"He leído y acepto las condiciones generales…" ¿Cuántas veces hemos leído esa frase en nuestro ordenador y, sin consultar el resto del texto, hemos pulsado la tecla "ENTER"?

La aceptación de condiciones para una transacción o para aceptar una política de privacidad es un hecho que pone en evidencia la importancia que el Derecho otorga a la autonomía de las personas y de los ciudadanos.

En medicina, el hecho de que el paciente autorice las actuaciones sanitarias que le propone su médico tiene su máxima expresión en el denominado "consentimiento informado".

Este derecho surgió en reconocimiento a la libertad de los ciudadanos en el ámbito sanitario, y como una reacción al denominado "paternalismo hipocrático", fenómeno por el cual los médicos decidían qué era lo mejor para el paciente basándose en su conocimiento y experiencia médica, sin tener en cuenta la autonomía de aquel ni su derecho a participar en dichas decisiones.

Ya en 1914 en Estados Unidos, algunas sentencias judiciales, como la del caso Schloendorff vs. Society of New York Hospital, reconocieron que "todo ser humano de edad adulta y con una mente sana tiene derecho a determinar lo que se hará con su propio cuerpo". No obstante, hasta la década de los años 60 del pasado siglo, la relación médico-paciente siguió siendo predominantemente paternalista. Los médicos tomaban decisiones por los pacientes basándose en lo que ellos consideraban mejor, con poca o ninguna explicación o consentimiento formal.

A partir de esa década, gracias principalmente al doctor Henry Beecher y el filósofo Paul Ramsey, la noción de consentimiento informado comenzó a tomar forma más concreta, especialmente influenciada por la creciente conciencia de los derechos de los pacientes y la convicción de los médicos de que la información completa y comprendida por el paciente era una faceta crucial de la medicina moderna.

Diagnóstico, información, autorización y realización de la técnica propuesta son los pasos de una buena práctica médica. El consentimiento informado en medicina es un proceso dirigido a asegurar que los pacientes han comprendido y aceptan los tratamientos o procedimientos médicos que se les van a realizar. Para ello, el médico proporciona al paciente toda la información necesaria sobre un tratamiento o procedimiento diagnóstico, y el paciente da su permiso para que se realice.

Actualmente, no es infrecuente que en nuestro sistema sanitario en España se entregue al paciente un documento-formulario para recabar la autorización para la realización de determinadas técnicas médicas. No obstante, repetidamente el contenido de dichos documentos es incomprensible para un profano en medicina y en ocasiones dicho documento es entregado sin acompañarse del adecuado proceso informativo.

En la medicina moderna, aunque el consentimiento informado es un derecho ampliamente reconocido, llevarlo a cabo de manera efectiva presenta numerosas dificultades. Una de las principales barreras es la complejidad creciente de los tratamientos y procedimientos médicos, que muchas veces implican explicaciones técnicas y detalles difíciles de comprender para el paciente. Además, la sobrecarga de trabajo en el sistema sanitario y la presión por atender a un gran número de pacientes en poco tiempo hacen que, en ocasiones, la explicación de los riesgos y beneficios no sea tan exhaustiva como debería ser. También existe el reto de adaptar la información al nivel educativo y emocional de cada paciente, lo que implica un esfuerzo adicional por parte del personal médico para garantizar que el paciente realmente entienda la situación y no se limite a firmar un documento. 

Los médicos, los Comités de Ética y Deontología médica, las asociaciones de pacientes y las organizaciones sanitarias tenemos un reto importante para la mejora de la implementación del consentimiento informado en medicina. Aunque la legislación española protege este derecho, es necesario seguir trabajando para asegurar que todos los pacientes, independientemente de su edad o capacidad, puedan ejercerlo de manera efectiva, y corresponsabilizando a todos los agentes y estructuras sanitarias, para evitar el "firme usted aquí" en la práctica médica.