En las películas, las venganzas suelen ser elaboradas y sofisticadas, con planes meticulosos y a veces hasta ingeniosos que dejan al espectador boquiabierto. Nos muestran personajes dispuestos a cruzar todas las líneas, desplegando estrategias casi perfectas para devolver cada golpe con una frialdad y precisión envidiables. Sin embargo, en la vida real, la mayoría de las personas no recurren a venganzas tan complejas, ni mucho menos violentas. Entre personas civilizadas, las "venganzas" suelen ser más sutiles, y en muchos casos se limitan a una mirada, un comentario punzante, una difamación, hacer una faena o una pequeña dosis de sarcasmo bien dirigido.
La mayoría de las veces, este tipo de "venganzas" en la vida cotidiana se vuelven un intercambio verbal, un juego de indirectas o ironías en las que ambas partes saben exactamente a qué se refieren, pero sin llegar a cruzar el umbral de la hostilidad abierta. Es una forma de "devolución simbólica", en la que no hay una guerra, sino una especie de ajuste emocional en el que una frase puede bastar para cerrar una cuenta pendiente.
Pero a veces la vida tiene maneras curiosas de equilibrar las cosas, y en muchas ocasiones no es necesario mover ni un dedo para que, de forma inesperada, ocurra algo que nos hace sonreír al recordar aquel dicho tan popular: "la venganza se sirve en plato frío." Se trata de esos momentos en los que, sin planearlo ni buscarlo, la vida nos regala una "venganza pasiva", una especie de justicia poética que deja una sensación de satisfacción indescriptible.
No es raro sentir que algunas personas nos han hecho daño sin motivo, y muchas veces es difícil resistir la tentación de devolver el golpe. Pero cuando nos centramos en nuestra propia vida, en avanzar y en dejar que el tiempo haga su trabajo, sucede algo sorprendente: las vueltas de la vida se encargan de restablecer el equilibrio de una forma natural. En esos momentos, sin haber actuado directamente, vemos cómo algo favorable nos llega justo cuando la otra u otras personas atraviesan una dificultad, o bien que les molesta soberanamente tu situación y sin buscarlo, sentimos que finalmente el destino ha puesto las cosas en su sitio.
Este tipo de "venganza sin esfuerzo" tiene una cualidad especial, porque no nos deja con la amargura o el resentimiento que puede acompañar a una venganza activa. En cambio, nos da una sensación de satisfacción tranquila, de justicia alcanzada sin violencia, y de paz. Es un recordatorio de que, muchas veces, la paciencia y la confianza en el curso de la vida pueden ser más poderosas que cualquier reacción
Y lo mejor de todo es que, el verdadero placer al no haber participado activamente y no ser responsable es que esa satisfacción, es que no viene acompañada de remordimiento, sino de una calma de la que podemos disfrutar de sus resultados sin llevar a cuestas la carga emocional que traen las represalias que demuestran que, efectivamente, la vida sabe hacer su trabajo para que podamos seguir avanzando y prosperando.
En estos casos, el tiempo actúa como el mejor guionista, porque no hay una necesidad de idear grandes planes ni tramas complejas. Y esa "venganza pasiva", que no involucra palabras hirientes ni represalias ingeniosas, llega con una paz que ni el guion más perfecto de Hollywood podría capturar. Nos demuestra que, en la vida real, las venganzas más efectivas y satisfactorias son aquellas en las que no hacemos nada.
Esta semana quiero hacer varias recomendaciones. La primera, ya que estamos preparando la navidad, tenemos que contar con el catering Tecocinamos de la mano de Teita Charlo. "Ellos se encargan de cocinar y nosotros de disfrutar", una carta con sus mini croquetas de jamón y mini croquetas de gambas que son un pecado, tarta de fuet, vamos lo que viene siendo todo absolutamente apetecible y con magníficos precios.
No en el gusto, pero sí en el tacto, la marca cosmética María Galland nos presentó su línea “MILLE” en Sevilla, Yolanda Franco, responsable de formación de la marca, impartió un taller sobre el uso de sus productos. María de León, especialista en crecimiento personal con formación humanista, fue la anfitriona del evento. Convocó a las invitadas: Ana Maria Abascal, Lucía de León, Rocío Peralta, Lourdes Montes, Teresa Baca, Raquel Revuelta, Nicolás Montenegro, Mariana de Ugarte, Aurora Muñoz, Reyes Hellín, Lola Jiménez, Blanca Andrada, Rocío Terry, Sofía Solano, Reyes Abad...y les impartió una charla sobre la belleza profunda. Carmen Navarro fue la invitada de honor.
Por supuesto, sugiero que desde este sábado que empieza el espectáculo de Helarte Sevilla y tendrá lugar en Estadio La Cartuja, que nadie se pierda la exposición de Esculturas de Hielo para que puedas disfrutar en primicia de una experiencia única a -8ºC acompañado de tus amigos o de tu familia. Hay que ir muy bien abrigados que hará mucho fresquito.
En la siguiente nos vemos y os seguiré contando qué pasó por aquí.