En el fascinante mundo del bricolaje, existen dos tipos de personaslos manitas, dotados de habilidades casi mágicas para solucionar problemas, y los manazas, que a menudo transforman lo simple en una odisea llena de humor involuntario. Mientras unos arreglan un grifo goteante con precisión quirúrgica, otros logran inundar la cocina al intentar lo mismo.

Pero el espectáculo de las reparaciones caseras no estaría completo sin la incorporación de un personaje indispensable: el "cuñao". Sí, ese ser omnipresente que desde el rincón del salón o con un destornillador mal agarrado tiene una opinión para cada clavo, pintura, o grifo que gotea. Los "cuñaos" no distinguen entre manitas o manazas; para ellos, todos necesitan sus consejos magistrales, aunque esos consejos terminen en anécdotas dignas de un sketch de comedia.

Un manitas es esa persona a la que todos recurrimos cuando algo en casa necesita atención. Ya sea colgar un cuadro, montar un mueble de cierta tienda sueca o reparar una puerta chirriante, estas personas parecen tener una herramienta para cada ocasión. Además de su destreza, los manitas destacan por su paciencia. Para ellos, un tornillo flojo no es un problema, sino una oportunidad de lucirse.

Por otro lado, están los manazas, cuyo entusiasmo suele superar su talento. Estas personas son conocidas por intentar reparaciones que terminan empeorando la situación original. Una clásica anécdota es la del intento de colgar un cuadro que acaba con un agujero tan grande que, literalmente, podrías espiar a tus vecinos.

Otro caso típico es el uso excesivo de pegamento. Los manazas tienen la habilidad de pegarse a sí mismos al objeto que intentan reparar.

La creatividad de los manazas también da lugar a historias inolvidables. Como el caso del ventilador de techo que se cayó justo después de ser instalado porque alguien "olvidó" fijarlo con tornillos adecuados. "Bueno, al menos no hacía calor", decía entre risas el protagonista.

Un buen consejo para los manazas es empezar con algo simple y siempre leer las instrucciones, algo que muchos suelen ignorar porque "¿qué puede ser tan difícil?".

Las instrucciones del "Cuñao" no se sabe si es pura sabiduría o maldito caos. Imagina a un manitas comprometido, midiendo con precisión su próxima obra maestra, cuando irrumpe el cuñado con un "¿para qué complicarte? Hazlo así, hombre, como yo lo hago siempre". Un corte aquí, un ángulo mal calculado allá, y el resultado es un estante que parece una montaña rusa. Pero, claro, la culpa nunca es del consejero: "No es que yo me haya equivocado, es que tú no lo has entendido bien".

Por otro lado, los manazas sufren especialmente bajo su mandato. Ya de por sí propensos al desastre, las directrices improvisadas del "cuñado" pueden convertir una tarea sencilla como colgar un cuadro en un caos digno de película de acción: perforaciones por toda la pared, polvo esparcido cual tormenta del desierto, y un cuadro que termina en un ángulo más abstracto que las obras de Dalí.

Por cada manitas que busca perfección y cada manazas que lucha por sobrevivir, siempre habrá un cuñado con una teoría revolucionaria. Pero más allá de las risas y los pequeños desastres, este triángulo de personajes se convierte en una metáfora de la vida misma: todos somos un poco manitas, un poco manazas y, en algún momento, hemos ejercido de "cuñados" con nuestras opiniones.

Al final, la casa queda más o menos arreglada, y aunque tal vez el cuadro siga torcido o la estantería tenga que ser reforzada con cinta adhesiva, las risas compartidas y las historias que se generan son el verdadero tesoro de estas aventuras. Porque, en el fondo, cada uno de estos personajes aporta una chispa de humanidad al a menudo caótico, pero siempre divertido mundo de las reparaciones caseras. ya seas un manitas o un manazas, lo importante es no perder el sentido del humor. Cada error es una anécdota en potencia, y cada reparación fallida puede convertirse en una historia para contar en reuniones.

Y ha sido una importante reunión, en la que han firmado un acuerdo, la que han tenido Icónica Santalucía Sevilla Fest con Coolrooms Palacio de Villapanés (situado en pleno Casco Antiguo de Sevilla) que se convierte en patrocinador oficial de la V edición del festival que se celebrará del 30 de mayo al 14 de Julio en la plaza de España de Sevilla

Jesús Bonilla, director de CoolRooms Palacio de Villapanés y Javier Esteban (CEO de Green Cow Music y Director de Icónica Santalucía Sevilla Fest), firman el acuerdo.

Jesús Bonilla, director de CoolRooms Palacio de Villapanés y Javier Esteban (CEO de Green Cow Music y Director de Icónica Santalucía Sevilla Fest), firman el acuerdo. E. E. Sevilla

Y ahora paso a mis felicitaciones: a María Abascal Juste (mi sobrina y ahijada) a Nacho Torres Guerrero que es hijo de Delia Guerrero, a una gran amiga mía Yaika Álvarez y al magnifico diseñador cuya creatividad es tendencia eterna, Manolo Obando por sus respectivos cumpleaños.

¡Feliz Día de San Publicito a todos los publicitarios!

Felicito a esos genios de la creatividad que convierten ideas en emociones, mensajes en impacto y marcas en historias inolvidables. Gracias por llenar el mundo de color, innovación y campañas que nos hacen reír, pensar y sentir. ¡Brindemos por vosotros, los arquitectos de la persuasión y el ingenio!

En la siguiente nos vemos y os seguiré contando qué pasó por aquí.