidad" antes de la salida de su Basílica.

En la madrugada del sábado al domingo, llegó el histórico encuentro entre los dos palios en el interior de la Catedral. Habían pasado 29 años del último. El ansiado saludo no se repitió en las calles, pero las muestras de cariño fueron mutuas durante todo el recorrido.

La Macarena y la Esperanza de Triana, frente a frente en el interior de la Catedral.

La Macarena y la Esperanza de Triana, frente a frente en el interior de la Catedral. EP Sevilla

Sucedió, por ejemplo, cuando a la Esperanza de Triana le tocaron Pasa la Virgen Macarena en la Torre del Oro. En el recorrido de la Macarena también se escucharon marchas del arrabal. Los lazos son cada vez mayores entre las dos hermandades

La autenticidad de la provincia

Para gran parte del público eran las grandes desconocidas y ni mucho menos fueron un relleno en la procesión. Desde la salida de la Catedral tuvieron un papel protagonista.

El fervor cantado de los hermanos de Setefilla y su manera de llevar a la Virgen conquistó Sevilla. Tanto es así que muchos se trasladaron rápidamente para ver su regreso a San Andrés tras verla en el recorrido común.

También fueron apoteósicos los traslados de vuelta de Valme a El Salvador y de Consolación a los Terceros. Fueron la muestra de la riqueza, también patrimonial, que la piedad popular atesora en la provincia.

El escenario de la Torre del Oro

Es uno de los monumentos más identificativos de la ciudad, pero apenas había visto cofradías. La excepción era la Virgen de los Reyes, que pasó por allí hace 94 años.

Todas las hermandades dejaron estampas para el recuerdo frente a la Torre del Oro. Lo mismo sucedió con la Maestranza, donde la Patrona de Sevilla presidió toda la procesión junto al palco de autoridades.

El estallido de los traslados

Tras el recorrido común, llegó el momento de los regresos, donde se vivió una explosión de fervor y estampas únicas con calles inéditas para la mayoría de hermandades.

Sucedió con el Gran Poder y la Macarena por Reyes Católicos y la Magdalena. Triana fue un hervidero para ver el histórico saludo de la Esperanza de Triana a La O y el paso por una calle Alfarería engalanada, donde los Cantores de Híspalis le cantaron desde un escenario. Igualmente se guardará para la memoria la madrugada íntima en pleno diciembre que supuso el traslado de ida del Gran Poder y La Macarena.

Menos multitudinario fue el regreso de El Cachorro por el barrio del Zurraque. Entre calles estrechas, el Rey de Triana lució como nunca. No fue inédita, pero siempre se recordará la llegada de la Macarena a Parras en pleno diciembre.

También el paso de la Virgen de los Reyes por El Arenal y los recorridos por el centro de Setefilla, Valme y Consolación, con sus respectivos saludos a Los Panaderos, El Baratillo o el paso de la última por Santa Ángela de la Cruz.