La elección del número del boleto de la Lotería de Navidad es casi un ritual para muchas personas en España. Algunas se abonan a un décimo concreto para recibirlo cada año, agarrándose a distintas supersticiones como una fecha simbólica o una cifra con un significado personal.
Las administraciones de loterías de Sevilla son conscientes de ello. También de otras manías de sus clientes, más "peculiares". Una de ellas, según cuenta a EL ESPAÑOL Ricardo Ruiz, administrador de la centenaria Loterías Sagasta, tiene que ver con los "números raros".
"Son décimos que salen de manera aleatoria cada año y que las administraciones repartimos. Hay mucha gente a la que no les gustan porque su principal diferencia reside en que se repite una misma cifra", explica.
Un ejemplo es el 84442. Se puede ver expuesto en el mostrador de la Administración Sagasta bajo un cartelito que advierte: "El más raro. Para valientes".
"Nosotros, cuando recibimos estos décimos, los separamos del resto", señala Ricardo. ¿Por qué? La resupuesta es sencilla: "Para evitar rechazos de algunos clientes". Por eso mismo son "para valientes", porque no suelen ser del gusto de los sevillanos.
A pesar de esta manía, Ricardo asegura que la iniciativa de destacarlos en su vitrina funciona porque "se están vendiendo". La misma manía, de hecho, funciona al contrario. Hay quienes "los buscan".
Una administracíon centenaria
La administración Loterías Sagasta, situada en el número 16 de la calle homónima, en pleno centro de Sevilla, habla desde la experiencia. Fundada en el año 1919, es una de las más antiguas de toda España y lleva más de un siglo "repartiendo ilusión", como suele decir el célebre anuncio anual de la Lotería de Navidad.
En esa trayectoria han logrado ser reconocidos por su estrecha relación con la codiciada suerte. Popularmente conocida como "Los Millones", esta administración ha repartido tres grandes premios de este sorteo.
El primero de ellos fue el décimo 24964, que supuso el primer Gordo de Navidad que repartían. Ocurrió en el año 1961.
No tuvieron que esperar más de cinco años para volver a dar la campanada cuando, en 1966, el número 32975 resultó ser el primer premio del Sorteo del Niño.
Sin embargo, en 1998, el Gordo volvió a caer en Loterías Sagasta, esta vez con el número 21856.
Ahora, como cualquier otra administración de España, buscan repetir la hazaña por tercera vez. Si bien es cierto que ninguno de los números que esta administración repartió y que atesoraban el Gordo contenían cifras repetidas, bien podría ser el hecho diferencial que logre volver a poner a la suerte de su lado.