
Ricardo Núñez, propietario de Casa Ricardo.
Ricardo Núñez, propietario de Casa Ricardo: “Un rito que marca el inicio de la espera de la Semana Santa"
Este establecimiento es uno de los más conocidos en Sevilla gracias a su característica seña durante la vigilia.
Más información: La ordenanza de veladores llegará al Pleno en marzo tras 13 años de espera para adaptarse a Europa
En el corazón del barrio de San Lorenzo, donde el aroma de la historia se mezcla con el de las croquetas recién hechas, Casa Ricardo se erige como un templo gastronómico para los sevillanos.
Durante todo el año, este local es un punto de encuentro para quienes buscan disfrutar de su tradicional cocina sevillana, pero es en Cuaresma cuando su esencia alcanza su máximo esplendor.
Cada viernes de esta época, Ricardo abre las puertas de su bar con un motivo diferente. Y es que sus famosas croquetas de jamón dan paso a las de bacalao, un clásico inconfundible de la vigilia hispalense.

Míticas croquetas de bacalao de Ricardo.
El olor inconfundible inunda la calle y, como todos los años, se forma una cola de fieles clientes que no quieren faltar a la cita.
"Es una tradición que muchos sevillanos repiten sin fallar, como un rito que marca el inicio de la espera de la Semana Santa", explica el hostelero con orgullo.
La historia de Casa Ricardo está marcada por el amor a Sevilla y a sus costumbres. Desde que el padre de Ricardo tomara las riendas del negocio hace más de cuarenta años, la vigilia ha sido un sello distintivo del local. "Quise que esta costumbre se convirtiera en una tradición en nuestra casa (su bar)", comenta Ricardo.
Y lo logró. A día de hoy, quienes acuden a su mítico establecimiento en estas fechas saben que no solo van a comer, sino a vivir la verdadera experiencia de la Cuaresma sevillana.

Un hervidero de sevillanos.
La organización es clave para que no falte nada. Cada ingrediente está medido al detalle y cada ración calculada con la precisión que da la experiencia. "Sabemos exactamente cuántas croquetas de bacalao salen al día y cuándo debe llegar la materia prima", explica Ricardo, consciente de que la tradición se cuida con dedicación y esfuerzo.
Aunque Casa Ricardo mantiene su esencia durante todo el año, es en estos días cuando el alma del negocio late con más fuerza. Y es que Casa Ricardo es mucho más que un bar.

Un clásico de la Cuaresma
En cada croqueta de bacalao se esconde la historia de una familia, el amor por Sevilla y el respeto por una costumbre que, gracias a la dedicación de esta familia, sigue viva año tras año.
Así, mientras las hermandades se preparan para recorrer las calles en tan solo 30 días, en Casa Ricardo el aroma de la Cuaresma sigue impregnando el alma de todo aquel sevillano que espera con ansias la llegada de un nuevo Domingo de Ramos.