Bíceps. Aunque nos encontremos a final de junio este mes lo afronto como si fuera septiembre. Numerosos propósitos ante mí, entre ellos, volver al gimnasio. Mucho tiempo después vuelvo a correr sobre la cinta, superada ya la ‘pájara’ del primer día. No somos Superman, aunque muchos jóvenes parecen serlo al observar sus notas de final de curso con una decena de casillas repleta de dieces.
Un diez hace años era un sobresaliente. Uno de ellos se merece la Residencia de Estudiantes y la Fundación Cajasol por haber inaugurado por primera vez en la historia de Sevilla una exposición dedicada a Francisco Bores (hasta el 7 de septiembre) a la que acudieron muchos de los familiares que por aquí habitan. Los tiempos cambian. Muchos estudiantes se picaban entonces por conseguir alguna de las matrículas de honor que se repartían entre las clases y que aseguraban algún tipo de beneficio para el curso siguiente. “Ningún verano dura eternamente” (Stephen King).
En Sevilla hay muchos proyectos que se merecen una matrícula de honor por el trabajo que realizan cada día. Intentaré reunir algunos de ellos en estas líneas, pero comprendo que el abanico es muy amplio y, debido a la falta de espacio o por la mala cabeza, ni están todas la que son, ni son todas la que están. Aunque gracias a mi profesión he tenido la fortuna de tener cierto contacto con cada una de ellas.
No podría dejar de dar una nota excelente a los que tienen por misión ayudar a los que más lo necesitan. Es el caso del trabajo silencioso y humilde que realiza desde hace siglos la Hermandad de la Santa Caridad, que ofrece un hogar a miles de hermanos acogidos desde entonces. El Venerable Miguel Mañara, su refundador, fue elegido Hermano Mayor en 1663, cargo que ostentaría hasta su muerte (1679). Promovió primero el hospicio y finalmente el Hospital de la Santa Caridad. Y ahí sigue… Muchos proyectos lo encabezaron personas que se vieron implicadas directamente. Podrían haber visto pasar el tiempo desde un sofá, pero dedicaron la mayor parte de su vida para que Autismo Sevilla o Andex sean hoy una realidad imprescindible para muchas personas. Sobresaliente cum laude a Mercedes Molina o María Luisa Guardiola.
Valiente y merecido también es el ambicioso proyecto llevado a cabo por la presidenta de la Asociación Marco Luna, Eva Luna, que desde hace años intenta ‘desenmascarar’ el cáncer con sus eventos y galas benéficas destinadas a conseguir recursos para la investigación.
En verano también hay que agradecer la labor que desarrollan los comedores sociales, como los de las Hijas de la Caridad, la Orden de Malta o San Juan de Dios, que siempre ofrecen un plato de comida para quien lo necesite.
Raro sería en este mundo tan global no agradecer la gran labor de visibilidad que ofrece Jordi Sabaté Pons a quienes padecen la ELA. Otra matrícula de honor por su apoyo incondicional a través de las redes sociales a las actividades convocadas para ayudar a la investigación, también a las que se desarrollan en Sevilla.
Añadir también a la asociación Nuevo Futuro. Creada en 1984, fue promovida por Carmen Herrero junto a Regla Pacheco y María de Bonilla, fundadoras de Nuevo Futuro Sevilla, a las que se incorporó posteriormente María Pepa de la Serna. El comité que preside Mónica Gutiérrez lleva hoy las riendas de esta asociación por la que han pasado más de 14.000 menores, niños y adolescentes, por los 240 hogares y centros en España y el mundo.
No olvido la labor del equipo de Claudia Hernández con los Dulces de los Conventos, Mariló Rivera y sus exposiciones solidarias, Padre Juan Salvador, Sandra Ibarra, Alalá, Banco de Alimentos, El Gancho, Sevilla Acoge, Teléfono de la Esperanza, Padre Leonardo Castillo, Proyecto Hombre, Madre Coraje, Asedown, Cáritas, hermandades y tantos otros…
O sea, un trabajo que más que matrícula de honor merecería un cum laude de doctorado. Al final, bien. Muchos llegan al verano con los deberes hechos. Casi sin proponérmelo, al unir las primeras letras de cada párrafo resulta una especie de acróstico, aunque sea en prosa. “La verdadera generosidad para con el futuro consiste en entregarlo todo al presente” (Albert Camus).