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Luis León, el mítico propietario trianero de las famosas calesitas de San Martín de Porres, que el pasado viernes fueron gravemente vandalizadas, se plantea ahora vender la atracción al Centro Comercial de Paiporta (Valencia), arrasado por la DANA.

Ello incluso después de que el Ayuntamiento de Sevilla la rehabilitase mediante una intervención de la Gerencia de Urbanismo durante la mañana del domingo.

Luis recuerda, en conversación con este periódico, que amaneció aquel día de diciembre con daños en las patas de algunos caballos y el destrozo de "un coche de caballos de época".

Pero el daño más importante, el que terminó "saboteando" este antigo tiovivo, fue el que dejó sin energía a la atracción: "Destrozaron también el cuadro eléctrico. Lo han dejado inservible".

Aunque el alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, se personó allí mismo para rehabilitarla, Luis no está convencido de continuar con el negocio.

"Ya estoy un poquillo desanimado, ¿sabes? Tengo setenta años, y ya de lo que tengo ganas es de venderlo y de quitarme de en medio, porque llevo aquí desde que tenía catorce años", afirma a este periódico.

Pero no quiere que vaya a cualquier sitio. "Me he enterado por la televisión de que en el Centro Comercial de Paiporta había un tiovivo que fue arrasado por la DANA", explica. "A ver si puedo ponerme en contacto con ellos. Quizá a ellos les interese mi atracción". "La suya", apunta, "era del mismo tipo".  

Vuelve a funcionar

En la mañana del domingo, y como ya se ha mencionado, el Ayuntamiento de Sevilla comandado por José Luis Sanz se apresuró a socorrer a Luis tras recibir la noticia de la denuncia. "El alcalde y el delegado del Distrito Triana, Manuel Alés del Pueyo, fueron allí para que les contará lo que había pasado", informan fuentes del consistorio. 

"Allí mismo, el alcalde llamó al Gerente de Urbanismo, y la gerencia envió a efectivos del Alumbrado Público para conectarlo a la calle", añaden. Lograron así volver a dar vida a las calesitas, que hoy ya funcionan con normalidad.

De hecho, Luis atiende a EL ESPAÑOL de Sevilla en la mañana del lunes, mientras abre de nuevo la atracción al público. A pesar de esta rápida rehabilitación, y de mostrarse agradecido por el gesto, no tiene intención de continuar en el negocio mucho más tiempo. 

"Son cosas antiguas, están descatalogadas y no hay repuesto para esto", afirma. Aunque no sabe quién ha podido ser el autor de estos hechos, no es la primera vez que lo vandalizan. "Ya me prendieron fuego hace un año, y también se pudo arreglar", recuerda. "Pero ya anda uno un poquillo desanimado". 

Luis va a cumplir setenta y un años ahora. "Lo heredé de mi padre", rememora. "Cuando él no andaba bueno. Lo tuve que ayudar".

Más de un siglo después, quizá estos sean los últimos años que los niños vecinos de esta zona de Triana puedan continuar con su tradición de visitar la calesitas de San Martín de Porres.