Un geógrafo sevillano descubre el "error" básico de los estudios sobre cambio climático en ciudades españolas
- Acaba de publicar una investigación internacional sobre la desigualdad de la exposición al calor en cinco localidades de España. Sus conclusiones han roto algunos esquemas.
- Más información: Estos son los efectos positivos del cianuro que ha descubierto un laboratorio de Sevilla
El cambio climático es una evidencia científica que poco a poco ha ido demostrando su incidencia en distintas zonas de España y del mundo. Concretamente, los riesgos que arrastra afectan especialmente a toda la zona del mar mediterráneo. Eso lo saben los principales investigadores internacionales en la materia.
Con algunos de ellos ha colaborado en una reciente investigación el profesor sevillano del Área de Análisis Geográfico Regional de la Universidad Pablo de Olavide (UPO), Ricardo Iglesias-Pascual.
Su trabajo, liderado por el doctor polaco Szymon Marcinczak, de la Universidad de Lódz, ha consistido en un estudio sobre la desigualdad en la exposición al calor en cinco ciudades españolas: Barcelona, Madrid, Sevilla, Bilbao y Murcia.
A grandes rasgos, la principal conclusión del artículo, publicado en la prestigiosa revista científica Landscape and Urban Planning, es que las investigaciones hechas hasta ahora, basadas en ciudades norteamericanas, "no sirven" para el contexto europeo.
La razón es un descubrimiento simple pero fundamental: "En las ciudades europeas no existe un patrón común de la exposición al calor".
Rompiendo clichés
Así lo afirma el geógrafo sevillano a EL ESPAÑOL de Sevilla. Explica que esto es porque "tanto las características del entorno físico, como del callejero de las ciudades europeas, son diversas y compactas", sobre todo en su "casco histórico".
Este reparto dispar de su morfología es muy distinto al de EE.UU, donde casi todas las ciudades tienen una morfología de "llanura hipodámica, sin apenas diferencias entre calles". Esto hace que, "en las zonas periféricas, más obreras e industriales, sea donde se suelen acumular estos elementos climáticos, tales como la mala calidad del aire o las altas temperaturas".
Sin embargo, y pese a que la morfología de las ciudades "determina en gran medida la exposición al calor de un grupo social o de otro", Iglesias advierte que "no se puede decir que en las ciudades europeas sean los más pobres quienes pasen más calor", una premisa que se instaura al aplicar los modelos norteamericanos a Europa.
Medida "multiescala"
Además, y para más complejidad, todo esto depende de "en qué ciudad y a qué escala lo analices", añade Iglesias. En lo que respecta a la escala, este investigador sevillano se refiere al "radio" que se emplea para el estudio, medido en metros, y se exploran tres niveles: 300 m, 1.000 m y 2.000 m.
Este planteamiento permite obtener resultados más precisos sobre los determinantes de la desigualdad térmica a escala intraurbana, además de facilitar comparaciones entre distintas ciudades.
"Nosotros utilizamos una especie de objetivo de cámara, y hemos demostrado que según con qué tamaño de objetivo mires, y en qué radio, los resultados son unos u otros", explica. "A veces son iguales, y a veces, diferentes".
Entre otras cosas, esto puede contradecir a algunos "macroestudios que se publican a nivel europeo". Y cita algunas de sus conclusiones: 'se demuestra que la ausencia de árboles se relaciona con una mayor mortalidad'. Según apunta Iglesias, "pueden ser correctos, pero matizables, porque puede variar según la ciudad y la escala".
Sin fórmulas mágicas
Por todo lo anterior, concluye este profesor de la UPO, "no existen tampoco fórmulas mágicas" para aplacar el impacto o la incidencia del cambio climático y del calor en las ciudades europeas y españolas.
"Es muy importante analizar cada ciudad en su faceta particular, y las recetas generales no sirven para este tipo de problema", afirma. En cuanto a las medidas que en este momento pueden empezar a aplicarse en España, Iglesias cree que hay que "desarrollar espacios públicos con el equipamiento de zonas verdes apropiado".
Es "importante", advierte, "que haya auténticos pulmones verdes en las ciudades". Porque atajar este problema "es más complejo de lo que parece", y "no vale con poner arbolitos en la calle, hay que generar zonas verdes, parques grandes, que son los que realmente bajan la temperatura de la ciudad".
Estos análisis detallados que pretenden impulsar desde este tipo de investigaciones, admite Iglesias, "dificultan" el planteamiento de soluciones, pero, por otra parte, "te obliga a tomarte más en serio el ámbito donde vives, que es tu ciudad".