A lo largo de los últimos años, he tenido oportunidad de participar en múltiples eventos internacionales relacionados con la donación y el trasplante de órganos. Una pregunta que se repite frecuentemente en esos foros es ¿cómo consigue España mantener, desde hace varias décadas, el liderazgo mundial en la donación de órganos para trasplante?

Es evidente que existen varios factores contribuyentes a dicho éxito. Uno de ellos es la actividad que desempeña la Organización Nacional de Trasplantes (ONT); una institución pionera que ha desarrollado un modelo organizativo basado en la coordinación centralizada y la colaboración estrecha entre todos los hospitales y centros de trasplantes del país. La ONT trabaja bajo un enfoque de red que incluye coordinadores de trasplantes en cada hospital; médicos y enfermeros encargados de identificar posibles donantes, gestionar la logística de extracción y trasplante de órganos y ofrecer apoyo a las familias de los donantes.

Otro aspecto con influencia positiva en la alta tasa de donación de órganos es el hecho de que la sociedad española tiene una elevada conciencia de la importancia de la donación de órganos, lo cual es un reflejo de una cultura de solidaridad y altruismo profundamente arraigada. La mayoría de los españoles están dispuestos a donar sus órganos después de la muerte, y esto se ve reflejado en el hecho de que la tasa de rechazo a la donación tras el fallecimiento sea muy baja.

Pero ¿por qué otros países, con mayor desarrollo económico que el nuestro, no son capaces de alcanzar el éxito del modelo de donación de órganos implementado en España? ¿Cuáles serían los otros factores que potencian el modelo organizativo español, y que otros países no poseen?

La accesibilidad de un sistema sanitario público como el que existe en España, la equidad, que hace que los trasplantes se rijan por estrictos criterios médicos, y la transparencia en el proceso donación-trasplante son, sin duda, factores determinantes del éxito.

El hecho de que el sistema sanitario público sea el que acoja mayoritariamente la donación y trasplantes de órganos influye en el éxito de estos programas. En España, el sistema nacional de salud está compuesto por una red de hospitales bien equipados, con personal altamente capacitado, lo que asegura que los trasplantes se realicen bajo condiciones óptimas y con los mejores resultados posibles. La coordinación entre diferentes niveles de atención sanitaria, permite un manejo eficiente y ágil de los procesos relacionados con la donación y trasplante de órganos.

La ONT juega un papel importante en la rápida movilización de recursos, y en la distribución justa y equitativa de los órganos disponibles, favoreciendo las posibilidades de éxito de los trasplantes. El proceso de asignación de órganos se basa en criterios médicos estrictos, que buscan maximizar la equidad y la eficacia de los trasplantes. La ONT y los centros trasplantadores utilizan un sistema de adjudicación basado en un algoritmo que toma en cuenta factores como la compatibilidad del órgano, la urgencia del trasplante, y la lista de espera, garantizando que los órganos se distribuyan de manera justa y transparente.

El sistema sanitario público en España se financia principalmente a través de los impuestos generales, lo que garantiza que el acceso a la atención médica sea universal y gratuito en el punto de uso. Este modelo de financiación permite que todos los residentes en España tengan derecho a recibir atención sanitaria, independientemente de su situación económica. Ello es también extrapolable a los programas de trasplante, donde no existe un costo económico para el paciente trasplantado, al igual que ocurre con otras prestaciones sanitarias.

Por ello, cuando debo responder a colegas de otros países sobre los factores que explican que España siga siendo el líder mundial en donación de órganos, siempre lo explico por esa combinación de elementos que incluyen: un sistema sanitario público y accesible, una organización eficiente y centralizada, como la ONT, una cultura de solidaridad y concienciación pública, y también un firme compromiso con la ética y la transparencia. Todo ello, junto con una constante innovación y mejora de los procedimientos médicos, ha permitido que España mantenga su posición de liderazgo global en la donación de órganos para trasplante.