Sevilla

La provincia de Sevilla está repleta de tesoros que pasan desapercibidos para el visitante. Paradójicamente, algunos son muy visibles como le sucede a uno de los monumentos más emblemáticos de uno de los pueblos de Sevilla con más patrimonio histórico.

Sucede en Écija, un municipio de casi 40.000 habitantes, casi en la frontera con Córdoba, que tiene sus propias Torres Gemelas. A diferencia de lo que ocurrió con las neoyorquinas el trágico 11 de septiembre de 2001, estas siguen en pie e incluso sobrevivieron a un rayo.

Además, son mucho más longevas. Su construcción se desarrolló a lo largo del siglo XVIII, por lo que tienen en torno a 300 años. Estas torres continúan levantadas, pese a ser el único elemento que se conserva de la iglesia de la Purísima Concepción. Este templo formaba parte, a su vez, del antiguo Monasterio de los Mercedarios Descalzos.

Ahora mismo, el espacio está secularizado y pasó a ser propiedad del Ayuntamiento. Solo se conserva la fachada principal de la iglesia. El interior fue completamente derribado.

Pero justo encima de la fachada, estas gemelas de estilo barroco siguen en pie, manteniéndose como uno de los emblemas del municipio, que precisamente es conocido por la variedad de sus torres. Tiene hasta once y todas fueron construidas en torno al siglo XVIII, cuando la ciudad creció significativamente y se levantaron múltiples iglesias de nueva planta.

Las Torres Gemelas han sobrevivido al deterioro del templo y a otras dificultades, como la del rayo que impactó contra la torre norte en 2014 y agravó su estado.

Es por ello que ahora la Junta de Andalucía ha presentado un proyecto de rehabilitación de la antigua iglesia de la Purísima Concepción. El proyecto tiene más de un millón de euros y pretende convertir el espacio en un centro de interpretación cultural y turístico.

De esta manera, tal como ha comentado Víctor González, viceconcejero de Turismo y Andalucía Exterior de la Junta de Andalucía, la actuación restaurará la zona más monumental del edificio. Así se preservará su valor histórico y arquitectónico.

Mucho más que torres

Las Torres Gemelas seguirán siendo uno de los enclaves imprescindibles de un pueblo que esconde muchos otros tesoros, como el Palacio de Benamejí, considerado como uno de los edificios civiles más relevantes del Barroco en Andalucía.

Más allá de sus monumentos, bastará con pasear por su casco histórico, cuyo trazado irregular se asemeja al de Sevilla, para darse cuenta de que Écija es un sitio especial. La Plaza de España o la Plazuela de Santa María son algunos de los lugares idóneos para pararse a tomar un aperitivo mientras se disfruta de las vistas.

Por supuesto, la gastronomía es otro de los atractivos ineludibles de un pueblo que tiene varias marcas de aceite de oliva reconocidas a nivel internacional y recetas propias como las espinacas labradas o la sopa de gato. El mollete ecijano o la torta de manteca son también algunas de las 'delicatessen' que siempre se deben probar al visitar la localidad.