El origen de Sevilla es muy remoto. Los primeros asentamientos en la capital se produjeron en torno al 1.000 antes de Cristo. Sin embargo, en la provincia hay varios vestigios de más antigüedad.
Sucede en Alcalá de Guadaira, cuyo origen está en el poblado de Gandul, que data de la Edad del Cobre, entre el 2.500 y el 3.000 a. C., tal como reflejan los estudios arqueológicos sobre sus restos megalíticos.
Hoy en día la zona está despoblada, a 6 kilómetros del núcleo urbano de la ciudad alcalareña. Con 75.000 habitantes es la tercera con más población de la provincia de Sevilla.
Ya no vive nadie en Gandul. El crecimiento de Alcalá de Guadaira la absorbió en 1840. Hasta ese momento era independiente. No obstante, todavía se conservan muchas huellas. Además de los dólmenes calcolíticos, hay restos de una antigua ciudad ibero-romana.
Precisamente, en la época romana la zona alcanzó un gran esplendor, cuando se llamaba Irippo y ocupaba un lugar estratégico por conectar Híspalis (Sevilla) con Basilippo (una ciudad cercana a Arahal). Sus explotaciones agrarias tenían un gran valor para el Imperio Romano.
En lo que queda hoy de Gandul todavía se conservan el Castillo de Marchenilla, del siglo XII, edificios como la Iglesia de San Juan Evangelista, construida en el siglo XV, el palacio de los Marqueses de Gandul, del siglo XVII y la antigua Casa del Consejo, del siglo XVIII.
Un hueco en el Siglo de Oro
Como curiosidad, varios escritores del Siglo de Oro como Calderón de la Barca, Lope de Vega y Miguel de Cervantes, citaron en sus novelas al pan de Gandul. Era el mejor que se podía comer en la época cerca de Sevilla. Por ejemplo, el célebre escritor de El Quijote se refirió a él en Rinconete y Cortadillo como “las hogazas blanquísimas de Gandul”.
Precisamente, la industria panadera es una de las señas de identidad de Alcalá de Guadaira, que así se identifica hasta en su gentilicio.
En la misma ciudad también hay monumentos que atestiguan su antigüedad, tales como el portentoso castillo. Fue construido en época musulmana, entre los siglos XI y XII, pero en su entorno hay hallazgos arqueológicos que datan de la Edad de Bronce.
En sus calles hay otras edificaciones de interés como la Iglesia de San Miguel, del siglo XIV, la Parroquia de Santiago el Mayor, del siglo XV o la Parroquia de San Sebastián, del siglo XVI. Los molinos harineros son otro de los atractivos de esta localidad. Están ubicados en la ribera del Guadaíra, por la que se pueden realizar rutas de senderismo.
Pasear por Alcalá de Guadaira y su entorno es adentrarse en una historia milenaria, por la que han pasado casi todos los pobladores de la zona. Los restos de Gandul son el vestigio más antiguo de una ciudad que hoy es uno de los motores de Sevilla.