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Con un mes de retraso, los nuevos modelos de exámenes de Selectividad acaban de publicarse en toda España y los centros educativos de Sevilla están ahora digiriendo los cambios.

Las pruebas se han amoldado por primera vez a la reforma educativa del Gobierno de Pedro Sánchez , y dependiendo de las exigencias de cada prueba -hay un total de 33 modelos-, los profesores podían ver afectada la programación de sus asignaturas o el propio temario. Un temor que sólo se ha confirmado en algunos casos.

EL ESPAÑOL ha contactado con algunos de estos profesores para que compartan sus primeras impresiones de las nuevas Pruebas de Acceso a la Universidad (PAU) -antes EVAU-.

Mala planificación

María José, profesora de Historia de la Filosofía del IES Pablo Picasso, explica que en su asignatura "sí ha habido cambios respecto al año pasado", pero que "afectan de manera distinta en función de la materia".

Advierte que es pronto para hacer un "análisis completo" de los cambios, pero sí deja claro el descontento por la demora de un mes "por parte de la Administración" en la publicación de los nuevos modelos.

El profesorado de bachillerato, advierte, "debe ahora meter todos los cambios en su programación antes de noviembre", fecha en la que éstos han de ser aprobados. En ese sentido, cree que esa situación "ha sumido al alumnado en un estado de incertidumbre".

Estudiantes de bachillerato se examinan de la prueba de Acceso a la Universidad

"Esto se debería haber planificado mucho antes, ha ido a destiempo", apunta, ya que "ha pasado todo un verano y desde el año pasado se tenía previsto que el modelo cambiaría". En este momento, explica, "el alumnado está expectante para que el profesorado les explique el programa".

"Pruebas más objetivas"

El nuevo modelo, añade, "que pretende ser más competencial, no tan memorístico", "no baja el nivel de exigencia". Todo depende, en su opinión, "de la preparación del alumno y la competencia del profesor". 

María José, que fue jefa de estudios de su centro el año pasado, está de acuerdo con la supresión de los dos modelos de prueba -A y B- antes vigentes, porque "obliga al alumno a prepararse todo el temario".

Sin embargo, advierte de que "lo que el profesorado está pidiendo" son modelos de exámenes "mucho más objetivos" en un sistema que es "altamente competitivo".

En ese sentido, considera que algunas preguntas son ahora "muy abiertas", y aunque "los criterios de calificación están claros", su evaluación puede "quedar a criterio del corrector, y los correctores son muchos y diversos", concluye.

"Oportunidad perdida"

En su caso, Alfredo Fernández, profesor de Lengua Castellana y Literatura del mismo centro opina, tras analizar el nuevo modelo de su asignatura, que la reforma queda en "una oportunidad perdida".

"De hecho", señala entre risas, "me pilláis publicando un tuit irónico sobre la PAU de Lengua". "Esto es un ejemplo claro de gatopardismo", apunta. "Esto es decir que van a cambiarlo todo para no cambiar absolutamente nada".

Dicho esto, Alfredo afirma que, en otras materias "sí me han dicho que ha habido cambios". Pero en Lengua "no hay nada". De hecho, y a pesar del nuevo enfoque más procedimental, "la literatura se pregunta desde el punto de vista memorístico otra vez".

Lo único diferente es que "ahora sólo hay un texto de comprensión lectora, y no dos a elegir", y que "las preguntas antes eran de un tema completo y ahora son parciales, pero la respuesta es memorística".

Alfredo cree que la fecha límite de la publicación de los modelos ha cogido a la Administración con "el pie cambiado". "Creo que pensaban que iba a ser muy fácil cambiarlo, y han visto que no lo es".

"La exigencia es similar"

Juan Antonio, coordinador del Colegio privado Highlands en Sevilla, no comparte una visión tan crítica de la nueva PAU. De hecho, opina que los nuevos modelos de examen "van en la línea de las indicaciones generales que ya marcaron". 

Los cambios, advierte, "serán contrastados después en la realidad", "y veremos si han sido realmente profundos o no". Reconoce que hay asignaturas "como Lengua que no han cambiado", pero señala que "en economía sí, y en Historia del Arte". 

Aula al comienzo de un examen de Selectividad, en 2024 Europa Press

Aunque existan esos cambios, Juan cree que "el alumno va a estar preparado para solventar lo que le planteen, porque la preparación es la misma". Y respecto al distinto enfoque de las preguntas está tranquilo porque en su centro "ya trabajamos técnicas como la relación, la aplicación o la abstracción". 

Highlands es uno de los centros educativos que obtiene mayores calificaciones en la prueba de Selectividad. Juan cree que "el nivel de exigencia es muy similar" al de años pasados. Pero, con independencia de esto, añade que "ese nivel lo marca el profesor y la propia autoexigencia del alumno".

Por ello, no teme que "ningún elemento externo" al propio centro "obstaculice" los resultados, o que se vean afectados. Tampoco considera que el hecho de que las preguntas sean "más abiertas" afecte de algún modo.

"Preguntas abiertas ha habido siempre. Y los criterios de calificación, al final, responden a un criterio unificado que se concreta en las distintas ponencias de cada materia". De hecho, cree que hay otras cuestiones "que se preguntan ahora de manera más específica". 

"Esto favorece que el alumno lleve con más solidez el temario. Algo que redunda en el beneficio de la formación de un niño", concluye.